La barrera principal para que este grupo numeroso- con grandes potenciales de aporte a la nación- cambie su futuro, es por una parte los estereotipos relativos a la vejez y, por otro, las limitantes en la oferta de trabajo, que por prioridades lógicas, pertenece más bien a los más jóvenes.
A pesar de una sociedad que no termina de ponderar el significado de sus trabajos, perseveran en el intento de transformarla para bien, traspasar la sala de clases y tocar los corazones y las mentes de sus estudiantes, en pro de un mundo mejor.
Se la ha señalado como una mala práctica que un político tenga clientela, el colectivo de personas que ha sido fidelizado hasta convertirlo en su soporte, acrítico y aplaudidor sistemático y entusiasta, dispuesto a levantar banderas y repartir promesas impresas en gloriosos colores, mediante una sabia distribución de favores o bienes materiales, de pequeña o considerable magnitud, dependiendo del peso específico de cada cliente.
Independientemente de la situación financiera del país, es absolutamente necesario acortar la rienda a los programas con financiamiento del Estado, esas tareas que se emprenden con el dinero de todos los chilenos.