“No sé de qué hablar, ¿de la soledad o del coronavirus? Para mí ahora son lo mismo”, afirma Rosa Pailaya (72), desde una remota casa en Tirúa, en la costa de Arauco. Contarnos su historia no le resulta fácil, nos dice que es viuda, tiene Parkinson, vive sola y tiene seis hijos que han hecho sus vidas lejos de ella. Desde su visión, el virus es también un wigka kuxan. Es decir, un mal foráneo, no nativo. “Los wigka (no mapuche) traen las enfermedades, pero las consecuencias, como siempre, las pagamos nosotros”.
Autoridad sanitaria permitirá uso de implementos bajo supervisión, porque ya han recibido dos denuncias por irritaciones tras exposición a químicos.
Contagiados cuentan gratis con todas las comodidades necesarias y alimentación gratuita. Reciben atención de personal médico y psicológico.
Personalidades de diferentes ámbitos reafirman la necesidad de mantenerse en el hogar. Es la única y más efectiva manera de frenar los contagios en el país.
Congresistas sugirieron ayuda social a conductores, así como sanitización de las máquinas. Ambos temas serán evaluados.