Impensable para quienes viven en la ciudad: estudiantes que deben caminar hora y media para tomar la micro y luego otros 40 minutos de viaje para llegar a la escuela en un sector rural de Santa Juana. Lo mismo para regresar a sus casas, sumando más de 4 horas diarias solo en traslado. Pero no importa: niños y niñas asisten a las actividades educativas felices y sonrientes, y son recibidos con cariño y afecto por maestros, maestras y asistentes de educación. Las clases son en contenedores, puesto que la escuela antigua fue destruida por el terremoto de 2010. Pese a las dificultades, la G-721 Chayacal ha sido categorizada con nivel de desempeño Alto y en sus aulas se han formado profesionales que son parte del desarrollo de Chile.