Uno de los asuntos más complejos para pensar en qué dirección transitará el futuro desarrollo de la ciudad, es el equilibrio entre las demandas de espacio para edificaciones y los resguardos ambientales y de calidad de vida.
Aprender a observar los acontecimientos con el criterio de la ciencia, que se basa en evidencias, en la verificación de la información disponible, una forma de pensamiento que sale al paso de las mentiras, las medias verdades, y las propuestas populistas sin fundamento.
Con la tecnología desaparecen puestos de trabajo, pero, al mismo tiempo, se abren nuevas oportunidades laborales, aunque con otros estándares, un desafío que no se ha aquilatado suficientemente; la calidad y competencias de nuestro capital humano.