El último cambio de gabinete del Gobierno central, tras una seguidilla de derrotas en materias legislativas, es un presagio de que las futuras negociaciones del juego político serán un poco más ásperas.
El nuevo equilibrio implicará el punto de acuerdo entre la realidad -expresada en las necesidades- y los deseos de nuestra sociedad.
La semana pasada, los casos activos estuvieron en constante ascenso. Y si bien ayer se informó una leve caída, no es momento para relajarse ni tomar malas decisiones.
Se instaura un nuevo paradigma, ni mejor, ni peor...diferente, que ofrece nuevas oportunidades.