Es necesario aceptar que lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973 fue un atentado total al orden, y cuyas consecuencias se sienten hasta hoy por medio del dolor y la nostalgia de las víctimas.
En un contexto de autocuidado, el país vuelve a preparase para celebrar sus Fiestas Patrias que no son más que el pretexto para la cooperación entre todos que hacen parte de esta gran nación que comenzó a autodefinirse hace casi 200 años.
El voto de castigo fue más duro de lo que se esperaba y debería traducirse en un bálsamo de humildad y también en una lección para el proceso que se realice en el futuro.