Ambos hombres, de nacionalidad dominicana, quedaron en prisión preventiva, pero el gobernador Robert Contreras confirmó que se analiza su expulsión.
Los desórdenes protagonizados por los jóvenes provocaron un quiebre con la comunidad. Enviados allí por tribunales, tras ser vulnerados por sus padres, ahora enfrentan el rechazo de los residentes del acomodado sector.