El gobernador regional, Rodrigo Díaz, vive sus últimas jornadas en el cargo. En entrevista con Diario Concepción, abordó su labor, la que estuvo marcada por el Caso Fundaciones, un punto gatillante para haber optado por no buscar la reelección.
Son los últimos días de Rodrigo Díaz como gobernador regional del Biobío. En específico, el actual Gore dejará su cargo el 5 de enero del próximo año para que pueda asumir su sucesor, el gobernador electo, Sergio Giacaman.Bajo ese contexto, y en conversación con Diario Concepción, Díaz hizo un balance de su gestión, la cual estuvo marcada por diferentes hechos, entre ellos, el Caso Fundaciones. Asimismo, se refirió a su futuro una vez que deje el puesto y a su análisis del proceso de descentralización en el país.
Díaz recordó que informó que no buscaría la reelección como gobernador regional, una de las principales razones que entregó fueron los motivos familiares. Para el gobernador, aquello “cobró más fuerza la idea de no perseverar trabajando en esta posición”.
-¿Hay algún otro motivo para no buscar la reelección?, ¿el Caso Fundaciones fue el principal gatillante para la decisión?
-Esto a lo mejor lo he mencionado menos, yo llegué a la convicción de que cuando hay un problema, uno tiene que enfrentarlos. Enfrentar los problemas para una persona que es autoridad, electa popularmente, significa que uno no abandona el barco. Sería muy fácil renunciar, créanme que uno lo puede entender, pero eso es quebrar la soberanía, eso es quebrar la legitimidad democrática. Uno le puede pedir renuncias a una persona que es designada por otra autoridad, pero alguien que está electo por la ciudadanía lo que tiene que hacer es abocarse a resolver el problema.
Y mi convicción fue que, si yo seguía una repostulación, lo que iba a hacer era desviar parte del tiempo que estaba destinado a solucionar problemas y la elección iba a girar en torno a si estaba ocultando o no ocultando cosas. Y la verdad es que preferí asumir mi responsabilidad política, intentar resolver el problema lo más que se pueda, entregar una institución a quien asuma el Gobierno Regional, en este caso a Sergio Giacaman, de la mejor manera posible, más robusta que la que yo recibí del intendente Patricio Kuhn.
Asumo mi responsabilidad política, no perseverando en esta posición.
-Algo que se repitió mucho en la elección de gobernador regional, hasta en la segunda vuelta, fue este llamado que hacían desde las candidaturas a que se preocupara de “dejar la casa ordenada”. A su juicio, al cierre de su gestión, ¿deja una casa ordenada?
-Dejo una casa mucho más fuerte y firme, con cimientos más sólidos, que lo que yo recibí.
Hoy el Gobierno Regional del Biobío, junto con el de la Región de los Lagos, somos los únicos gobiernos regionales que el 100 % de nuestras iniciativas son aprobadas en el Consejo, porque la Ley sigue facultando explícitamente que iniciativas bajo 7 mil unidades tributarias mensuales pueden ser aprobadas con la sola firma del Gobernador Regional.
Algunas modificaciones las habíamos hecho antes, otras tras la crisis, pero el fin es que esta institución sirva, sea de utilidad para las personas, porque estos son los únicos recursos de libre disposición. No habría un Doctorado en Inteligencia Artificial en ningún lugar de Chile, y menos en una región, si es que no hubiera existido un gobierno regional que optara por confiar en la capacidad de las universidades.
– Va enmarcando su gestión con distintos avances que pudo, de alguna forma, concretar…
– No hemos estado ajenos a las complejidades de estos últimos tres años. (…) La crisis que hay en torno a la política es salvaje. La cantidad de alcaldes que están formalizados en distintos lugares es enorme. También la calidad de la acción política, e incluso le diría, el tribunal popular en línea que han establecido los matinales nacionales hacen de la actividad política algo extremadamente difícil.
En esas condiciones nosotros también hemos tenido problemas. No este gobierno regional, prácticamente todos los gobiernos regionales de Chile, porque la Ley de Presupuesto aprobada por el Congreso, a instancias de la Dirección de Presupuestos, nos autorizaba a trabajar con corporaciones y fundaciones.
Yo estoy convencido de que hay que seguir trabajando con corporaciones y fundaciones. En ese quehacer, se han levantado providencias para evitar abusos que han ocurrido, a mi juicio, mayoritariamente provenientes de negligencias o de mala intención directamente de alguna de esas personas que, bajo ese formato, trataron de defraudar al Estado de Chile.
– Mientras señalaba distintos puntos de su administración, y también algo que ha visto en otros gobiernos regionales, son estos problemas de transferencias con la Dirección de Presupuestos (Dipres). En línea con aquello, ¿considera usted que se está avanzando en descentralización?
-Se ha avanzado poco. El Gobierno del Presidente Gabriel Boric se comprometió a hacer avances sustantivos en descentralización y no cumplió. Esa es la verdad. Ahora, dentro de esas dificultades, hay algunos avances tímidos. La Unidad Operativa de Control de Tránsito ha sido traspasada a la Región, parte del 2025, son todas las cámaras del Gran Concepción van a tener que ser gestionadas de acá. Se crearon las unidades o áreas metropolitanas. También la elaboración del Plan Regulador Metropolitano pasa a estar 100 % como proceso a cargo del Gobierno Regional.
Pero hay cosas que tenían que haber estado listas y que no están. Los planes reguladores de ordenamiento territorial que fueron ingresados a fines del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera fueron retirados del reglamento por parte del Gobierno del presidente Boric en su primer semestre de actuación y no está hecho. Los delegados presidenciales ahí están. El Presidente Boric cuando fue candidato nos prometió que los iba a retirar.
Yo tuve una muy buena relación con la exdelegada Daniel Dresdner y tengo una muy buena relación con el delegado Eduardo Pacheco, pero es difícil entender que hay dos jefes. Ahora el Gobierno Central ha creado un Seremi de Seguridad. La verdad es que los delegados presidenciales ya eran seremis de Seguridad en los hechos.
La Dipres sigue tratando a los gobiernos regionales de una forma incluso inferior en autonomía a la que tienen los municipios (…) Lo que nos ha pasado es que hasta mayo nos entregaron los recursos tal como lo solicitamos. Y en junio nos entregaron $0, en octubre nos entregaron $0 y en los meses que están entremedio nos entregaron menos de lo que necesitamos de nuestro presupuesto, no de otros.
-Hay una hipótesis, por lo menos parlamentaria, y se ve reflejada en el proyecto de Regiones Más Fuertes que lleva un año en el Congreso, en que se apunta en que el mismo Caso Fundaciones generó que se detuviera proceso de descentralización, ¿está de acuerdo con aquella idea?, y si lo está, ¿hay algún mea culpa quizás?
-Yo he escuchado eso y lo he escuchado principalmente de diputados. Yo creo que tenemos una Cámara de Diputados que no tiene la altura de Cámara de Diputados anteriores, es lo primero que le quiero decir. Lo segundo, hay mucha gente en Chile con transversalidad política que es centralista. No tengo ni una duda que el Caso Fundaciones ha sido utilizado como argumento para disminuir el poder de los gobiernos regionales autónomos. Y buena parte de la muy mala Ley de Presupuesto que se construyó para el año 2024 tiene que ver con limitar atribuciones de los gobiernos regionales para cumplir su fin. Y cuando han sido requeridos, muchos parlamentarios se han dado cuenta que cometieron errores, a tal nivel, que buena parte de esos errores han sido rectificados para la Ley de Presupuesto 2025.
Yo creo que la mezcla de tener una autoridad política autónoma que saca más votos que cualquiera de las otras personas que existen en la Región y que tiene representación parlamentaria, incluso le diría presidencial, es algo que es una transición que va a ser difícil. Digamos las cosas como son, mientras teníamos el sistema anterior, el senador de cada región de la coalición gobernante era quien colocaba a los intendentes y a buena parte de los seremis.
-El 5 de enero de 2025 se cierra una etapa con el traspaso del cargo de gobernador regional de Biobío, al respecto, ¿qué va a hacer a partir del 6 de enero?, ¿qué proyecta?, ¿puede volver a la política en el futuro?
-Lo que le puedo asegurar es que no voy a ser candidato parlamentario. Yo tomé la decisión de entregar un servicio en mejores condiciones que el que tenía tras la crisis, y por lo tanto no voy a postular al parlamento.
Lo que voy a hacer es trabajar. Yo soy una persona que vive de su trabajo, no tengo ingresos extra, no tengo propiedades, no soy rentista y por lo tanto voy a trabajar. Voy a trabajar como independiente y espero, desde el ámbito de mi desempeño particular, volver a colaborar cuando haya circunstancias que sí lo amerite en cosas de interés regional. Pero no me interesa ni ser jefe de un servicio público, no está en mis aspiraciones. No van a haber elecciones hasta cinco años más, no creo que haga política activa de primera línea.
-¿Entonces no está cerrada la puerta para volver a la política?
– Sería solo especulación. No estoy tratando de escabullir la respuesta. En cinco años más voy a tener 61 años, ahí veremos que probablemente estaré pensando en lo que haya que trabajar para ir más bien cerrando la vida laboral que otra cosa. No lo sé. De minuto voy a hacer un intento por reinsertarme laboralmente, nunca he trabajado independiente, así que voy a tratar de trabajar de independiente para equilibrar cosas que me gustan, como hacer clases. Y probablemente volveré a colaborar en alguna organización no gubernamental, como lo he hecho siempre que he estado fuera del sistema público.