Albino Echeverría relata su 11 de septiembre de 1973: “La huella de las heridas históricas no desaparece nunca”

01 de Septiembre 2023 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Isidoro Valenzuela.

Reconocido artista penquista cuenta lo que vivió durante la jornada en que se produjo el Golpe de Estado como asesor de arte en Pinacoteca de la UdeC.

Marcelo Contreras / Jorge Enríquez

“Recuerdo que salí por la puerta, por el lado de Chacabuco, y en ese mismo instante pasa el actor Fernando Farías, en su bicicleta, y me grita, ‘anda afeitarte huevón que te van a pescar los pacos’”, dice el artista penquista, Albino Echeverría (94), como parte de su relato del 11 de septiembre de 1973.

Una fecha que marca la historia de vida de un personaje de Concepción y que se enmarca en la conmemoración de los 50 años del Golpe Militar.

Era la mañana de ese día, Echeverría había llegado a la Pinacoteca de la UdeC para desempeñar sus labores como asesor artístico. Temprano, como siempre lo hacía, había caminado desde su casa ubicada en la calle Las Heras 2055.

“Por lo general llegaba a las nueve de la mañana. Me acuerdo de que ese día pasé por la casa de quién era el intendente en ese momento (Fernando Álvarez), él vivía ahí en Freire con Pelantaro. Afuera de su casa se encontraba un grupo grande de militares, eso me llamó la atención, pero seguí caminando por Roosevelt. Ahí voy viendo uniformados por todos lados hasta que llegué a la Casa del Arte. Me encuentro que está toda la gente afuera, agolpada, comentando lo que ocurría, pero en realidad nadie tenía claro qué diablos estaba pasando, nadie sabía”, relata Echeverría.

Desde Cauquenes

Nacido en Cauquenes en 1929, hijo de Pedro Echeverría y Julia Cancino, llega a Concepción a los 6 años e ingresa a la Escuela Nº 1, para realizar sus estudios primarios, egresar y continuar estudiando en la Escuela Industrial de Concepción, donde desgraciadamente no pudo terminar sus estudios debido a una grave enfermedad, que lo postró por más de 3 años.

Luego de superada esta terrible experiencia, dedica su vida al desarrollo de su oficio de mueblista. Por su habilidad por el dibujo y su inclinación artística, se inscribió en la reciente creada “Academia Libre de Bellas Artes”, en 1955, dirigida por los maestros Tole Peralta y Julio Escames.

Albino participó en 1964, en la confección del mural “Presencia de América Latina” de la Casa del Arte de la Universidad de Concepción (UdeC). En el año 1970 fue invitado por el primer director de la Casa del Arte, a trabajar en la Pinacoteca, como asesor artístico. En 1972, se funda el Departamento de Artes Plásticas de la UdeC, donde realizó una serie de asignaturas.

La muestra cubana que se quemó

Echeverría cuenta que el día del Golpe de Estado en el hall de la Pinacoteca se presentaba una muestra fotográfica cubana acerca del emblemático asalto al Cuartel Moncada. Dada la tensión política, este hecho generó miedo al interior del recinto.

“Cuando llegaron las noticias del Golpe nos dijeron ‘enciendan la caldera’, porque había que comenzar a meter la exposición a la caldera para que desapareciera. Esa fue una decisión que tomamos entre todos. Estábamos aterrados por si entraban los milicos y nos veían con una exposición de Cuba”, destaca.

Describe que se trataba de fotos de 80 por 80 centímetros, puestas en unas especies de pirámides de cartón, pero estaban por todos los costados. “Eso ya había desaparecido para la mañana, no quedó huella de nada, lo hicimos desaparecer en una hora”, explica.

Violencia en las calles

En la tarde, señala que comenzaron a aparecer los reportes de la radio sobre el movimiento militar y lo que pasaba con los regimientos.

“Como a las 16:00 horas, me fueron a dejar a mi casa unos tableros, y el chofer que los trajo venía con la cara rota por todas partes. Le pregunté qué le pasó, si fue un atropello, ‘no’ me dijo él, en uno de los puentes una patrulla, lo paró y el sargento a cargo lo tiró boca abajo, con la bota les cargaba la cabeza en las piedrecillas del puente. Ahí me comencé a dar cuenta, de que si los subordinados actuaban con esa brutalidad es porque no había un control muy estricto, por lo tanto, era tremendamente peligroso”, comento Echeverría.

Pasado los días, cuenta el artista, la situación política en Concepción fue cada vez más compleja y la evidencia de ello la tuvo entre sus propios vecinos.

“Todo el mundo decía y sostenía que (yo) era comunista, me gritaban entonces, ‘comunista de tu madre cuando te van matar desgraciado’. Nunca he sido comunista, nunca lo fui tampoco. Después de ese día, vecinos que eran de toda una vida, dos días después estaban gritando o desafiándome, por desgracia llegó al punto que tuve que tratar de golpes con algunos de ellos”, dice Echeverría.

Incertidumbre

Albino Echeverría afirma que, en su círculo, al principio se pensó, como en muchos espacios, que este periodo de dictadura militar duraría poco tiempo. Sin embargo, la historia está a la vista.

“Pensamos que esto iba durar entre 3 o cuatro meses. Creo que lo mismo lo pensaban los políticos, estaban convencidos de que el poder se les entregaría, cosa que no fue así. Muchos manifestaron el interés de no pintar durante el tiempo que viviéramos en represión, no pintar, no hacer ninguna actividad”, replica.

Sin embargo, eso no ocurrió y al final, pese a que hubo una disminución las expresiones artísticas siguieron su curso. “Disminuyeron, eso era evidente, porque los pintores más representativos de la pintura en Chile fueron detenidos. Nunca hubo ningún vínculo en la Pinacoteca que pudiera establecer sus nexos, porque si no hubiésemos sido todos arrestados, hubiese caído hasta el director”, agrega.

A cinco décadas del quiebre constitucional, Echeverría lo describe como una “especie de hecatombe”. Una herida abierta que, para él, no solo se refleja en las familias o en las personas directamente afectadas, sino que en toda la sociedad chilena.

“No es algo que hayan pasado 5 años y luego desaparece, la huella de las heridas históricas no desaparece nunca. Siempre que llegue el 11 de septiembre se va a estar recordando, aunque sea subrepticiamente y cuando pasen 50 años más, se va a seguir recordando, porque sabe Dios lo que va a ocurrir en el transcurso de los años, a lo mejor afirma o hace desaparecer la huella de una cosa tan trágica, pero es muy probable que eso persista”, dice Albino Echeverría, a modo de balance de una historia que aún tensiona a Chile.