Con ocho integrantes, la instancia fue inaugurada por el Presidente, Gabriel Boric, en el Palacio de La Moneda, con presencia de rectores y representantes de las colectividades políticas.
Adolfo Millabur y Gloria Callupe son los dos representantes de la Región del Biobío dentro del grupo de comisionados y comisionadas de Comisión para la Paz y el Entendimiento oficializada por el Presidente de la República, Gabriel Boric.
Millabur y Callupe junto a otras seis personas estarán a cargo de deliberar, discutir y generar propuestas para la resolución de conflictos históricos en las regiones del Biobío y La Araucanía.
Dentro de los objetivos específicos está sistematizar la situación actual e histórica de las tierras mapuche y revisar las experiencias internacionales buscando las mejores alternativas que puedan contribuir a su resolución en nuestro país; establecer un canal de diálogo con los distintos actores involucrados en estas materias como Gobiernos Regionales, gobiernos locales, comunidades, gremios empresariales, agricultores, víctimas de la violencia y ciudadanía en general, etc.
La instancia también la conforman: Francisco Huenchumilla, Alfredo Moreno, Carmen Gloria Aravena, Emilia Nuyado, Sebastián Naveillan, y Juan Pablo Lepín.
Adolfo Millabur, dirigente social y político en distintas organizaciones mapuche, quien ha enfocado su trabajo en la restitución de derechos del Pueblo Mapuche y la defensa del borde costero, exconcejal y exalcalde de Tirúa, como también exconvencional constituyente, será uno de los comisionados que representará a la Región del Biobío en la Comisión por la Paz.
Sobre la conformación del órgano, los desafíos para el Biobío como para todas las regiones que abarca la instancia, Millabur expresó que “en materia de voluntad será ponerse de acuerdo por la diversidad de los integrantes de la Comisión. El primer desafío será ponerse de acuerdo en algunos puntos mínimos. También la Comisión tiene que dar, a través de los órganos que corresponde porque nosotros tenemos que recomendar, señales claras que sean viables y rápidas de implementar. Y el desafío principal es, tras tantos intentos y promesas no cumplidas, poder establecer una ruta que de luz de esperanza y confianza”.
Por su parte, Gloria Callupe, trabajadora social y académica, actual encargada de la Unidad de Pueblos Originarios del Gobierno Regional del Biobío, institución con la que se trasladó hasta Nueva Zelanda para conocer la experiencia de las relaciones entre el Estado neozelandés con el Pueblo Maorí, señaló que los principales desafíos radican en “buscar las instancias de diálogo y evaluar las distintas alternativas que puedan ser factibles de realizar para llegar a una solución, de una hoja de ruta para solucionar el conflicto que se arrastra por décadas entre el Estado de Chile y el Pueblo Mapuche”.
“Es un mandato específico que estará orientado a hacer un catastro de tierras, de lo que se ha hecho en materia indígena, pero también proponer nuevos mecanismos, nuevas formas, recoger información, levantar la información que tienen las personas, los territorios, las comunidades”, señaló Callupe.
Consultados sobre si esta Comisión por la Paz tendrá una buena acogida por las comunidades mapuches, en el sentido de que se sientan representadas, Millabur expresó que “tengo la voluntad, expectativas y disposición de entregar todos los esfuerzos posibles desde mi experiencia, para que el Pueblo Mapuche sienta que este esfuerzo es un avance y que se irán desatando los nudos que no se han querido o no se han podido desatar durante los últimos períodos de Gobierno que conocemos”.
En esa misma línea, Callupe señaló que “precisamente esto tiene que ver con buscar y abrir esos espacios de diálogo, una conversación seria (…) el desafío que tiene esta Comisión es bajar a los territorios, escuchar, construir esos relatos de la memoria oral también. No es posible, de lo contrario, pretender encontrar una vía de solución si no se escucha a las personas de los territorios, ya sean mapuches o no mapuches. Esto no tiene que ver con separatismo, tiene que ver con buscar instancias donde nos conozcamos y podamos entendernos”.
FIRMA POR LA COMISIÓN en La Moneda.
En relación a cómo fueron elegidos los comisionados y comisionadas, tanto Gloria Callupe como Adolfo Millabur explicaron que fueron invitados formalmente por el Presidente Boric.
Millabur contó que “el Gobierno fue el que hizo todos los oficios para llegar a los nombres. A mí me llamó el Presidente de la República (Gabriel Boric) y, claro, cuando uno entiende el desafío que le ha impuesto al país el Presidente, evalué y estuve disponible para poder colaborar en esto”.
En esa misma línea, Callupe contó que también el acercamiento fue debido al trabajo que ha estado realizando el Gobierno Regional del Biobío en materia de diálogo intercultural, y en consecuencia “es que hubo un acercamiento desde el Gobierno Central donde se nos invita a ser parte de esta Comisión, y se formaliza con una llamada del Presidente de la República a mí, invitándome oficialmente a ser parte de la Comisión”.
En el transcurso de la actividad de oficialización realizada este miércoles en el Palacio de La Moneda, el Presidente Boric recibió por parte de 11 rectores de distintas universidades del país el “Informe de sistematización de las recomendaciones al Estado de Chile en materia de tierras y derechos del pueblo Mapuche”. El documento base recopila recomendaciones que se han realizado sobre la materia en el país.
Por esa misma razón, el Jefe de Estado, en su discurso, afirmó que la iniciativa no parte desde cero y recordó el acuerdo de Nueva Imperial del exPresidente Patricio Aylwin, el que permitió la creación de Conadi y la Ley Indígena. Se refirió también a la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato creada por el exPresidente Ricardo Lagos, y presidida por Aylwin. Además, se refirió a la Comisión del Obispo Vargas y la ratificación del Convenio 169 de la OIT durante el gobierno de la entonces Presidenta Michelle Bachelet.
De esa forma, dijo el mandatario, no se comienza este trabajo desde una página en blanco, desde una conversación sin una base sobre la cuál entender la historia e intentos de resoluciones entre el Estado de Chile y el Pueblo Mapuche.
