Luz Vidal Huiriqueo estuvo en Concepción y también se refirió a lo que falta en igualdad de género. “Queremos un mayor participación de las mujeres, pero no lo podemos pedir hacia afuera, sino lo estamos ejerciendo dentro de la casa misma”, enfatizó.
“Ayer (el martes) se cumplieron tres años del estallido social, donde la ciudadanía nos manifestó su enojó y rabia por la desconexión que existe entre los estamentos públicos y la ciudadanía. Hoy, el Presidente Gabriel Boric nos ha mandatado a escuchar que es lo que la ciudadanía requiere como políticas públicas. Es lo que estamos haciendo”, dijo ayer en Concepción, la subsecretaria de la Mujer y Equidad de Género, Luz Vidal Huiriqueo.
La autoridad participó ayer de un seminario organizado por la Cámara de la Producción y el Comercio (CPC) de Biobío, donde se abordó la “igualdad de género” en las empresas, pero además participó de actividades en la capital regional con organizaciones que visibilizan la realidad del cáncer de mama y en la tarde se trasladó a Lota.
“Estamos buscando acercarnos a la diversidad de mujeres que existen, conocer sus realidades y eso transformarlo en política pública”, comentó.
– Ser mujer en región no es lo mismo que ser mujer en Santiago, por ejemplo, donde probablemente existen más oportunidades. ¿Cómo lo observa y qué se puede hace desde el punto de vista de las políticas públicas?
– Ser mujer en región es mucho más difícil que ser mujer en Santiago. Por ejemplo, en materia de inserción laboral. Pero también sabemos, y lo hemos visto, que ser mujer en una región urbana es diferente a serlo en lo rural. También nos hacemos cargo de eso como ministerio de la Mujer. Durante 2023 vamos a levantar, y que está dentro de un convenio que se está celebrando con México, la Enut Rural (encuesta a nivel nacional), que busca medir el uso del tiempo para el cuidado que ejercen las mujeres en el campo. Entiéndase como cuidado cocinar, limpiar, lavar… Hacer la sostenibilidad de la vida. Queremos medir eso y en función de aquello, aplicar políticas públicas. En lo personal, conozco esa realidad, soy de región y vengo del campo. Y sabemos que por falta de información o conectividad no se llega a utilizar las herramientas que el gobierno dispone para acortar brechas.
– También está el acceso a los cargos. ¿Se han acortado las brechas o no?
– Lo conversamos hoy con la CPC, ONU Mujeres y la empresa privada representada por Essbío, y hay herramientas que no se están utilizando de buena forma, o se dejan de utilizar, que te permiten lograr una mayor inclusión de las mujeres en los distintos ámbitos. Empujamos la norma 3262 que permite a las empresas y estamentos públicos que se pueda sacar una radiografía de cómo están funcionando. Un ejemplo, cuando uno está en un podio, puede ver la primera o segunda línea, no así las últimas de atrás. Esta norma permite ver donde están esas brechas y como avanzar. Nosotros como gobierno nos hacemos cargo. En la disminución de las horas laborales, hay indicaciones específicas para las mujeres que cuidan. Queremos que se haga realidad el discurso.
– En los nombramientos de los cargos el Presidente Boric se preocupó de los equilibrios, pero ¿qué pasa al interior de cada estamento públicos? ¿Se puede medir?
– Sí, están los PMG que se utilizan en todos los estamentos públicos, o en la gran mayoría, que nos va a permitir saber cuánto se está incorporando la perspectiva de género. Hay herramientas, pero muchas veces no se han utilizado en su totalidad.
– ¿Actualmente existe esa visión al interior de los organismos públicos, lo de los equilibrios?
– Creo que falta, pero considerando que el Ministerio de la Mujer ha cobrado un rol relevante, incorporándose en el comité político, hoy tenemos un mandato, la misión de hacer la transversalización de género en todos los estamentos públicos. Es implica mirar la implementación de las políticas con perspectiva de género, pero también mirarse así mismo como se está logrando la paridad. Colocar a una encargada de género en cada una de carteras ministeriales es un avance para ir haciendo del discurso un hecho. Queremos un mayor participación de las mujeres, pero no lo podemos pedir hacia afuera, sino lo estamos ejerciendo dentro de la casa misma.