Llegó el día en que los chilenos y chilenas decidiremos si continuamos con la Constitución actual o generamos un cambio y aprobamos la nueva propuesta constitucional. La concurrencia a las urnas puede ser más alta desde el retorno a la democracia.
Finalmente, tras un año de debate en la Convención Constitucional, meses de campaña en torno a un texto emanado de la misma instancia y discusiones sobre el futuro del país en los más variados entornos, desde el trabajo a la sobremesa, ahora será la ciudadanía la que tendrá que pronunciarse sobre si aprueba o rechaza la propuesta de carta fundamental que podría reemplazar a la Constitución del ‘80, uno de los últimos vestigios de la dictadura cívico militar.
En medio de este escenario, se espera una gran concurrencia de la ciudadanía a las urnas, la misma que podría superar en número a la segunda vuelta presidencial del año pasado y el Plebiscito de 1988, dos referéndums de los más concurridos de los últimos años. Algunos estudios apuntaban al 70% del padrón actual, que llega a los 15 millones 173 mil 857 personas.
Aunque con matices, en el mundo político partidario y en la academia hay coincidencias en que la participación será histórica.
“Yo imagino, como mínimo, 80% del electorado. Es un valor típico cuando hay voto obligatorio. Hay que ver la cantidad de votos nulos y blancos que aumentará. Yo imagino que será cercano a 10%”, opinó la analista política y académica de la Universidad de Concepción (UdeC), Jeanne Simon.
Por su parte, el analista político y académico de la Universidad Andrés Bello (Unab), Felipe Vergara, si bien dijo que es difícil anticipar un número de votantes y el resultado del Plebiscito de Salida, comentó que “yo me atrevería a hablar de porcentajes y creo que vamos a superar el 70% de participación. Ese número, pese a ser voto obligatorio, es bastante significativo y, por ende, el resultado bastante relevante para una opción u otra”.
Más cauteloso se manifestó el doctor del Derecho, Carlos Maturana. “Me parece que no hay ningún elemento que a uno le permita proyectar un porcentaje de participación. Antes de que se cerrara el periodo de la publicación de encuestas, algunas de ellas hablaban de un 55% al 60%, también se habló del 70%. Es difícil hacer una proyección. No obstante, es un hecho que el voto obligatorio hará aumentar la participación”, sostuvo.
Sin embargo, Maturana, profesor de Derecho Constitucional de la UdeC, enfatizó que existen elementos que pueden proyectar el aumento de votantes, respecto de los últimos procesos eleccionarios. “Siempre convoca mucho más el interés por la elección (…) El mejor ejemplo es la segunda vuelta de la elección presidencial pasada”, recordó.
En efecto, en la contienda que le dio el triunfo al actual Presidente Gabriel Boric, votaron 8 millones 364 mil 481 personas, correspondiente al 55,65% del padrón (entonces llegaba a los 15 millones 030 personas).
Otro dato. La última elección con voto obligatorio, la segunda vuelta presidencial del año 2009, donde Sebastián Piñera se impuso a Eduardo Frei Ruiz-Tagle, votaron 6 millones 958 mil personas, aunque con un padrón electoral menor. De hecho, uno de los argumentos para legislar en torno a la inscripción automática apuntaba a los cerca de 4 millones y medio de chilenos, que pudiendo estar inscritos en los registros electorales, no lo hacían.
Pero hay más elementos positivos para un eventual aumento de la participación en este proceso, dijo Maturana. “Por ejemplo, el buen tiempo. Eso influye. O una mejor coordinación del transporte público. O la difusión del Servicio Electoral (Servel) y del mismo Gobierno (…) ¿En contra? Bueno, vamos a ver cuánto influye los cambios de los locales de votación y las mesas, qué porcentaje de personas se ubica y cuáles no. Ahí podríamos tener una merma. Lo mismo si hay hechos de violencia”, comentó el doctor en derecho.
Otro punto que se ha analizado en los últimos meses tiene que ver con la legitimidad. “Habitualmente vota el 50% del padrón en elecciones tradicionales, incluso, menos. Y superar eso en un 20% o 25% sería una muy buena noticia para la legitimidad del proceso”, opinó Felipe Vergara, experto en marketing político.
Jeanne Simon, en tanto, enfatizó que la “legitimidad será dada por la transparencia del proceso y no por la cantidad de votos. La obligatoriedad dará un buen porcentaje de participación”.
Sobre el particular, Maturana dijo que jurídicamente la legitimidad del proceso no se establece por la mayor o menor participación de votantes, a menos que así esté establecido, que no es el caso. En ese sentido, comentó que ese análisis es evidentemente político. “Pero siendo muy honesto, la mirada política es distinta a la jurídica, pero para el debate inmediato. Porque en el mediano y largo plazo nadie se pregunta cuántos votos sacó tal Constitución. Cuando se votó la del ‘25, votó muy poca gente. Recuerde usted que la segunda vuelta de gobernadores regionales, a nivel nacional, votó un 20% del padrón”, recordó.
En el mundo político también hubo opiniones y, efectivamente, hay diferencias en el análisis. El senador Gastón Saavedra (PS), manifestó que para la validación del proceso es necesario “que concurra a votar una gran cantidad de chilenos y chilenas. Ojalá la misma cuando se plebiscitó esta idea de construcción por parte de una Convención Constitucional. Si llegamos a eso y si se supera habremos contribuido a generar un Estado democrático con participación ciudadana”.
En opinión del diputado del Distrito 20, Eric Aedo (DC), “vamos a batir récord de participación”. Lo anterior, considerando la obligatoriedad del sufragio.
El también jefe de la bancada de diputados de la DC agregó “que vamos a estar en torno a los 10 millones de personas y si es un poco más no me extrañaría, y eso le da legitimidad a un proceso donde los chilenos vamos a decidir si el texto constitucional nos gusta o no nos gusta”.
Lo importante, enfatizó Aedo, es que esta noche no debe haber vencedores y vencidos “tanto en el país, como al interior de los partidos, en especial la DC. Es la lógica de que el pueblo de Chile se pronunció”.
En la derecha también esperan una alta participación, aunque suman otros argumentos. El diputado del Distrito 20, Sergio Bobadilla (UDI), por ejemplo, comentó que el mismo debate que ha generado la propuesta constitucional hará que más chilenos se movilicen a las urnas. El voto obligatorio, además, será clave. “Las multas que se van a aplicar van desde los $30 mil a los $60 mil y eso va a impulsar que la gente vaya a votar”, sostuvo el diputado gremialista.
El presidente regional de Evopoli, Juan Pablo Spoerer, manifestó que con voto obligatorio e inscripción automática, un escenario que no habíamos tenido en nuestra historia republicana, el resultado es incierto y realizar una proyección de participación es complejo. Aunque, opinó “que deberíamos andar rondando el 70% del padrón, lo que equivale a 10 millones y medio de personas aproximadamente, que es un porcentaje enorme (…) Mientras más personas participen más se legitima la opción vencedora”.