Iniciativa que busca facilitar reformas a la actual Constitución, en caso de un triunfo del Rechazo, ya fue aprobada por el Senado. En tanto, la propuesta de nueva carta fundamental, también considera esta posibilidad.
El pasado 20 de julio el Senado aprobó por amplia mayoría (41 votos a favor, 2 en contra y 1 abstención) el proyecto que reduce y uniforma en cuatro séptimos el quórum necesario para modificar la actual Constitución del 1980. Se trata de una iniciativa impulsada por congresistas de la DC afines al Rechazo y que busca reducir los quórum de dos tercios y tres quintos contemplados en la actual carta fundamental.
El proyecto ha generado suspicacias entre quienes apoyan el Apruebo como los parlamentarios del Distrito 20, Félix González (exPEV) y María Candelaria Acevedo (PC), pues aseguran que busca potenciar la opción contraria, además de perpetuar “la Constitución de Pinochet”.
De todas maneras, esta semana el proyecto podría ser debatido en la comisión de Constitución de la Cámara y, como está dicho, en la Región las opiniones son variadas.
Están, por cierto, quienes apoyan, como los diputados DC, Joanna Pérez y Eric Aedo. “Es una garantía tremenda, independiente de quien gane”, dijo la representante del Distrito 21.
Aedo, en tanto, reconoció que han habido conversaciones con representantes del PS para dar celeridad al proyecto. Otros como el diputado del PdG, Roberto Arroyo, a modo personal, comentaron que “es una buena medida para eliminar esos candados que impedían realizar mayores reformas constitucionales, con lo que sería factible realizar los cambios que nuestra ciudadanía solicitó en distintas materias tanto sociales, en salud, educación, pensiones dignas y soluciones en vivienda”.
La diputada independiente pro UDI, Marlene Pérez, destacó que había que estar preparados para lo que vendrá después del 4 de septiembre. “Apoyar esta idea de rebaja de quórum, da cuenta que desde la centro derecha, con una nueva generación de políticos, estamos por avanzar en reformas y cambio constitucional, así lo ratificó la ciudadanía en el Plebiscito de Entrada, pero esto no puede ser a cualquier costo, no hipotecando los próximos 40 años del país”, aseguró.
El diputado González dijo que independiente que se trate de una propuesta de senadores y senadoras de la DC que buscan facilitar su postura en torno al Rechazo, apoyará la iniciativa. “Nada garantiza el resultado del Plebiscito y la actual Constitución está muerta políticamente, así que cualquier cosa que facilite su modificación, es importante”, sostuvo.
De todas formas, enfatizó que lo mejor que podría ocurrir es un triunfo del Apruebo, pues en su opinión es muy difícil que los cambios que propone la nueva constitución, vayan a ser promovidos por el Parlamento en caso de triunfar el Rechazo.
Más crítica es la diputada comunista. “La modificación al quórum es algo que a priori es positivo, dado que hasta ahora los dos tercios han sido un impedimento insalvable para realizar grandes modificaciones a la vigente constitución. No obstante, la presentación de esta iniciativa, a solo semanas de lo que será el Plebiscito, da cuenta de una acción política por parte de parlamentarios que abiertamente se han manifestado por mantener la constitución de Pinochet, tales como los senadores Rincón, Walker y el diputado Aedo, dándole una salida alternativa a dicha opción, desestimando y deslegitimando el actual proceso democrático que representa la propuesta de nueva Constitución, la cual valoro y comparto el espíritu transformador”, enfatizó Acevedo.
¿Y qué dice la nueva propuesta constitucional? En el apartado Disposiciones Transitorias se manifiesta que para eventuales reformas constitucionales se requerirá la aprobación de los cuatro séptimos de los integrantes de cada una de las Cámaras del Congreso. Ello, “hasta marzo de 2026”. Aunque se manifiestan excepciones referidas a cambios en el sistema político y lo referido a medio ambiente. En estos casos, se requerirá de un referéndum ratificatorio, a menos que haya un apoyo de dos tercios de los integrantes de ambas cámaras. En otras palabras, la propuesta de nueva Constitución es más flexible que la actual Carta Fundamental que nos rige, que habla de dos tercios para temas generales y tres quintos para las leyes orgánicas.