La entidad reemplazará al Senado y tiene varias diferencias con el actual estamento, lo que ha generado incertidumbre. Ahora, aclaramos el rol que jugará, cómo trabajará su integración y la vinculación que tendrá con los territorios.
En la última etapa de su trabajo se encuentra la Convención Constitucional. Durante las últimas semanas se ha votado en el pleno los informes de las comisiones de Normas Transitorias y de Armonización. Mientras, en los próximos días se votarán las normas de la Comisión de Preámbulo.
Uno de los principales cambios que introducirá la nueva constitución es el término del Senado y la creación de la Cámara de las Regiones, nuevo estamento que busca una mejor representatividad para los territorios.
Las dudas que ha generado apuntan a las diferencias que existen con el actual Senado, el rol que tendrá y las materias analizarán. Todo esto teniendo en cuenta que los incumbentes, los senadores, no están muy conformes con la resolución.
En las siguientes líneas resolvemos algunas dudas junto a los constituyentes del Biobío Amaya Alvez, Tammy Pustilnick y Andrés Cruz; además de Jaime Bassa, de reciente paso por Concepción.
La Cámara de las Regiones es “un órgano deliberativo, paritario y plurinacional de representación regional, el cual forma parte del poder legislativo en conjunto con el Congreso de Diputadas y Diputados”, dice la convencional Tammy Pustilnick.
Su par Amaya Alvez agrega que “estará encargada de concurrir a la formación de las leyes de acuerdo regional y de ejercer las demás facultades encomendadas por la Constitución. Significa poner en diálogo un sistema político nacional con el sistema político regional por primera vez. En la propuesta de nueva Constitución corresponde a una de las dos cámaras que conforman el Poder Legislativo”.
El ex vicepresidente de la instancia, Jaime Bassa, apunta a que “había una excesiva concentración del poder en la capital y en el presidente. Ahora, el presidente pierde poder, y ese poder lo gana el Legislativo, que estará compuesto por dos cámaras. Una cámara de representación popular, que representa a las personas, y otra de representación territorial, que representa a las regiones. Ambas cámaras tendrán funciones distintas, no serán espejo, por lo que son asimétricas, ya que representan funciones distintas”.
Esta nueva Cámara será la encargada de “la formación de las denominadas Leyes de Acuerdo Regional. Estas corresponden a ciertas materias en que le corresponderá pronunciarse y aprobar el contenido de estas normas, en las materias señaladas en la Constitución”, explica Amaya Alvez.
En este punto, Bassa explica que “tienen bastantes más acuerdos que en el catálogo que actualmente existe”.
Agregó que “podrá concurrir en la tramitación de cualquier ley que ella lo pida. Entonces se genera una dinámica política que complementa la representación popular con la representación territorial”.
Las normativas que podrían ser revisadas por esta instancia son leyes de reforma constitucional, las que regulen la organización, atribuciones y funcionamiento de los Sistemas de Justicia, del Poder Legislativo y de los órganos autónomos constitucionales, las relativas a estados de excepción constitucional, la ley de presupuestos, las que aprueben los estatutos regionales, las que implementen derechos sociales como el derecho a la salud, derecho a la educación y derecho a la vivienda, entre varias otras materias de relevancia para las regiones.
Andrés Cruz complementa que también “podrá concurrir a los nombramientos de diversas autoridades. No podrá fiscalizar las labores del gobierno y será de su exclusiva responsabilidad, resolver las acusaciones constitucionales que se entablen en la Cámara de Diputadas y Diputados”.
Aquí radica otra de las diferencias que tendrá con el actual Senado, ya que “las y los integrantes de esta Cámara se denominan representantes regionales y se eligen en votación popular”, dice Tammy Pustilnick.
“Estará integrada por el número de representantes que determine la ley, pero se deja expresa indicación por la propuesta que el número no podrá a ser inferior a tres en cada región. Se asegurará que su integración respete el principio de paridad, y que se considere la integración de escaños de pueblos originarios”, puntualiza Amaya Alvez.
A su vez Jaime Bassa sostiene que todas las regiones tengan la misma cantidad de representantes “genera condiciones equitativas (…), ese cambio es clave”.
Y complementa con el término del denominado turismo electoral. “Esto además, esta acompañado de requisitos no menores, como el de residencia efectiva. Quienes quieran ser candidatos a la Cámara de las Regiones deberán vivir en el territorio al que postulan, residencia efectiva por cuatro años”, explica.
Andrés Cruz aclara que “estos representantes serán escogidos a la par con los gobernadores regionales y los alcaldes, en comicios que se concretarán tres años después de la elección presidencial”.
La relación con el territorio será fundamental en el nuevo sistema político.
La convencional Amaya Alvez comenta que “releva las temáticas de interés regional en la discusión política del país, a aportar una visión de la política que se nutre de lo ocurrido en diferentes territorios, consolidando el esquema general de un Estado de carácter regional”.
Y agrega que “se involucra, además, en temas como la creación de las empresas públicas regionales o los estatutos regionales, puede llevar a construir enlaces más dinámicos entre el desarrollo de la política nacional y regional”.
En tanto, Jaime Bassa, puntualiza que “la Cámara de las Regiones deberá tener una articulación con los actuales consejos regionales. El representante regional deberá dar cuenta en la Asamblea Regional (como se llamará el Core) y tendrá la opción de presentar proyectos de ley regionales en la instancia nacional. Esto genera una dinámica de que aquello que representan las regiones va a poder estar presente en la discusión nacional en igualdad de condiciones”.