La consejera regional y presidenta de la comisión de Medio Ambiente, Ana Araneda, se reunió con la seremi de Energía, Daniela Espinoza, para abordar distintas materias, entre ellas el anunciado proceso del cierre y posterior aplazamiento de Bocamina II, en Coronel, así como los problemas de escasez hídrica que afronta la Región.

“Concretar el cierre de la termoeléctrica es un hito muy importante para Coronel, por todo un historial de efectos adversos a la salud. El plan de descarbonización ha sido una promesa que realizó el gobierno anterior y también este gobierno, acelerando el periodo para el 2030”, manifestó la consejera ecologista.

Para la presidenta de la comisión de Medio Ambiente de la instancia política, es relevante contar con un proceso claro y que concrete sus plazos. “La reunión sostenida tenía como objetivo tener claridad si realmente el cierre de bocamina será el 30 de septiembre. De acuerdo a lo manifestado por la seremi, sí se cierra, existiendo una mesa de trabajo con distintos actores para terminar con una transición justa, por lo que independiente del déficit hídrico, Bocamina sí o sí se cierra el 30 de septiembre”, dijo Araneda.

Hace unos días la Comisión Nacional de Energía (CNE) instruyó a Enel Generación postergar en cuatro meses el cierre definitivo y desconexión final de Bocamina II, programado para el 31 de mayo. A través de una nueva resolución exenta, la CNE autorizó el cese de operaciones de la planta a partir del 30 de septiembre de 2022.

Araneda agregó que si bien se sabe que la Región del Biobío es la capital de la energía, cuyo 18% corresponde a la fuente agua a través de centrales hidroeléctricas, la condición crítica de escasez hídrica presiona a seguir impulsando las energías renovables no convencionales con responsabilidad y sustentabilidad en los territorios.