Las diputadas Joanna Pérez (DC) y Francesca Muñoz (RN) entregaron cinco argumentos respecto a por qué votarán “Apruebo” o “Rechazo” en el plebiscito que definirá el futuro de la actual Constitución el 25 de octubre.
– Por una oportunidad histórica de definir una real descentralización para nuestro país, entregando mayores facultades a los gobiernos regionales y comunales. Ellos son quienes mejor conocen las problemáticas de sus comunidades y debemos poder dotar a esos órganos de posibilidad real para solucionar esos problemas, entregando iniciativa legal en materias que son directa competencia y rebajando el gran poder que ejerce el presidente en la administración regional.
– La nueva Constitución debe aprobarse con principios de solidaridad claros. Ya no es el Mercado quien defina los destinos de la nación, sino que todos y todas debemos estar unidos por el bien común, velando por una regulación fuerte a las empresas para evitar actos de corrupción, concentración y demás delitos.
– Por reformas y leyes que vayan en directo beneficio de la gente y que no sean descartadas por supuestos vicios sobrevinientes, asegurando que cada chilena y chileno, en momentos de crisis o cuando la realidad social lo haga necesario, pueda saber que sus representantes harán lo posible por resolver su situación y brindarle toda la ayuda posible.
– Aprobar una nueva Constitución es dar un paso importante, donde todos convivamos con respeto, equidad y donde no existe segregación por ningún motivo: un texto que reconozca todas las lenguas, todas las religiones y todos los pensamientos. Un texto que garantice las libertades, superando de una vez y por el bien social el principio de Subsidiaridad.
– Necesitamos una Constitución que garantice la libertad de culto y el derecho a la educación. Necesitamos una Constitución que asegure a nuestros adultos mayores que el día de mañana tendrán pensiones dignas para enfrentar toda la vida que les queda por delante, devolviéndole el júbilo a su futuro.
– Los países serios no se construyen desde una hoja en blanco: Hay que mantener lo bueno y cambiar aquello que se puede mejorar, pero no destruir todo lo que ya hemos construido. Yo estoy por el rechazo, pero disponible a modificaciones a la actual Constitución.
– Incertidumbre social: Nos han querido hacer creer que una nueva Constitución es la solución para todos los problemas: pensiones, salud, educación, lo cual es absolutamente falso. Por el contrario, traería un mayor clima de incertidumbre social, política y económica. Necesitamos entregar certezas y no sembrar más dudas.
– Trampa del aprovechamiento circunstancial: Hubo aprovechamiento político durante el estallido social, se instauraron intereses políticos e ideológicos en las manifestaciones ciudadanas. Las personas pedían mejoras sociales que no pasan necesariamente por una nueva Constitución para ser solucionadas.
– Resguardo de derechos fundamentales: Partir desde una “hoja en blanco” da mucho lugar a perder derechos y libertades que están expresadas en nuestra actual Constitución, en lo económico y también en lo valórico. La actual Carta Magna reconoce el Derecho de la vida que está por nacer, se reconoce y establece a la familia como el núcleo fundamental de la sociedad, el deber del Estado de dar protección a la familia. Nada nos asegura que estos derechos serán reincorporados en una nueva Constitución.
– Reformar para construir un Chile Mejor: Hay que mejorar las leyes y hacer reformas para traer soluciones reales, rápidas y concretas. En estos meses, hemos estado sacando adelante varios proyectos: el aumento del 50% del pilar solidario, el proyecto que permite bajar el precio y acceso a medicamentos, el Dicom de las deudas universitarias como el CAE, apoyos a las Pymes, y el seguro catastrófico de salud para la clase media. Ese es el camino a seguir.