Política

Jacqueline van Rysselberghe, senadora: una penquista en medio de la política nacional

Por: Ángel Rogel 26 de Mayo 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

“¿Cómo se llega a liderar un partido como la UDI? Bueno, trabajando harto nomás”, responde categórica la senadora y timonel nacional del gremialismo, Jacqueline van Rysselberghe.

De dilatada trayectoria, la ex alcaldesa de Concepción, es una de las principales figuras políticas en Chile. Amada y odiada, la senadora del Bío Bío ha forjado una carrera que no ha sido fácil. “Mi vida política me ha permitido desarrollar ciertas herramientas que me han permitido, valga la redundancia, ser hoy presidenta de la UDI. Pero, efectivamente es difícil, la política es un medio extremadamente competitivo y el hecho de ser mujer, y el hecho de ser de región, es más difícil todavía”, agregó.

Con el correr de los años, desde que se inició en el mundo político como concejala de Concepción, Van Rysselberghe ha comprendido la “importancia de generar redes” y ha aprendido “a trabajar consensos” y “a ejercer la autoridad”. Todo lo anterior, dijo, siendo alcaldesa e intendenta, en “el éxito y en el fracaso”.

Claro, su vida política no ha estado exenta de polémica, recibiendo gran adhesión ciudadana, pero también protagonizando una de las historias más condimentadas de la política regional de los últimos años.

En la alcaldía de Concepción llegó a obtener una de las votaciones más altas desde el retorno de la democracia (57,1%), apoyo que la Concertación jamás logró revertir. Bajo su gestión consolidó emblemáticos proyectos para la ciudad (el paseo peatonal que se proyecta desde la calle Prat hasta la Universidad de Concepción, o la remodelación de la Plaza Acevedo, por mencionar algunas) y también un liderazgo que, incluso, la llevó a desafiar al Concejo Municipal, cuando se negó a tomar su postnatal como lo establecía, entonces, la legislación vigente.

La otra cara de la moneda la vivió ya estando en la Intendencia, con acusaciones de irregulares pagos de horas extras a funcionarios municipales bajo su gestión o con su tira y afloja con la Presidencia para que no ser removida de su cargo, como finalmente ocurrió. Como sea, Van Rysselberghe, es una figura regional y nacional.

“Si no hubiera habido terremoto, yo habría seguido siendo alcaldesa. Yo estaba trabajando lograr 70 puntos de votación. Creía que lo podía lograr (…). No me interesaba el trabajo legislativo, me gustaba mucho el trabajo en la alcaldía, pero después de ser intendenta era difícil ser alcaldesa”, dijo aunque le ha cambiado la percepción.

Sí, reconoció: “Me encanta ser presidenta de la UDI”.

Lo complejo, sostuvo, es el tema familiar. “Las personas creen que no trabajamos, pero trabajamos muchos. Vivir en Concepción, que el Congreso esté en Valparaíso, y la sede de la UDI en Santiago, es complicado. En lo familiar uno siempre se pierde cosas, y en ocasiones siente un grado de culpa, eso es así. Pero también uno mira a los hijos, y en la medida que están bien, da cierta tranquilidad, porque al final del día lo que uno aspira es que los hijos de uno puedan ser personas felices”, manifestó.

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