Los trece diputados de la zona fueron analizados por Diario Concepción y el centro de estudios DemoData. Entre las instituciones que más recurrieron a sesiones de lobby con legisladores de la Región, destacan sindicatos, fundaciones y entidades del mundo pesquero.
Entre el 11 de marzo y el 5 de diciembre de 2018, los trece diputados de la Región del Bío Bío sostuvieron 210 sesiones con lobbistas o gestores de intereses.
La nómina consolidada, rescatada desde el sitio web de la Cámara por el centro de investigación DemoData UdeC y a la que tuvo acceso Diario Concepción, devela profundas diferencias entre los congresistas a la hora de dar uso a la plataforma oficial que rige el contacto de particulares con agentes políticos.
Entre ellas, destacan la cantidad de audiencias por cada diputado, como así también el tipo, nombre y rubro de las instituciones que solicitan los encuentros (además de las fechas y el lugar geográfico en que se concretó la cita).
Dicha información comenzó a ser liberada en 2014 con la entrada en vigencia de la Ley de Lobby, que obliga a legisladores y toda clase de autoridades a registrar y dar publicidad a reuniones exigidas por lobbistas.
A cuatro años de ese hito, se esperaría que el empleo del mecanismo sea extendido entre los parlamentarios. Primero, para disipar de los pasillos del Congreso la bruma del cohecho y el tráfico de influencias. Y segundo, para educar en transparencia a aquellos encargados de ejecutar la tarea de representación colectiva.
En el caso del Bío Bío, la tercera región del país con mayor cantidad de diputados, este último punto, al menos, parece seguir en la lista de pendientes.
De las 210 sesiones con diputados de la zona, se desprende una serie de instituciones que pueden ser agrupadas en ocho categorías.
En base a lo anterior, cabe mencionar que la distribución del origen de los lobbistas en porcentaje lo lideran los sindicatos y asociaciones, con un 30%. Le siguen las fundaciones y ONG (15%), los individuos y otros (15%), las empresas y los grandes gremios (12%), las organizaciones vecinales (10%), los interesados en pesca (10%), los interesados en educación (6%) y las instituciones religiosas (2%).
La revisión individual, asimismo, permite clasificar a las entidades que más recurrieron al lobby. El ranking lo encabeza la Federación de Pescadores Artesanales de la Región del Bío Bío, Fedepes, con seis sesiones, tres con el diputado Jaime Tohá, dos con Leonidas Romero y una con Manuel Monsalve.
Más atrás figura la Asociación Nacional de Trabajadores del Instituto de Previsión Social, Anatrinp, con cinco (Francesca Muñoz una, Leonidas Romero una, Félix González una, Gastón Saavedra una y Enrique van Rysselberghe una). El mismo número completa Fundación Renaciendo, organización de apoyo a los niños trans e intersex (Francesca Muñoz una, Jaime Tohá una, Félix González una, José Pérez una y Joanna Pérez una).
Con cuatro reuniones figura el Sindicato Número 1 de Huachipato (Leonidas Romero dos, Francesca Muñoz una y Félix González una), el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, Movilh (Jaime Tohá una, José Miguel Ortiz una, Félix González una y Gastón Saavedra una), y el Colegio de Enfermeras (Francesca Muñoz una, Félix González una, Gastón Saavedra una y Manuel Monsalve una).
Finalmente, con tres citas, sobresale la Asociación de Industriales Pesqueros, Asipes (Jaime Tohá dos y Leonidas Romero una), y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso (José Miguel Ortiz dos y Jaime Tohá una).
Francesca Muñoz (RN) es, por lejos, la diputada que le da el uso más intensivo a la plataforma de la Ley de Lobby. Al 5 de diciembre, apunta 70 audiencias, principalmente con organizaciones vecinales. Igualmente, por su adscripción a la fe evangélica, registra tres encuentros con instituciones cristianas.
Otro RN, Leonidas Romero, se destaca por el alto volumen de reuniones (27). Sus inclinaciones pasan preferentemente por los interesados en pesca, como la Sociedad Pesquera Landes, el Comité de Manejo de Anchoveta y Sardina, Fedepes y Asipes.
El tercero del cuadro, el socialista Jaime Tohá (20 encuentros de lobby), también recibió en su mayoría a agentes del mundo pesquero, como las mismas Fedepes y Asipes, además de la Multisindical de Trabajadores Salmoneros y la Sociedad Nacional de Pesca, entre otras.
Como plenamente identificados con los sindicatos y asociaciones, emergen el ecologista Félix González, el demócrata cristiano José Miguel Ortiz, los PS Gastón Saavedra y Manuel Monsalve, y el radical José Pérez.
Joanna Pérez (DC) con solo seis sesiones, Enrique van Rysselberghe (UDI) con dos, e Iván Norambuena (UDI) y Cristóbal Urruticoechea (RN) con una cada uno, ocupan la zona de la tabla destinada a aquellos que menos contacto tienen con la plataforma que regula el lobby en Chile.
La nota singular la pone el diputado UDI Sergio Bobadilla, quien, pese a formar parte de las comisiones parlamentarias de educación, vivienda y bomberos, no informa de ninguna audiencia con gestores de intereses particulares.
En cuanto a la pertinencia regional del lobby y su efectividad, Sebastián Niklitschek, investigador de DemoData UdeC, subraya la distancia que salta a la vista entre los diputados del Distrito 20 (Provincia de Concepción menos la comuna de la Lota) y los del 21 (provincias de Arauco y Bío Bío), en tanto los primeros agrupan el 81% de las acciones oficiales de lobby.
“Independiente de la diferencia entre la cantidad de escaños de los distritos 20 y 21, ocho y cinco respectivamente, hay un contraste que se asume por el carácter urbano y rural de cada distrito”, explica el especialista.
Daniel Alcatruz por su parte, también de DemData UdeC, cree que “la forma en que se registra el lobby no brinda garantías respecto de qué y con quién hablaron diputados y lobbistas”.
“Es sumamente extraño que diputados que van a cumplir tres periodos legislativos registren apenas dos audiencias, lo que invita a entender que la forma en que desarrollan su actividad, dado el aprendizaje, puede ser vía redes informales”, sentencia.