El legislador por la Región de Valparaíso visitó la Provincia de Arauco, oportunidad en que aprovechó de compartir con comunidades mapuche para conocer su apreciación del Plan Araucanía.
Al calor de su última visita a la Provincia de Arauco, el senador de Revolución Democrática (RD) Juan Ignacio Latorre entrega las definiciones del sector en torno al conflicto Estado-pueblo mapuche.
El único escaño del Frente Amplio en el Senado es crítico del enfoque “forestal” del Plan Araucanía recientemente presentado por La Moneda, en tanto afirma que acentúa las distancias entre comunidades que piden autonomía y un gobierno que insiste con soluciones de corte empresarial.
– ¿Comparte las opiniones de las comunidades mapuche de Arauco en torno al Plan Araucanía?
– Una primera opinión es que hay bastantes cuestionamientos a este plan por ser, de alguna manera, un intento del gobierno por darle legitimidad a la industria forestal en el territorio. Eso preocupa. También hay una visión crítica de lo que puede ser una estrategia de división de las comunidades, con el arrendamiento de tierras. Y, por otro lado, en términos de derechos políticos, hay una ausencia de derechos más colectivos y una preferencia por parte del Gobierno de derechos de corte liberal.
– ¿No comparte la fórmula de reconocimiento y participación parlamentaria?
– Es un reconocimiento constitucional de pueblos originarios, pero sin hablar de un Estado Plurinacional o una ley de cuotas. Vincula a los partidos políticos más que a escaños reservados. Hay una discusión política y una estrategia empresarial de querer solucionar un conflicto por la vía productiva. Recojo eso como opiniones de parte de las comunidades con las que yo también coincido.
– El Gobierno insiste en que el plan se hace cargo de la precarización histórica de la zona.
– Hay una línea del Gobierno de entender el problema como un tema de pobreza, por lo que se necesitaría más inversión privada, es decir un crecimiento de corte capitalista; empresa versus avanzar en distribución de tierras. Esa es la deuda histórica que el Estado tiene con sus pueblos originarios. Yo creo que hay un problema de querer instalar una agenda desde el mundo empresarial, desde la Sofofa, con una lógica productivista que no atiende el problema de fondo, que tiene que ver con la restitución territorial y la autonomía. Autonomía para decidir cómo queremos vivir, el modelo de desarrollo, qué tipo de desarrollo. ¿Queremos más forestales acá? ¿Cómo cuidamos el bosque nativo? ¿Cómo dotamos a la agricultura familiar campesina? Un montón de preguntas que la gente, las comunidades mapuche, levantan y que no tienen el espacio actualmente.
– En Arauco se ha instalado una sensación de invisibilidad, que cuando se habla de La Araucanía la provincia no existe. ¿Suscribe?
– Claro. También se invisibiliza cómo las mismas comunidades han ido controlando territorialmente faenas forestales, fundos de empresas forestales. Las mismas comunidades, en el proceso de movilización, han ido controlando ciertos espacios y demostrado que son capaces de gestionar a otra escala este recurso. Hay comunidades que están levantando proyectos asociativos comunitarios en el plano del turismo, por ejemplo. Lo que aparece más comunicacionalmente es la violencia política, no así la dinámica cotidiana que se da. Es muy interesante conocer y escuchar esas experiencias. También constatar cómo hay distancia con un Estado que no dialoga y mantiene una lógica de represión y control militar.
– ¿Hay una propuesta desde RD de cara al conflicto, más allá del programa de Beatriz Sánchez?
– Como RD adherimos y fuimos parte de la construcción del programa de muchos de Beatriz Sánchez, y desde el territorio RD Wallmapu colaboramos en ese proceso programático. Nos representa fielmente. Nosotros creemos en un Estado Plurinacional, en escaños reservados, en la restitución territorial, en que el Estado tiene una deuda con el pueblo mapuche y que el tema territorial hay que abordarlo. Va a haber que hacer una especie de reforma agraria 2.0 en algún momento. Creemos que las forestales son más parte del problema que de la solución, que la expansión forestal desregulada ha producido despojo. Estamos por la autonomía y miramos experiencias de otros países de América Latina y del mundo que han tenido una relación más civilizada entre el Estado y los pueblos indígenas. Adherimos a una solución política del conflicto.