Nicolás Grau, economista y militante del MA, fue coordinador programático de Beatriz Sánchez en la pasada elección presidencial. De visita en Concepción para la presentación del libro “Chile del siglo XXI: Las propuestas desde la economía”, repasa la difícil tarea de instalación de las ideas del Frente Amplio (FA).

– ¿En qué pie están las propuestas del programa de Beatriz Sánchez?

– Diría que el programa de Beatriz Sánchez es un programa muy sentido por la militancia del FA, organizaciones y también por los parlamentarios. En ese sentido tiene plena vigencia y legitimidad. Dicho eso, no se habla tanto de este programa porque Chile tiene un sistema presidencialista donde la iniciativa de las cosas más importantes la tiene el Ejecutivo y eso obliga a las coaliciones que no están en el gobierno a más bien reaccionar o dar sus posturas a partir. Pero, por ejemplo, en el tema tributario, queda claro cuáles eran nuestras visiones y cuáles son las de Piñera.

– ¿Cuál es esa lectura?

– Piñera está planteando una reforma tributaria que se hace la siguiente pregunta: ¿cómo le bajamos los impuestos al 1% más rico? Eso lo hace a través de la integración tributaria. Y después se pregunta: ¿cómo financiamos eso? Y lo financia aumentando la recaudación del IVA de las empresas más pequeñas. Esa estructura, ese proyecto, es opuesto al nuestro.

– ¿Hay una lección económica de la presidencial?

– Lo económico, incluso reducido a temas de empleo y producción, es importante. Pero hay otras cosas importantes también en el modelo de desarrollo económico, como los desequilibrios medioambientales que generan las distintas estrategias en disputa. Pero  todo depende de la elección que uno mire. La parlamentaria develó que muchos apoyan ideas transformadoras.

– Pero con Piñera se impone un ideario económico pro empleo.

– Hay que decir que no es cierto que históricamente, ni ahora, las políticas de derecha sean pro empleo. Las políticas de derecha son en general políticas pro riqueza y, a veces, esas políticas redundan también en empleo. Así lo vemos ahora con las cifras de cesantía.

– ¿Cómo interpretas a un FA que en campaña se definía antineoliberal?

– Creo que, efectivamente, uno puede calificar al programa del FA como el primero en Chile, con capacidad de ganar, que es antineoliberal. Ahora, yo prefiero ponerlo en positivo, lo que significa pensar un nuevo modelo de desarrollo que distribuya el poder económico y las decisiones, lo que implica crear una sociedad de derechos. En la actualidad, Chile es una excepción cuando se compara con los otros países del mundo y nuestro programa buscaba normalizar el país.