Política

Jaime Concha: “Mientras los depredadores no estén en la cárcel, los abusos van a seguir”

El denunciante del denominado caso Maristas afirmó que no tiene dudas de que siguen existiendo vulneraciones en la actualidad al interior de la Iglesia Católica.

Por: Javier Cisterna 22 de Agosto 2018
Fotografía: Agencia UNO

En marzo pasado, cuatro ex estudiantes del Instituto Alonso de Ercilla se reunieron con el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, para prestar testimonio sobre los abusos sexuales que sufrieron durante su paso por el establecimiento perteneciente a la congregación Hermanos Maristas.

Entre ellos, estuvo presente Jaime Concha, quien narró haber sido víctima frecuente de vejaciones al interior de la institución confesional mientras cursaba sus estudios. Desde entonces, el médico de 55 años, hoy miembro del grupo “sobrevivientes”, se ha dedicado a contar su historia y a motivar la organización de fieles para la prevención de delitos en la Iglesia Católica.

En ese marco visitó Concepción, para reunirse con alrededor de 70 laicos de la ciudad que lo esperaron en el Colegio de los Sagrados Corazones.

– ¿Cuán importante es la organización del mundo laico en el marco de estos casos de abuso?

– Creo que es fundamental el rol que tienen los laicos y laicas en cada diócesis. Ellos son la base de la iglesia. Los laicos y laicas también han sido responsables de lo que ha sucedido. No es solamente el rol que ha cumplido la jerarquía de la iglesia, también, hay que apelar a que los laicos y laicas vayan desarrollando una fe más madura para poder crear una iglesia más horizontal, un nuevo trato que tienen que tener los laicos y laicas con sus pastores, una confianza más lúcida que les permita ser capaces de ser garantes, entre todos, de la dignidad y los Derechos Humanos de las personas. Por otro lado, formar, también, círculos de protección para que no se vuelvan a violar los Derechos Humanos de ninguna persona que quiera vivir su fe en estos espacios de asimetría de poder.

– ¿La ausencia de una fe más lúcida ha favorecido abusos en la iglesia?

– Obviamente que eso influye mucho. Dentro de todas las instituciones abusivas esas formas de confiar, obviamente, afectan la capacidad de las personas para discernir y dañan la voluntad, así que es clave usar la razón. A muchas personas de iglesia les da miedo usar la razón. La razón también nos permite discernir y conectarnos a Dios. No hay que tenerle miedo a razonar, no hay que tenerle miedo a ejercitar la lucidez. De esa forma nos cuidamos todos.

– El papa habló de una cultura del encubrimiento y el abuso. ¿Cómo se ha manifestado?

– Es así. Lamentablemente, aquí no se trata de hechos aislados, se trata de una cultura que se instaló a nivel mundial. Aquí ha habido crímenes sistemáticos que se han repetido de la misma forma. Se ha silenciado a las víctimas, ha habido encubrimiento desde los niveles más locales hasta El Vaticano. Lo hemos visto en Australia, Irlanda, Boston y Chile. Ahora lo estamos viendo en Pensilvania. El Estado Vaticano tendrá que dar cuenta en las cortes internacionales de Derechos Humanos por lo que ha estado haciendo y permitiendo todos estos años. Se trata de infancias fracturadas.

– ¿Cuánta responsabilidad hay en las autoridades locales de la iglesia?

– La responsabilidad está en la autoridad, entonces, como tal se tiene que hacer cargo de lo que pasa y pasará. Se pide que actúen con la verdad, que acompañen a las víctimas y que colaboren con la justicia para romper los círculos de defensa corporativa.

– ¿Puede venir de ellos el cambio que esperan, o consideras que deberían aceptarse todas las renuncias?

– Son estas estructuras las que tienen que desaparecer. Aquí viene un tema crítico, que no está la generación de recambio, por tanto, estamos en la transición en la cual pareciera que hay un desgobierno. Por eso, digo que hay que entender que la iglesia no son los curas, no son los obispos, no es el papa. La iglesia somos todos los que somos hermanos en el bautismo. No hay que temerle a una iglesia centrada en la verdad y la lucidez. Y hay que dejar que todas estas autoridades dejen sus cargos progresivamente, que colaboren con la justicia. Aquellos que tengan responsabilidad penal serán sancionados y, aquellos que no, podrán seguir, pero cambiando las formas, porque lo que hagan hoy va a impactar en 20 a 30 años más. Porque estamos hablando de la revelación de hechos que pasaron hace 20 o 30 años. Si no detenemos esto, vamos a tener otras oleadas en las próximas décadas.

¿Crees que hoy, lo que viviste en la institución marista, se sigue reproduciendo en otros lugares del país?

– A un depredador sexual hay que detenerlo, porque por sí mismo no va a parar. Entonces, mientras la justicia no sea, mientras los criminales, los depredadores, no estén en la cárcel, los abusos se van a seguir cometiendo y el encubrimiento se va a mantener. Mientras eso no suceda, te puedo asegurar que el abuso y el encubrimiento siguen, en el caso Hermanos Maristas y otros.

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