En su última entrevista como jefe regional de la institución, analizó temas de contingencia y pidió más recursos para el Ministerio Público. “El sistema se lo merece”, planteó.
La ceremonia de asunción de la nueva fiscal regional, el pasado jueves, Marcela Cartagena, fue la última ocasión en que su ya antecesor, Julio Contardo, pisó el edificio de la Fiscalía Regional, donde aprovechó de despedirse de quienes lo acompañaron por su paso de ocho años a la cabeza del organismo.
Días antes, concedió una entrevista a Diario Concepción, donde confirmó que postuló a la Fiscalía Regional de Maule, y que además tiene otros ofrecimientos laborales en el ámbito privado y público.
“Me crié con la Reforma Procesal Penal, soy de los primeros fiscales de Chile y tengo un gran cariño por la institución. Siempre que exista la posibilidad de seguir aportando desde dentro sería una alegría y un privilegio. Maule sería una linda posibilidad”, dijo Contardo.
-¿Cómo ve el Ministerio Público de los primeros años a lo que es ahora?
– Es como mirar a una persona crecer, partimos del desconocimiento, porque era un proceso que se instalaba, era un cambio cultural, no sabíamos cómo recibiría la gente la reforma, cómo íbamos a interoperar, con una estructura basada en estudios universitarios, pero no en hechos concretos ni en la práctica. Esto fue creciendo al aprender a hacer el trabajo, a articularnos con los otros órganos del Estado, con modificaciones legales, entonces crecemos como cualquier persona, hoy asumiendo la mayoría de edad. Los 17, 18 años para una institución pública es poco, son instituciones jóvenes. Durante el fiscal Guillermo Piedrabuena fue una etapa de instalación absoluta, con Sabas Chahuán fue un tremendo trabajo de consolidación, y hoy con el fiscal Jorge Abbott, que pretende mejorar la calidad de nuestro servicio con una institución consolidada. Ahora viene la mejoría continua de nuestros servicios.
-¿Y cómo cree que hoy los percibe la ciudadanía?
– Creo que nuestra función está más clara en la sociedad. Hoy se distingue de la labor del juez, pero aún hay desconocimiento de cosas más concretas, pero ya hay una diferenciación. Lo que es relevante es ahondar en los espacios de confianza entre el Ministerio Público y la sociedad organizada, las instituciones y la Fiscalía, tenemos que convencer que nuestro trabajo es de mejor calidad para que las personas nos entreguen información. Todavía cuesta, a veces se cree que la denuncia no va a tener ningún efecto, incluso hay operadores públicos que dicen, oiga no denuncie porque esto no va a tener ningún efecto, y eso le hace daño al sistema, porque si no se denuncia no se conoce la realidad delictual ni nos da la oportunidad de prestar nuestro servicio.
En ese sentido, Contardo destacó la creación, en Bío Bío, de los Planes de Persecución Penal, que dieron origen a las Unidades de Análisis Criminal y Foco, hoy aplicadas en todo Chile.
“El análisis criminal nació acá, mucho antes de la Ley de Fortalecimiento del Ministerio Público, que dice relación con tener equipos de trabajo. Hoy, es distinto cuando llega un fiscal a decirle a una comunidad que va a combatir un foco delictual a esperar que la persona denuncie. Fue un cambio fundamental”.
– Antes de la Ley de Fortalecimiento del Ministerio Público, la principal queja de los fiscales era la gran cantidad de causas que tenía cada uno, con cargas de trabajo superiores a las proyectadas antes de la Reforma, ¿cómo está ahora esa situación?
– Yo creo que las cargas laborales, los sistemas de turnos, siguen siendo extenuantes. Creo que con el paso de los años un fiscal ya no es capaz de desarrollar todas estas funciones, audiencias, juicios, tomar declaraciones. Además, hay traslados, licencias médicas, que van afectando el tema. Esto ha menguado un poco porque en la Región ha habido una disminución efectiva de delitos, y porque el trabajo de la Unidad de Análisis ha logrado retirar de circulación a bandas prolíficas, y eso va disminuyendo la carga laboral diaria de la Fiscalía. Pero sí, si queremos entregar un mejor servicio, requerimos más fiscales y con más especialidades. Hoy la especialización nos permite entregar un mejor servicio, no solo en la persecución penal, sino que también en la atención de usuarios, donde también hemos sido innovadoras, contactando a la víctima a menos de 24 horas de ocurrido el delito, pero sólo en los de mayor gravedad, y eso es lo que queremos ampliar, pero necesitamos más recursos. Sin embargo, las dotaciones están establecidas por ley, por lo que tendrían que ser objeto de una discusión parlamentaria nueva, y creo que el sistema se lo merece. Si como Estado queremos mejorar la persecución penal, modernizar las policías, tenemos que tener más fiscales.
“27-F: Superamos la prueba”.
El 1 de agosto de 2010, Julio Contardo, asumió como fiscal regional. Antes de eso fue el fiscal jefe de Concepción, por lo que recordó esos meses como su momento más difícil en el Ministerio Público, ya que debieron concentrarse en las consecuencias del terremoto, como los saqueos y las destrucciones de edificios.
“Creo que puso a prueba nuestras capacidades y sacó lo mejor y lo peor de los seres humanos. Tuvimos momentos muy duros. Como Fiscalía no paramos un solo minuto, hicimos audiencias en comisarías, no sabiendo de todo nuestro personal, con investigaciones muy complejas. Estábamos en el foco de la noticia nacional e internacional, y no nos dábamos cuenta. Creo que el ícono de eso fue la causa del Alto Río, que marcó un cierre para nosotros. Creo que superamos la prueba.
Contardo cierra su ciclo con varias investigaciones que están en el foco de la noticia, como MasVida, la explosión en el Sanatorio Alemán y las indagatorias por los abusos dentro de la Iglesia Católica.
“Es un gran desafío que hemos asumido los fiscales regionales: dirigir estas investigaciones de connotación nacional, formar y dirigir equipos de trabajo. MasVida avanza en forma satisfactoria, cada fiscal se hizo cargo de una arista distinta. Hay hechos que son constitutivos de delito, hay querellas por parte del Servicio de Impuestos Internos y la Superintendencia de Isapres, que son relevantes en términos de lo que se está persiguiendo. Es de largo aliento, pero va bien aspectada, pero no se vislumbran formalizaciones a corto plazo”.
– ¿Y en el caso del Sanatorio Alemán?
– Ahí ya acotamos el trabajo del sitio del suceso, que fue extremadamente complejo, porque tampoco disponemos de peritos en todo el país y requerimos aportes desde Santiago, para configurar un peritaje que englobara las causas del siniestro. Ahí está la PDI y Carabineros trabajando en conjunto y en los próximos meses definiremos las formalizaciones. Quedan diligencias pendientes.
-¿Y Asipes?
– Hay que recordar que a mí se me entregó Corpesca, que tenía incluida la arista Asipes. Esta última avanzó más lento, tiene diligencias pendientes. Tiene 40 y tantos tomos, evidencia que ocupa bodegas, y se ha trabajado con la PDI. Corpesca está asignada al fiscal Xavier Armendáriz, en Santiago, pero aún no sabemos qué va a pasar con la arista Asipes.
Días después de la entrevista, se conoció que el fiscal nacional, Jorge Abbott, asignó Asipes a la nueva fiscal regional de Bío Bío, Marcela Cartagena.
– ¿Cuál es la realidad de la Región del Bío Bío en los casos por abusos en la Iglesia?
– La Fiscalía Nacional ordenó la designación de fiscales preferentes, y en Concepción y Chillán ya lo hicimos, con los fiscales Sergio Caro y Marcia Venegas, respectivamente. En cuanto a investigaciones, dimos cuenta de cuatro investigaciones vigentes, una en Concepción y tres en Ñuble. Hay otras, pero que están en revisión, y a la espera de asignaciones a los fiscales preferentes.