Política

Cristián Warnken: “El problema de la política es el inmediatismo y la falta de pensamiento. Se toman decisiones apresuradas y malas”

Está en televisión, radio y diarios. Aplana Santiago, va y viene de Valparaíso, vuela a lo largo de Chile. Cristián Warnken, el escritor-poeta de harto pelo y gran nariz que husmea en todo tipo de rincones, llega este miércoles para conversar con Ricardo Lagos sobre la fragilidad en la política. Difícil un mejor entrevistado que la figura política del siglo pasado, acuchillado por su el PS, su propio partido. Promete tablero vuelto.

Por: Luz María Astorga 15 de Julio 2018
Fotografía: Copesa

Fue Fernando. Se apuntó en el Mapu Obrero Campesino. Contribuyó a agitar el Campus Oriente UC en los 80 y se agitó ahí con las vibraciones del primer amor… Carga cierta nostalgia de esos tiempos, se nota en cómo puso esos recuerdos sobre la mesa.

Ahora estamos en el piso 11 de un edificio de cristal en la Costanera, con vista a todo. Al frente tengo a un “barbudo”, como le decían en Cuba a los revolucionarios castristas, de mucho pelo, pocas canas y una gran nariz que ha husmeado en todo tipo de rincones. Caminante de suelos muy diversos y disparejos, el estudiante es ahora maestro.

– ¿Qué queda de Fernando?

Cristián Warnken Lihn (57, seis hijos y 6 mil libros) se ríe.

– Tuve mi época militante o militonto… Fuimos los que hicimos la primera manifestación en el campus cuando los sandinistas llegaron a Nicaragua y ¡los gremialistas nos sacaron la cresta a patas y golpes! Tengo lindos recuerdos, había una épica, una ilusión, fue un tiempo muy creativo.

Y corto. De espíritu “muy anarca y libertario”, lo de ser militante disciplinado no empalma con su genotipo. “En el Mapu nos hacían llenar unas cuartillas con cosas de Lenin para irnos formando políticamente, pero eran tan aburridas esas cuestiones que varios nos dedicábamos a leer poesía”.
Rápidamente voló a España e Italia para estudiar. Por unos días fue punk, se tiñó el pelo verde, usó bototos y muñequeras con puntas. “De vuelta me traje unos pantalones verdes y en la calle me gritaban `¡maricoooón!´. Nadie usaba pantalones verdes acá”.

Allá pasaron muchas cosas, pero una decisiva fue ver un documental sobre la represión de las protestas en Polonia. “¡Lo mismo que hacía Pinochet! Se me empezó a caer todo”. Un avión lo llevó luego a la República Democrática de Alemania, donde lo esperaba una decepción invasora como maleza.

“Conocí una realidad espantosa, el totalitarismo en toda su expresión. Ok, me identifico con la izquierda, pensé, pero soy crítico, no puedo adherir al totalitarismo por una lealtad mal entendida. Entonces empecé a distanciarme de la masa política”. Con los pies ya en Chile, participó de movimientos y protestas previas al plebiscito, “otro momento político potente, único en nuestra historia”. Después vino lo de Cuba…

Un signo potente

Vive en Vitacura -donde se crio-, en un barrio con plaza para que los niños jueguen y también con jóvenes delincuentes que como juego macabro quitan los autos pistola en mano. Le ha tocado verlo. Él no maneja, ni tiene auto. A veces, su metro 94 se enrolla en un taxi. Pero las más son esas caminatas -puede llegar hasta el centro-, kilómetros en que no para de mirar, escuchar y respirar realidad. Impagable. “Lo malo es que con el Waze uno ya no se pierde y habrá generaciones que no tendrán esa experiencia fundamental. Cuando caminas ocurren cosas, encuentros, diálogos…”. Hay gente que se acerca, le pregunta por libros, le comenta sus programas. Claro. Después de décadas en TV -primero como creador del espacio La belleza de pensar ahora convertido en Una belleza nueva-, años de radio (Desde el jardín, en Pauta), de columnas en El Mercurio y de casi 17 años recorriendo Chile con Viaje a las palabras, encuentros para conversar sobre variados temas cada año con distintos pensadores ante audiencia local, Warnken ya es parte de nuestro inventario.

Este miércoles pone pies en Concepción, para hablar, a las 7 de la tarde en el teatro de la UdeC, con Ricardo Lagos sobre la fragilidad en la política. Será la tercera conversación del 2018, actividad siempre gratuita, que viene haciendo desde 2002, con el apoyo de Escondida/BHP. Antes habló de la fragilidad en el cine con el ganador del Oscar, Sebastián Lelio, y de la fragilidad de los pueblos originarios, con el poeta huilliche Jaime Huenún y la educadora atacameña Oriana Mora.

Llena teatros de 800 personas en distintas ciudades, cosa que lo sorprende y alegra. “Es una cosa tan sencilla; se basa en dos personas conversando y mucha gente escuchando. No hay artificios, música ni imágenes. En estos años la audiencia ha ido creciendo y no se trata mayoritariamente de adultos mayores, cada día veo más gente joven, estudiantes, universitarios, personas de muy distinta condición. Que eso suceda “es un signo potente de algo”, comenta y añade:

– Veo más gente joven y creo que se produce porque es tan grave la pobreza de ideas, la falta de referente, que un grupo minoritario, que no es una elite ni económica ni social (porque hay gente de clase media, gente más humilde), está buscando otra mirada. En ese sentido soy optimista, existe una demanda.

Por qué Lagos

Anunciado en Facebook su encuentro con Lagos, una seguidora reclamó. Habiendo tanta gente talentosa, ¿por qué él?, le espetó.

“Uno puede hablar de la fragilidad institucional, pero también de lo endeble y efímera es la vida política. Lagos es un ejemplo, alguien que lo vivió. Me parece provocador. Porque parece ser que la política tuviera que ver con el poder y el poder con algo sólido y resulta que la fragilidad entró en política como nunca”, comenta.

– Lagos enfrentó eso después de décadas de solidez porque el sistema político está descompuesto.

– Por eso es más interesante y pertinente. Justamente porque él apareció siempre como alguien sólido, figura de estadista, con mucho poder. Ahora conversaremos en el momento de una profunda revisión no solo de lo nacional, sino también de la geopolítica mundial. Ha vivido la derrota, podría haber pasado por ella y asignar la culpa a otros, pero hizo una reflexión. Es momento de preguntarle cómo es ese momento en que lo bajan, qué siente… ¡Cómo no va a ser fuerte y duro que la traición a uno de los símbolos, figura del siglo XX, ocurre en su propio partido! Se jugó mucho en ese hecho dramático. Lo interesante será ver si existe un Lagos II.

Warnken habría votado por el exmandatario, pero terminó apoyando a Carolina Goic, por el asunto ético que ella representaba. Piñera nunca le ha “simpatizado”. En vísperas de las presidenciales lo criticó en su columna mercurial, salió una hija y una hermana a defenderlo, y lo bajaron de un gran congreso en el sur. “Me habían invitado con mucha euforia, insistieron bastante”, contó entonces, “yo dictaría la ponencia inicial, pero me mandaron una carta diciendo que lamentaban informarme que yo no podría abrir el coloquio porque había dado una opinión sobre política. Algo que en cualquier lugar del mundo sería un absurdo. Es peligroso cuando el poder político y económico se concentra comunicacionalmente en una persona. Y que un candidato, como Piñera, tenga ese poder en los medios de comunicación, como se sabe que tiene, poder económico al nivel que tiene, y luego poder político. Es asfixiante en un país tan chico”.

– También dijo que sería un retroceso tenerlo de nuevo en La Moneda. ¿Lo ratifica?

– No soy politólogo, mi opinión es la de un simple ciudadano. Nunca he simpatizado con la figura de Piñera; al mismo tiempo, siempre me ha parecido buena la alternancia; nada peor que cuando los partidos se instalan y tejen sus redes. La alternancia obliga a los políticos a trabajar más. Ahora siento que el gobierno lo ha hecho mejor de lo que había pensado. Porque Piñera aparece menos y su no hiperkinética presencia ha ayudado a descomprimir. En el periodo anterior, donde iba incendiaba la pradera. Se disparaba a los pies por esa compulsión narcisista de aparecer. Hasta el momento parece más sereno, mejor asesorado. Un presidente que no se hace notar tanto, puede ser bueno.

Sigue:

– Lo complicado, en el contexto de las investigaciones que se empezaron a abrir sobre la clase política, es su grado de vulnerabilidad porque la promiscuidad negocio-política que tiene es fuerte. Ojalá sea verdad que no estuvo metido en temas turbios… Uno no le puede desear al líder de una coalición de la cual no participa, que le vaya mal porque sería un análisis mezquino politiquero. Ojalá le vaya bien, siendo que no me gusta como figura. Dentro de la derecha hay liderazgos mejores.

– ¿Quiénes?

– Felipe Kast en una figura interesante; también un Manuel José Ossandón que pueda renovarse y mejorar, y Gonzalo Blumel… existe un grupo de gente joven que ha hecho más renovación que la izquierda al interior de la coalición tradicional que era la Concertación.

A tajo abierto

– Siendo hombre de izquierda, aunque náufrago, dice, ¿qué es lo que más le duele del Chile de hoy?

– No sé qué significa hoy “ser de”. Aparte de una cierta lealtad, como la que uno tiene con su equipo favorito de fútbol de la infancia, la izquierda perdió sus referentes y su autoridad moral. Es una crisis muy profunda, pero este extravío permite abrirse a nuevas posibilidades, nuevos lenguajes, nuevos pensamientos, no seguir repitiendo consignas trasnochadas y discursos añejos. Y, sobretodo, el gran desafío es como ser sin ser el “partido del resentimiento”-como la llama el filósofo alemán Sloterdijck. Nada más lejos de mí que el resentimiento y la izquierda parece a veces atrapada en ese estado de ánimo, de lo que nada nuevo y bueno puede salir.

– ¿Cómo explica la corrupción, la colusión, la no ética, la no lealtad, la voracidad que nos mutiló transversalmente? ¿Dónde conseguimos ahora el capital moral perdido?

– La gran pregunta que debemos hacernos es si esta crisis ética estuvo siempre presente en Chile o es resultado de los años de la “modernización”. El hecho de pasar de ser el país pobre y austero que fuimos a uno aspiracional, coloca tal vez lo ético en segundo plano con la pulsión y obsesión por crecer, por ser más, por salir de la pobreza. “Un miedo inconcebible a la pobreza”-como diría Gitano Rodríguez en su canción sobre Valparaíso. Ahí algo se torció en el alma del país, o tal vez por primera vez, como nuevos ricos, sacamos el lado oscuro de la luna que teníamos adentro. Me parece que eso debe ser explorado por la literatura y el cine, la “transición interior”.

– ¿Cómo recuperar la confianza? ¿escribiendo en hoja en blanco el nuevo plan?, ¿sacando a luz lo negro y castigando efectivamente la falta? ¿entregándosela al olvido?

– La confianza no se reconstruye sólo con leyes anticorrupción sino con una conversación honesta, a tajo abierto, en que podemos ver sin complacencias nuestra propia “sombra”, como diría Jung.

– ¿Por qué deberíamos trabajar en defender las cosas buenas del pasado?

– Defender solo las cosas buenas del pasado puede ser una nostalgia que congela la realidad. Prefiero tener nostalgia del presente y del futuro. Abrazar el pasado con todos sus errores para seguir avanzando, creando, viviendo, no quedarse en el que “todo tiempo pasado fue mejor”. La memoria suele mentir.

El camino más largo entre capitalismo y capitalismo

Nada más peligroso que criar hijos dentro de una burbuja.

A partir de esa convicción, los Warnken-Pavlovic mueven a la familia entre Santiago y Valparaíso, y se instalaron a vivir un par de meses en Cuba, no en hoteles, no para conocer la isla turística, sino la isla real.

“Nuestra casa está en un lugar agradable, pero es una burbuja. Y se necesitan niños con un sistema inmune fuerte. Hay una inmunidad física y una existencial, sicológica, que se consigue con el conocer, explorar. Es muy enriquecedor. Los niños están acostumbrados a caminar por lugares distintos, a moverse por un Valparaíso donde ves suciedad, donde hay problemas, delincuencia, pero, también, mucha humanidad. Y han aprendido a disfrutar de eso. Valparaíso no es hipócrita, todo se ve. Santiago, en cambio, esconde parte de su realidad que, finalmente, estalla en violencia y delincuencia”.

Lo de Cuba, dice Warnken, fue “única, inolvidable, tremenda. Un descenso a lo más profundo, justo antes del acuerdo con Estados Unidos. Conocimos, empatizamos, nos alegramos y sufrimos. Me hice amigo de muchos escritores y en especial una que me mostró todo el mundo no oficial. Son notables como pueblo, pero la revolución a la que adherí en mi juventud terminó en una dictadura de líderes viejos, en nepotismo, en totalitarismo brutal. Hoy, al cubano no le interesa ni la democracia ni los derechos humanos. La cosa es comer, salvar el pellejo. Redujeron al ser humano a su mínimo umbral de sobrevivencia. Fidel Castro no tuvo el coraje, porque contaba con apoyo, para haber hecho el viraje en el momento en que cae la Unión Soviética. Prefirió la ideología y sacrificó a su pueblo. Y la revolución se jodió. Finamente, como dijo el escritor y guionista de la isla, Leonardo Padura, “nuestro experimento cubano es el camino más largo entre capitalismo y capitalismo”.

Otra gran pérdida

Recién desde septiembre, Warnken manda y recibe WhatsApp. Pero nunca a la hora de almuerzo ni comida. Se resistió, tal como al auto, fiero defensor de su espacio, de la conversación en directo, del contacto, de la mirada a los ojos, de los silencios y de las horas muertas que son para él las más vívidas. No se trata de ir contra la tecnología, dice, porque es neutra:

“La fusión de un átomo puede producir la bomba atómica y matar a millones y, también, conseguir adelantos en medicina para combatir el cáncer. Lo importante es el que usa la tecnología. A mayor desarrollo tecnológico necesitamos seres con mayor desarrollo de conciencia y más libres ante esos dispositivos electrónicos cada más sofisticados. Pero nos pasó por encima esta ola futurista, no alcanzamos a pensarlo. El uso de la tecnología debiera ser un tema de conversación en la familia, en el colegio, y de tomar medidas, poner límites. La tecnología nos ha permitido democratizar el conocimiento, explorar y establecer vínculos con personas con las que antes era mucho más difícil, pero trae el problema de la alienación que lleva a adicción. Ahí perdemos libertad y las horas en que los sentidos se ponen más alertas. Una gran pérdida”.

En ruinas

“Me parece positivo que la izquierda pase por un desierto y deba construirse. Está en ruinas en Latinoamérica y en Chile. La reflexión tiene que ser profunda: por qué todas han fracasado. Difícil encontrar un triunfo salvo el de López Obrador, un tipo de nacionalismo mexicano muy específico, nada homologable a lo que pasó en Venezuela ni Bolivia. Se trata de un populista nacionalista con raíces en el PRI, hoy de izquierda, pero no tan clasificable… difícil saber qué va a pasar”.

Acá, agrega, “la izquierda se desconectó del país real, porque se cerró en sí misma, en la repartición de los cargos, en el aparato público. Debe hacer un trabajo de reflexión y no esperar que el gobierno se equivoque para pretender levantarse como alternativa. No tiene liderazgos ni personas para la renovación. Existe una sequía de ideas que incluye al Frente Amplio. El gran problema de la política chilena en los últimos años es el inmediatismo y la falta de pensamiento. Se toman decisiones apresuradas y malas”.

Pensamiento Propio: Warnken y Lagos juntos en Concepción

Este miércoles 18 de julio se realizará una edición de las charlas del ciclo “Pensamiento Propio” en Concepción.

“La fragilidad de la política” será la temática que analizarán en una interesante conversación el profesor y poeta, Cristián Warnken, con el ex Presidente de Chile, Ricardo Lagos, en el Teatro de la Universidad de Concepción. Sobre la instancia, Warnken indicó que “no hay una mejor palabra que fragilidad para resumir lo esencial de la condición humana y, también, las características de nuestro tiempo, un tiempo de cambios e incertidumbres, en todas las dimensiones de la existencia social, política, ambiental e interior”.

Mientras que desde Minera Escondida / BHP, organizadores del encuentro, explicaron que “Concepción es una ciudad que nos recibe con entusiasmo e interés cada año, y porque la descentralización ha sido una de nuestras principales motivaciones durante estos casi 20 años de apoyo permanente a la cultura”.

Para participar en la conversación entre ambos intelectuales, los interesados se deben inscribir en la web www.pensamientopropio.cl.

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