Política

La conducción del Frente Amplio en su hora clave

Las fuerzas que encabezan los diputados Jackson y Boric viven tiempos de definición, a pocos meses del congreso orgánico que establecerá los mínimos políticos del conglomerado. En el Bío Bío, los nuevos liderazgos abogan por no replicar el centralismo típico de los partidos.

Por: Javier Cisterna 24 de Junio 2018
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En el último tramo de este 2018 el Frente Amplio atravesará un congreso orgánico que, para muchos militantes y parlamentarios del sector, será la mayor prueba de madurez del joven conglomerado.

Mínimos políticos, mecanismos para procesar diferencias, una visión compartida en la coyuntura internacional y de Derechos Humanos, definiciones en democracia interna, además de una fórmula eficaz para relacionarse con los independientes, son algunos de los temas que se abordarán en las semanas que durará la discusión.

El mismo Frente Amplio que meses previos a las elecciones de noviembre prefirió situarse en la vereda “ciudadana” antes que en la de la “izquierda”, ante todo, confía salir del congreso dotado de una identidad más allá de las posturas de sus legisladores; una que les permita ser real opción de gobierno de cara a 2021 y no precisamente la mera oxigenación de la socialdemocracia chilena.

Para lograrlo, tendrán que sortear antes otros obstáculos, como lo es en primer lugar el congelamiento de relaciones entre el partido y el movimiento más grande del bloque: Revolución Democrática (RD) y el Movimiento Autonomista (MA).

Ambas fuerzas, señaladas como la conducción del Frente Amplio por la cercanía y alianza estratégica de sus dos máximas figuras, los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric, se mantienen enfrentadas por la suspensión del presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), el autonomista Alfonso Mohor.

Desde el MA se acusa la existencia de una maniobra oscura tras la salida de Mohor y, en ella, el beneplácito de militantes universitarios de RD. Como fuere, el conflicto derivó en el quiebre temporal de las relaciones entre ambas colectividades, a nivel nacional y en todos los espacios, hasta que se aclare lo sucedido en los pasillos de la Fech.

Aunque consensuada, la decisión expresa visos de centralismo, como lo reconocen dirigentes tanto del MA y RD en el Bío Bío. Sin embargo, también una oportunidad para revisar el marco de alianzas de las fuerzas, más aún en tiempos de convergencia de la denominada izquierda frenteamplista.

Nos seguimos encontrando

Karen Segura, encargada política del autonomismo en la zona, comenta que el paro político fue una solicitud de la dirección nacional del MA. “Efectivamente, el congelamiento de relaciones existe a nivel nacional y regional, pero estamos también en la situación de que vamos a retomar los diálogos”, sostiene.

En cuanto a lo que se aprecia como una decisión que carga con el peso de Santiago sobre las regiones, la vocera indica que efectivamente puede verse como una cuestión de centralismo, “pero cuando nos ponemos a discutir en torno a cómo se han dado las relaciones políticas en los diversos espacios, es que nos hace sentido atender a las solicitudes que puedan nacer de un territorio en particular”.

“Esta decisión se tomó basada en una problemática específica, lamentablemente centralizada. Es necesario para todas las regiones ponerse a reflexionar. Entendemos que es una problemática santiaguina, pero no le quitamos peso”, agrega Segura.

Una mirada que matiza Eric Riquelme, presidente de Revolución Democrática Bío Bío, quien culpa al excesivo valor que se les entrega a los sucesos políticos de la capital. “Absolutamente se peca de centralismo. A veces en las regiones pagamos justos por pecadores. Son temas que no nos conciernen a nosotros, pero afectan nuestras proyecciones”, cree.

En ese sentido, señala que la directiva nacional de RD “no ha bajado ninguna información de relaciones congeladas” y que, teniendo en cuenta las tareas conjuntas del bloque en la zona, “van a haber espacios donde nos vamos a encontrar sí o sí con el MA”.

Riquelme también puntualiza que dejar que las federaciones sigan su curso de deliberación, es parte de la actualización que requiere con urgencia el frente. “Es fundamental tener disputas federativas, pero eso no tiene que afectar las relaciones. Hay que ver las determinaciones con la autonomía de los espacios. Creo que los partidos y movimientos del Frente Amplio tenemos que madurar y salir de la burbuja universitaria”, suma el timonel de RD.

No obstante, el MA ha comenzado a reflexionar con profundidad en torno a las sociedades que existen en el Frente Amplio, mirando su vínculo con RD y las fuerzas con las que se ha planteado converger. Karen Segura cuenta que el caso de la Fech permite también “repensar las relaciones políticas que tenemos, no solo con RD, sino cómo hemos ido manejando nuestro marco de alianzas”.

En ese contexto, recuerda que la elección de Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC) fue una muestra de ello. “Tuvimos un proceso electoral por la FEC en el que RD no pasó a conformar activamente la misma lista (que los demás colectivos del frente). Si bien no tenemos problemas iguales como los de la Fech, es necesario poder repensar estas relaciones”, remarca.

Hora de converger

En una votación concretada el 12 y 13 de mayo pasado, el Movimiento Autonomista decidió converger con otros colectivos del Frente Amplio. Aún las fuerzas están en proceso de definiciones internas, pero ya se avizoran puntos en común entre el MA, Izquierda Libertaria, Socialismo y Libertad y Nueva Democracia.

“Pensamos que puede ser una buena opción para el Frente Amplio. Creo que la gran diferencia que podemos tener con otras orgánicas que no están en la convergencia, es que nos alejamos de las lógicas tradicionales para hacer política”, menciona Segura, que subraya que en diciembre habrá noticias de este nuevo referente.

Según la encargada política, se va a fortalecer un polo atractivo de mirar, en tanto feminista y sin pudores para calificarse de izquierda, lo cual, dice, no implica buscar un contrapeso a Revolución Democrática. “Nosotros como MA no buscamos hacer contrapesos. Sí marcar diferencias. El objetivo de la convergencia es posicionar una política distinta, no ver qué orgá- nica tiene más peso que otra”.

Eric Riquelme por su parte, ve con buenos ojos la convergencia en tanto vía para procesar diferencias. “Es necesaria otra fuerza que sea igual de potente que nosotros, que pueda generar simetría en lo que sale a decir el Frente Amplio. Nos va a permitir tener mejores consensos en el conglomerado”, sentencia, al tiempo que pide no caer en la discusión de quién es más de izquierda.

“Para nadie es un misterio que después de las elecciones el partido más fortalecido del frente resultó ser RD, pero tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y entender que lo que se obtuvo fue gracias a todos los movimientos y partidos del Frente Amplio. Si la convergencia de fuerzas nos fortalece como bloque, decimos que es necesaria”, cierra Riquelme.

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