Mario Hamuy: “El ministro de CyT debe ser alguien que conozca el mundo de la investigación”
22 de Junio 2018 | Publicado por: Javier Cisterna
De visita en la Región, el titular de Conicyt se refirió a los desafíos del próximo Ministerio de Ciencias, al calor de los debates por los incentivos para investigar en la academia.
En marzo pasado Mario Hamuy completó dos años al frente de Conicyt como presidente de su consejo, y aunque asegura que le gustaría tener mayores recursos para realizar evaluaciones, asegura que el país ha cambiado. Pero no desde 2016.
“Hace quince años atrás había 4 mil investigadores en Chile. Hoy somos 10 mil y eso es gracias al esfuerzo que ha hecho el Estado”, sostiene Hamuy, quien también cree que una señal de los tiempos es el mayor interés que en la actualidad genera todo aquello que tenga un matiz científico.
De hecho, cita un ranking que para él es indicador de un país que mantiene serias deudas, pero que da pasos.
“La encuesta de percepción social de las ciencias, realizada por Explora Conicyt, en la que se consultó a más de 7 mil 500 personas a lo largo de todo Chile, demostró que entre los temas que más interesan a la ciudadanía está Deporte, Ciencia y Tecnología. En último lugar está la política”, afirma el físico que en 2015 recibió el Premio Nacional de Ciencias Exactas y que ayer, de paso por el Bío Bío ofreció, una charla a niños de tercer y cuarto básico de Chiguayante.
– ¿A qué atribuye el mayor interés por la ciencia?
– La ciencia en general nos permite acercarnos al universo y a comprender quiénes somos, cuál es nuestro origen. Nos permite tomar consciencia de nuestra especie. La gente hoy ve la tecnología como sinónimo de una mejor calidad de vida.
– Como indispensable para el día a día.
– La tecnología derivada de la ciencia, efectivamente, aporta en una mejor calidad de vida. Creo que aún falta mucho para que se haga el vínculo entre ciencia y tecnología. Las personas tienen muy claro que la tecnología en un elemento que ayuda en la vida diaria y creo que se entiende. No obstante, diría que todavía hay una brecha entre el conocimiento científico que genera el investigador y la aplicación tecnológica. Hay que acercar esos mundos.
– ¿Hay mayor responsabilidad del mundo científico en esa tarea?
– Como se trata de inversiones públicas, es un deber rendir cuentas a la sociedad. ¿Cómo lo hace un investigador? Mostrando lo que hace, ya sea en forma de producto o conocimiento, que tiene un valor en sí mismo. Ese trabajo hay que ir haciéndolo de forma más creciente. Las personas creo que están muy receptivas a escuchar de ciencia. Hay que hacerlo en un lenguaje simple y con ejemplos.
– ¿Hace una evaluación del trabajo de Conicyt?
– Evaluaciones nos gustaría hacer muchas más, pero no siempre están los recursos para hacer un seguimiento del impacto que tienen nuestras inversiones. Pero es evidente que el país ha cambiado. Hace quince años atrás había 4 mil investigadores en Chile, hoy somos 10 mil y eso es gracias al esfuerzo que ha hecho el Estado a través de las becas de posgrado. Antes se publicaban 4 mil papers, hace quince años atrás. Hoy Chile publica 10 mil papers al año en revistas con comité editorial. Es evidente que el volumen de actividad científica en el país ha ido aumentando.
– ¿Qué hay de la calidad?
– También en calidad. También nuestros investigadores publican en revistas de mayor impacto internacional. Si se pudiera hacer un estudio en simple, la pendiente es positiva. Hay mucho por hacer, países de la Ocde tienen siete investigadores por cada mil personas laboralmente activas, y Chile tiene uno. Esos países también invierten siete veces más. Pero no es solo invertir más, es que la ciencia sea cada vez más ciudadana.
– ¿Cómo se absorbe este volumen de investigadores e investigación?
– El tema de la inserción laboral no solo es responsabilidad del Estado. Uno esperaría que la empresa, el sector productivo, también insertara doctores en sus espacios, de manera que se haga mucho más investigación y desarrollo en el sector productivo. Hoy Chile invierte cerca de mil millones de dólares al año en I+D, de los cuales dos tercios son entre públicos y académicos y solo un tercio es del sector productivo. Eso es al revés de los países desarrollados.
– ¿Hay plazas de empleo para doctorados?
– La empresa privada y el sector productivo tienen mucho que hacer. Las universidades también tienen responsabilidad. Creo que hay que generar incentivos al retiro, que personas que cumplan cierta edad vayan disminuyendo su compromiso horario con la universidad. El Estado debe jugar un rol, pero es una responsabilidad de todo el país.
– Muchos doctores se movilizan por la ausencia de oportunidades.
– Según nuestras estadísticas, de los becarios consultados, cerca de 5 mil, existe solo un 3 o 4% de desempleo, que es menor que la tasa país. Hay que derribar ciertos mitos. No es responsabilidad del Estado hacerse responsable de darle empleo a todos ellos, es responsabilidad también de la sociedad y tampoco los números son tan abultados.
– El Ministerio de Ciencia y Tecnología (CyT) es una realidad. ¿Cómo ve ese paso?
– Es una muy buena noticia para Chile. El ministerio es un instrumento para generar políticas públicas, objetivos, qué se quiere lograr con la investigación científica. No podemos hacer de todo, somos un país chico y tenemos que ver dónde nos focalizamos. Es un espacio para pensar el país a largo plazo, más allá de los cuatro años de ciclo de Gobierno. Es una oportunidad para generar políticas de Estado.
– Hoy el sistema es un mosaico.
– Es un mosaico, disperso, y hay que darle coherencia a ese sistema. Hay que seguir dialogando con todos los actores.
– ¿Hay que dialogar con las universidades que plantean que el ministerio, con su Artículo 9, desincentiva la investigación?
– Todas las conversaciones son útiles, el proyecto de ley es resultado de muchas conversaciones. Ha sido todo esto un proceso trabajado. Sigamos conversando, nadie puede ofenderse. Del trabajo colegiado salen mejores soluciones.
– ¿Le gustaría que el titular de CyT sea un ministro científico?
– Creo que quien asuma la cartera del ministerio tiene que ser alguien que conozca el mundo de la investigación, que hoy se hace principalmente en las universidades. Tiene que conocer el mundo académico. Creo que también tiene que reunir habilidades políticas, armarse de la paciencia que requieren los tiempos políticos, que son distintos a los tiempos académicos.
– ¿Le agrada escuchar su nombre como posible ministro?
– Eso ya es facultad del Presidente de la República, no me corresponde a mí opinar.