La autoridad del ramo afirmó que todavía es muy pronto para realizar balances de los pilotos de los servicios locales de educación. No obstante recalcó que se trata de un proceso gradual que siguen de cerca.
Su primera visita a la Región del Bío Bío completó ayer el superintendente de Educación, Sebastián Izquierdo, quien de paso por la zona aprovechó de participar en la mesa del Sistema de Aseguramiento de la Calidad (SAC) junto a autoridades locales del ramo.
Antes de ello, visitó la sala cuna y jardín infantil Pedro de Valdivia Bajo, oportunidad en que se refirió a los desafíos del sector primario.
“He querido interiorizarme de la situación que tiene la Región. Uno de ellos es el nivel parvulario. Y también aprovechar de compartir con la dirección regional cuáles son los problemas y desafíos que tenemos en el nivel escolar”, indicó Izquierdo.
Respecto a este último punto, hizo hincapié en elementos de convivencia escolar, producto de las denuncias que se reproducen por prácticas de acoso y matonaje, también conocido como bullying.
“Vamos a tratar de acercar posiciones entre apoderados y los establecimientos porque no queremos que se quiebren las confianzas. Por eso, en la mañana dimos a conocer cifras de acoso sexual y de bullying. Yo les pregunto cómo un estudiante que está sufriendo bullying va a poder resolver una duda”, complementó el superintendente.
Consultado sobre si para él estas temáticas guardan relación con la calidad de la educación -en circunstancias de que el titular de la cartera, Gerardo Varela, marcó hace semanas un punto de distancia-, el personero afirmó que “la convivencia escolar es hoy en día uno de los indicadores y como superintendencia vamos a fiscalizar que todos los establecimientos educacionales cuenten con protocolos, planes de acciones y den cuentas a la comunidad”.
En cuanto a cifras anuales, el organismo entregó un reporte sobre denuncias por agresión sexual y comportamiento de connotación sexual en establecimientos. En el Bío Bío, durante 2017, se registraron 32, muchas menos de las 53 de 2016. En lo que va de 2018, existen 5 apuntadas.
El superintendente Izquierdo calificó de “complejo y gradual” el proceso de desmunicipalización, no obstante, comprometió “fiscalización en el traspaso de los establecimientos educacionales a la nueva educación pública”.
En ese marco, evitó entregar un balance inicial sobre el desempeño de los planes piloto de los Servicios Locales de Educación, puesto que es una norma que se encuentra recientemente en aplicación. Sin embargo, cuestionó el volumen de las adecuaciones a las que se encuentran sometidos los colegios a raíz de los últimos cuerpos legales puestos a disposición.
“De todas maneras, tengo una preocupación como superintendente, no por el proceso de desmunicipalización, sino que más bien por la cantidad de leyes aprobadas en el gobierno anterior, que han llevado a que todos los sostenedores tengan hoy una carga burocrática bastante elevada, y hayan tenido que focalizar sus esfuerzos en temas más administrativos y poco al esfuerzo del liderazgo educativo que están llamados a ejercer. Por lo tanto, nosotros como Superintendencia de Educación vamos a ser un aporte en esa dirección, de bajarle la carga a los directores sin perder nuestro rol fiscalizador”, sentenció.
Finalmente, requerido por certezas frente a la existencia o no de lucro bajo el accionar del nuevo aparato revisor de la educación superior, Izquierdo subrayó que “el país debe hoy avanzar en generar un sistema de aseguramiento de la calidad en educación superior y creo que es uno de los desafíos que el ministro de Educación hoy está implementando. De todas maneras el lucro por ley no está permitido y hoy existen las herramientas para velar que eso no ocurra”.