Aseguró que si alguno de los 34 obispos debe dejar el cargo, lo hará. Reconoció que hubo muchas situaciones de pecado.
A pocas horas de haber regresado a Chile, el obispo de la Diócesis San Bartolomé de Chillán, Carlos Pellegrin, detalló el actual escenario de la Iglesia en Chile luego del encuentro que sostuvieron los obispos con el Papa Francisco en Roma.
“Ha sido una experiencia muy fuerte y dolorosa, ya que el Santo Padre nos ha entregado mucha información que no conocíamos en un documento, que ahora es público, el que fue objeto de nuestra oración y reflexión las primeras 24 horas tras reunirnos con él”, sostuvo.
Pellegrin es uno de los 34 obispos chilenos que puso su cargo pastoral en manos del Sumo Pontífice, quien ahora podrá aceptar esas renuncias a corto, mediano y largo plazo, esto a raíz de los casos de abusos de poder, conciencia y sexual perpetrados al interior de la Iglesia en los últimos años.
“Si alguno de nosotros tenemos que salir de esta lista de obispos de Chile por el bien de la Iglesia, lo vamos a hacer. Y si alguno de nosotros, le puede servir al Papa para esta nueva etapa, que cuente también con nosotros”, enfatizó.
Explicó que todos los obispos siguen en funciones, “nosotros le decimos al Papa, si le servimos, aquí estamos”.
Respecto del documento que analizaron los prelados durante los tres días en Roma, el obispo Pellegrin pidió perdón por todas las omisiones y los daños ocasionados a las víctimas. “Hubo mucha situación de pecado, de falta y de delitos, porque hubo informes que no llegaron nunca a la Santa Sede, que se quedaron entrampados en algunos archivos en distintas partes de Chile y eso es inaceptable”.
Recordó que “muchos de esos delitos descritos en el informe se realizaron en los años ’70 y ’80, donde muchos de nosotros no éramos obispos, pero la Iglesia es una comunidad, y por tanto, asumimos en espíritu de comunión y de solidaridad este momento”, recalcó.
Hizo un llamado a toda la comunidad de la Diócesis, para que “si alguien tiene algún tipo de denuncia que hacer, que la haga con seriedad, dando la cara”.
Reconoció el momento histórico y doloroso que atraviesa la Iglesia chilena. Sin embargo dijo que “si algunos obispos se van, ésa no será la total solución al problema. Aquí hay que ir a la raíz, y ahí está en asumir actitudes de pastores más cercanos, pero no sólo los obispos, también los párrocos en cómo acogen a sus comunidades”, concluyó.