Una relación muy especial y un acuerdo de paz, una gran semana para Trump

29 de Abril 2018 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida.

Constanza Fernández Danceanu
Abogada y Analista Internacional

La Cumbre de las Dos Coreas es un momento clave para la historia de la península, ya que la paz nunca había estado más cerca. El multilateralismo volvió a estar de moda de la mano del Presidente francés, Emmanuel Macron. Así, esta semana el mundo es mejor que la semana pasada. ¿Deberíamos agradecérselo a Donald Trump?

El siglo XX se caracterizó por grandes cambios en la hegemonía mundial. De un mundo eurocéntrico pasamos a uno dominado por Estados Unidos y la Unión Soviética, y terminamos con el país del norte como la única potencia. Durante el siglo XXI se ha mantenido este equilibrio de poder. Pero esto podría cambiar pronto.

De una relación especial a una relación muy especial

Históricamente el Reino Unido ha sido el gran aliado de Estados Unidos en Europa. Y considerando que en este momento en ambos países gobiernan conservadores (algo así como la centroderecha chilena) lo lógico sería imaginar que esta “relación especial” –como ellos mismos la han definido– debería haberse fortalecido. Pero el abandono de la Unión Europea por parte de Reino Unido le está costando caro, incluso en su relación con los norteamericanos. Los anglosajones ya no tienen el poder que tuvieron alguna vez. Los años dorados del imperio británico quedaron atrás. E incluso su poder relativo en Europa es cuestionable. Hoy no tienen capacidad de negociación suficiente ni siquiera para acordar los términos de su salida del bloque europeo. Y el Presidente estadounidense Donald Trump lo sabe. Por ello es que decidió buscar otro aliado en el viejo continente, naciendo así una “relación muy especial” entre EE.UU. y Francia.

La visita de Estado del Presidente francés Emmanuel Macron de esta semana a Washington DC capturó la atención del mundo entero. Abrazos, besos y apretones de mano interminables caracterizaron el encuentro de los dos Jefes de Estado. Hasta la caspa del terno de Macron fue removida por Trump para “dejarlo perfecto”. El lenguaje no verbal no podía hablar más fuerte. A gritos se escuchaba como Trump removía del trono a Reino Unido y le entregaba la corona a Francia.

¿Quién lidera a la Unión Europea?

El lugar de Reino Unido en su relación especial con Estados Unidos no es lo único que Francia busca obtener. En un terreno más local, Macron también está intentando destronar a Alemania como el líder de facto de la Unión Europea. Su primer triunfo fue hace unas semanas, cuando Francia respaldó a Estados Unidos en el bombardeo a Siria. La Canciller alemana, Angela Merkel, había señalado ser contraria a una intervención militar sin el respaldo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero luego de que el bombardeo se concretara, no le quedó más que sumarse a las demás voces dentro del bloque y justificarlo.

Su segundo gran triunfo fue el recibimiento de Trump. Tanto Macron como Merkel anunciaron visitas oficiales a Estados Unidos para la misma semana. Macron fue recibido con alfombra roja y cena de gala en una gira de tres días, mientras que Merkel tuvo solo un día y una cena de trabajo.

Emmanuel Macron, luego de dejarse querer y mostrar al mundo su lugar en el corazón de Trump, sacó las garras. En un discurso ante ambas Cámaras del Congreso estadounidense –situación que no ocurría desde hace 58 años, cuando Charles de Gaulle se dirigió a él– aplaudió la amistad entre ambas naciones, pero se pronunció a favor de todo lo que Trump ha prometido destruir. Defendió el multilateralismo, con especial atención a la ONU y a la OTAN. Criticó al nacionalismo y al proteccionismo. Señaló que la guerra comercial no es la solución. Pidió que se contrarrestaran las fake news. Incluso se dio el lujo de decir que él piensa que Estados Unidos algún día volverá al Acuerdo de París, creando un hashtag al efecto: #MakeOurPlanetGreatAgain –“Hagamos a nuestro planeta grande de nuevo”– con el que llega al mundo digital que Trump tanto idolatra, utilizando el logo de su campaña para asegurarse que el mensaje llegue a su destinatario. Hasta le regala un árbol para que ambos planten.

Trump gana la batalla contra Europa

Aunque Macron consiguió una ovación de pie en el Congreso, cabe cuestionarse cuáles serán los resultados reales de su visita. Uno de los mayores objetivos era convencer a Estados Unidos de permanecer en el Acuerdo Nuclear con Irán. Pero lo único que logró fue que se hablara de complementarlo, incluso cuando la representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, señaló claramente que “el acuerdo iraní no se toca”. Gol de Trump. El próximo 12 de mayo sabremos si EE.UU. permanece o no en el acuerdo.

Por su parte, la visita de Merkel partió muy bien, con Trump felicitándola por su triunfo electoral, aclarando que su relación siempre a sido buena, llegando incluso a decir que ella es una mujer extraordinaria. Pero rápidamente el clima cambió. El objetivo principal de Merkel era debatir los aranceles estadounidenses a la importación de acero y aluminio procedentes de la UE que podrían entrar en vigor el 1º de mayo, lo que afectaría gravemente a la industria alemana, especialmente a la automotriz. Pero Trump inmediatamente señaló que “el comercio entre EE.UU. y la EU no es ni recíproco ni justo”. Y aprovechó también de ahondar en lo que él ve como un abuso por parte de Europa: “La OTAN es maravillosa, pero ayuda más a Europa que a nosotros, ¿por qué tenemos que pagarla nosotros?. Otro gol de Trump.

Una reflexiva y cabizbaja Merkel señala que Alemania tiene que asumir su rol en el mundo y arrogarse más responsabilidades. Pero ella ya no tiene el apoyo interno que solía tener, y tampoco el de la Unión. Y menos lo tendrá si Trump decreta la entrada en vigor de los nuevos aranceles.

Paz en Corea, ¿gracias a Trump?

El Presidente estadounidense tiene un don para estar en el momento correcto y en el lugar indicado. Y esto le ha permitido robarse el mérito de triunfos ajenos. Según sus declaraciones, él fue quien derrotó al DAESH, el autodenominado Estado Islámico, él también será quien acabe con la guerra en Siria, y –por si todo eso fuera poco– será gracias a él que la paz se alcance en la península coreana.

El 27 de abril pasará a la historia. Fue la primera vez que un miembro de la dinastía Kim pisa territorio surcoreano desde 1953. Presenciamos en vivo un momento clave, el Líder Supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, cruza la frontera para reunirse con su par surcoreano, el Presidente Moon Jae-in.

“Una nueva historia comienza ahora –un punto de partida en la historia de la era de la paz” escribió Kim en el libro de visitas de la Casa de la Paz, el lugar donde se realizó la Cumbre de las Dos Coreas. Ambos líderes acordaron desnuclearizar la península, trabajar en un acuerdo de paz y convinieron que Moon visitará a Kim en Pyongyang en una segunda Cumbre. Incluso se dio el espacio para bromear. “Ya no interrumpiré tu sueño temprano en la mañana”, le dice Kim a Moon, dejando entrever que dejará de testear misiles por sobre el territorio del vecino del sur.

Pero el vuelco diario de la diplomacia digital de Trump intenta opacar el esfuerzo que la inteligencia de Corea del Sur puso en marcha. Es “Estados Unidos y su grandiosa gente” quienes deberían estar orgullosos por lo que está pasando en Corea, sostuvo el mandatario por Twitter. Quien ayer era el “pequeño hombre cohete” hoy en un “hombre honorable”. El oportunismo de Trump no tiene límites. Y hasta hay quienes han señalado que debería entregársele el Nobel de la Paz.

Concentrémonos en lo positivo y esperemos una resolución del conflicto coreano, independientemente del mérito que Estados Unidos intente robarse, y acostumbrémonos a esto último, ya que con o sin Nobel, Trump tenemos para rato.