Fernando Peña, hombre a cargo de la cartera de Educación en la zona, comenta sus prioridades y adelanta que el proceso de movilización estudiantil que comienza no acompleja al Gobierno.

Como intensos califica Fernando Peña, seremi de Educación del Bío Bío, sus primeros días al frente de la cartera en la zona.

Para nadie es un secreto que Educación es uno de los ramos más complejos de sobrellevar. Lo anterior, más aún cuando toca administrar un legado voluminoso en reformas.

En ese sentido, la prioridad, afirma Peña, es proseguir con el cumplimiento de las normas, pero otorgando el sello de Chile Vamos.

– ¿Cuáles han sido sus énfasis estas semanas?

– Muchos, entre ellos la revisión del estado de las reformas que se heredaron y el impacto de las que ya están en régimen, especialmente el nuevo sistema de admisión escolar y el tema de la carrera docente que, si bien tiene un impacto acotado, obviamente genera expectativas en el profesorado. También hemos recopilado información sobre la instalación de los servicios locales de educación.

– Las reformas llevan la rúbrica de Bachelet, ¿cómo se les da un nuevo sello?

– Mas allá de las visiones de sociedad que nos separan del gobierno anterior, hay un sello diferenciador que, para nosotros, más que tensionar la relación con las reformas, busca enriquecerlas, y para eso resaltamos dos cosas: desafíos en materia de calidad y equidad. Está la arquitectura de la reforma y lo que nos interesa es darle contenido.

– Pero, ¿se aprecia una grieta ideológica?

– Hay lineamientos comunes, basta con ver las votaciones con las que fueron aprobados los proyectos. En el primer Gobierno de Sebastián Piñera hubo un proyecto de desmunicipalización muy parecido, por ejemplo.

– ¿Se ha reunido con estudiantes?

– No hay acercamientos aún.

– ¿Esperará acercamientos?

– Hay que ver cómo termina de organizarse el zonal Bío Bío, yo imagino que cuando eso esté resuelto habrá acercamientos. Por lo mismo, de mi parte, hay prudencia. Tampoco quiero mostrar impaciencia frente a algo que se tiene que desarrollar en sus ritmos y considerando los roles de cada parte. Yo represento los intereses de un gobierno que, sabemos, dentro del mundo estudiantil, puede generar cierta distancia.

– ¿Hubiera esperado diálogo antes de marchas?

– Yo espero que se genere, sería una actitud positiva de parte del estudiantado. Hubiese sido bueno no poner la carreta adelante de los bueyes. Ahora, no es algo que nos acompleje, porque sabemos que las marchas son un espacio de manifestación instalado y, por lo tanto, yo siento que ya no existe de parte del Gobierno la misma reacción cutánea frente a ellas. Sabemos el rol que cumplen las marchas, pero no es algo que nos intimide.

– La convocatoria se acelera por el fallo del Tribunal Constitución por el lucro, ¿qué opinión le merece?

– No me corresponde opinar del fallo de un tribunal, pero mi opinión política es que el lucro, además de estar prohibido desde el año ‘81, hoy con esta ley se genera una institucionalidad pertinente para perseguirlo y sancionarlo. Yo creo que no se afecta la forma ni el fondo.

– Ha habido desvinculaciones en el sector público, ¿qué sucede con su secretaría?

– Llevo menos tiempo que autoridades de la Intendencia y estamos tratando de asumir con velocidad las tareas. Hay que evaluar muchas situaciones en particular para no comprometer situaciones que puedan perjudicar las funciones permanentes en la Secreduc. No hay un diagnóstico 100% acabado todavía.