Concepción fue el primer destino fuera de la Región Metropolitana del ministro Moreno, quien en su rol más político desliza definiciones de la administración Piñera.
Solo horas completó en el Bío Bío el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, pero su breve estadía en la zona fue suficiente para observarlo en las distintas facetas que desde la Presidencia le han solicitado explotar.
En la Universidad Católica de la Santísima Concepción se le vio en papel académico, en el penal El Manzano en función de acercamiento con la comunidad y, antes de las anteriores, en SurActivo, despuntó definiciones políticas en el primer foro de Irade de 2018.
Moreno, que en el anterior Gobierno de Piñera fue apartado en la vereda de los tecnócratas, hoy encabeza el grupo de los más experimentados, cuestión que, reconoce, no le incomoda. Al contrario, entiende que su rol es estratégico de cara a los desafíos que se presentan en la administración Piñera.
– Se habla de acuerdos transversales. ¿Es posible?
– Yo lo veo muy posible, son temas en los cuales hay consenso. Creo que también el Gobierno ha hecho su parte, el Presidente ha señalado cuál es la disposición, estamos haciendo el llamado. Probablemente vamos a tener desacuerdos en algunas cosas, pero vamos a avanzar en aquellas que sea posible.
– ¿Infancia una de ellas?
– El primero es el acuerdo nacional por la infancia, que va mucho más allá del caso del Sename. Queremos realmente hacer un acuerdo con todas las fuerzas políticas para que la infancia y los niños estén primero. Eso significa, por ejemplo, tener sala cuna universal y jardín infantil. Todos los estudios han demostrado que los niños que no tienen acceso a jardín infantil están muy por detrás de aquellos que sí tuvieron. Como tenemos educación básica y media para todos, queremos tener también jardín infantil universal. En esta y otras materias debiéramos ser capaces de llegar a acuerdos.
– En pensiones, ¿la propuesta del Gobierno pasa por qué ingresen nuevos actores al sistema?
– Hay proyectos que vienen desde la administración anterior y el Gobierno va a tomar esto con mucha fuerza, porque el tema pensiones es de primera importancia. En esa materia hay algunas coincidencias y puntos en discusión. Algunos de los temas adicionales que el Gobierno quisiera poner sobre el tapete, es una mayor competencia en el sistema de las AFP y un camino es tener la posibilidad de que nuevos actores compitan.
– ¿Se le cierra la puerta a la AFP estatal?
– Yo creo que lo que más bien se va a proponer, tiene que ver con una cosa más amplia que eso, pero en todo caso hay que esperar que el ministerio correspondiente haga los anuncios.
– Con las últimas polémicas de estos días (agresión a Kast, manifestaciones, fallo del TC), ¿siente que se extravía la agenda de instalación del Gobierno?
– Yo pienso que ha sido un proceso relativamente tranquilo, sin gran complejidad. A mí me tocó estar en la instalación de 2010 con un gran terremoto. Ese factor hoy no está, creo que hay un equipo que conoce bien lo que se requiere, hay personas con experiencia. Creo que ha habido una disposición en el país muy favorable, así lo muestran las encuestas.
– En La Araucanía, ¿primará un enfoque político? Las señales tras el anuncio de modificar la Ley Antiterrorista apuntarían a robustecer el plano policial.
– El problema tiene aspectos políticos, de seguridad, económicos y de reconocimiento de las comunidades mapuche. Lo que el Presidente ha planteado son todos estos aspectos, pero desgraciadamente en los medios lo que se ha destacado ha sido la modificación a la Ley Antiterrorista. Hay un grupo pequeño de personas que ha ejercido el terrorismo en La Araucanía y no hay que confundirlo con el pueblo mapuche.
– En su opinión, ¿tiene el Estado una deuda con sus pueblos originarios?
– Creo que es evidente que tenemos deudas, por lo demás las leyes chilenas así lo han determinado. Es bueno definir cuáles son los destinatarios de esa deuda y cuáles son los montos. Hay deudas como se tienen con tantos grupos vulnerables. La Araucanía, a pesar de todo el esfuerzo del Estado, hoy es la región más pobre. Tenemos que reconocer que lo que hemos hecho no ha dado buen resultado. Hay que ver de qué manera lo hacemos mejor y el Presidente ha señalado que se requiere un gran acuerdo.
– Su sector habla de un Gobierno de ocho años. ¿No le parece un poco precipitado?
– Los grupos políticos siempre tienen la aspiración de ser Gobierno, pero hoy me parece que el trabajo tiene que estar destinado a hacer un buen Gobierno. Hay que hacer las cosas bien y cumplir lo que se prometió, después la gente juzgará. Si no se hace un buen Gobierno no hay ninguna posibilidad de que el período se alargue.
– Finalmente, usted fue canciller. ¿Cómo proyecta las relaciones Chile-Bolivia?
– Pienso que en Bolivia ha habido una aspiración y cada país puede tener todas las que quiera. El problema es cuando esa aspiración es ocupada para fines que son distintos a los de avanzar en mejor acceso a los servicios portuarios y se emplean con fines políticos. Siempre el resultado ha sido malo y esta demanda ha estado marcada por dicho factor. Cuando se hizo la constitución nueva de Bolivia, hasta los sucesivos movimientos para que el Presidente Morales sea reelecto, todo eso ha estado relacionado al aumento de la beligerancia.