Héctor Gaete, rector de la U. del Bío Bío, aseguró que no es la primera vez que se ingresan indicaciones con afán de dilatar discusiones en materia educativa.

Como una legislación que apunta en la dirección correcta calificó Héctor Gaete, rector de la Universidad del Bío Bío, la Ley de Educación Superior que ultima sus trámites en el Congreso.

A ese respecto, la autoridad académica estimó que una de las principales falencias del proyecto ha sido la demora en cada una de sus etapas, pese a existir bases concretas hace años. Cuestión que para Gaete alienta críticas, aunque no con un sentido propositivo.

– La aceleración de las discusiones es materia de cuestionamientos incluso desde el oficialismo. ¿Cómo lo observa usted?

– Hay algunas voces que se levantan ahora, en la línea de decir “está terminando el Gobierno, cómo es posible que esto se quiera sacar a la rápida”. Nosotros llevamos más de tres años trabajando, el Cruch ha hecho un esfuerzo importante de colaboración.

– ¿Los cientos de indicaciones reflejan necesariamente carencias del proyecto?

– Yo no comparto que esto sea improvisado, la Ley de Educación Superior o la Ley de Universidades Estatales. Hemos estado en esto al menos tres años y fracción. Personalmente he estado, puedo dar fe de que no es algo improvisado. Otra cosa es que mucha gente tenga diferencias con el proyecto. A mí lo que me parece extraño es que en los últimos seis meses hayan aparecido más de 600 indicaciones al proyecto de Educación Superior.

– ¿Por qué sucede esto a su juicio?

– Me enteré de que un solo senador oficialista presentó cerca de 60 indicaciones. Me parece realmente extraño, pero no es la primera vez que sucede. Pasó también cuando se hizo la Ley de Aseguramiento de la Calidad, cuando se crea la Comisión Nacional de Acreditación, en que por los intereses creados se presentaron 900 indicaciones para parar el proyecto, hasta que el Gobierno de la época cedió en algunos puntos y cayeron las indicaciones. Entonces me parece sospechoso. ¿Por qué pasa esto? Yo creo que es sospechoso, después de trabajar tres años en el proyecto.

– Frente al proyecto de universidades estatales, ¿el cálculo es positivo o negativo?

– Es un proyecto histórico. Es primera vez que el Estado dice “yo tengo universidades”. Segundo, clarifica el rol de las estatales. Tercero, eso no puede ir en detrimento de  ninguna otra universidad. Y cuarto, clarifica muy bien el rol de los gobiernos corporativos al interior de las universidades del Estado y la participación que van a tener estamentos como el administrativo y estudiantil.

– ¿Quedan conformes?

– Esperábamos más, pero lo que hay es bueno y se va en la dirección correcta.

– ¿Qué queda pendiente?

– Todo lo de financiamiento no está, pero más importante que eso es que tampoco está el tema regional. No hay nada. Esos dos puntos están ausentes.