Este domingo de elecciones hace ingreso el método proporcional en reemplazo del mecanismo binominal, criticado por asegurar empates y sobre representaciones partidarias. Las esperanzas están puestas en un Congreso nuevo que refleje el sentir de las mayorías. ¿Será posible?
De 120 a 155 diputados y de 38 a 50 senadores es el incremento de legisladores que experimentará el Congreso Nacional luego de implementado a plenitud el nuevo sistema proporcional.
Este mecanismo, erigido como Ley de la República en mayo de 2015, sustituye al anterior de carácter binominal, acusado de sostener desde el fin de la Dictadura un infructuoso empate técnico entre la derecha y la otrora Concertación, sobre representando a partidos en determinados territorios e impidiendo el ingreso a las cámaras de nuevos actores políticos.
Pero no se trata de un mero cambio de formas. La instalación de la proporcionalidad también considera una reordenamiento distrital.
Por ejemplo, el actual Distrito 20 correspondiente a la totalidad de la Provincia de Concepción –exceptuando la comuna de Lota- es fruto de la fusión de los ex distritos 43 (Hualpén y Talcahuano), 44 (Concepción, Chiguayante y San Pedro de la Paz) y 45 (Coronel, Florida, Hualqui, Penco, Santa Juana y Tomé).
A ello debe sumarse la aplicación del método d’Hont, que determinará a partir de cada lista inscrita quiénes serán los candidatos que finalmente se transformarán en diputados y senadores.
¿Qué es el d’Hont?
Se trata de una regla que, a través de una operación matemática, establece el número de escaños según la proporción de votos obtenidos por cada lista inscrita.
El Servel explica que para hacer los cálculos respectivos, se suman los votos de cada lista y después se dividen por uno, dos, tres y así sucesivamente, hasta la cantidad de cargos que deba elegirse. En el caso del mencionado Distrito 20, se llega hasta ocho, mismo número de diputados que se escogerán.
Los números o cocientes que hayan resultado de estas divisiones tendrán que ser ordenados de manera decreciente hasta el número correspondiente a la cantidad de cargos en disputa. Finalmente, a cada lista se le atribuirán tantos escaños como números tenga en la escala descrita (ver infografía de ejemplo).
Finalmente, en cuanto a los pactos electorales, se llevará a cabo la misma operación anterior para determinar cuántos cargos se le asignarán a los partidos que los integren. Con ello, resultarán seleccionados los candidatos que hayan obtenido las más altas mayorías individuales de cada partido político.
Los principales cambios
Mauricio Morales, director del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, afirma que son cinco los cambios a los que se tiene que prestar atención de cara al estreno del sistema proporcional en el Congreso.
Primero, el aumento de candidatos, lo que acrecienta la oferta partidaria; segundo, la constitución de cámaras más diversas que crucen el umbral de los dos bloques históricos; tercero, la aparición de nuevas figuras debido a los escaños que se suman; cuarto, más legisladoras que ingresen gracias a la ley de cuotas; y quinto, la ansiada proporcionalidad, es decir, que el porcentaje de votos que obtenga cada partido sea similar al porcentaje de asientos que gane.
“El sistema se hace más representativo, esperamos que más proporcional, generando una mayor oferta y permitiendo que los partidos compitan en todo el territorio. Acá vamos a medir el poder real de los partidos y los electores van a tener en la papeleta un representante del partido que prefieren y no como era antes, que un votante socialista, por ejemplo, tenía que escoger entre un DC y PPD, ya que en esa negociación dicho partido había decidido no competir”, sostiene el especialista.
La lista por sobre el candidato
“Si bien las personas piensan que están votando por un candidato, en verdad están votando por una lista”, sentencia Sergio Toro, director del centro de investigación DemoData de la Universidad de Concepción, haciendo hincapié en que el nuevo sistema privilegia el ordenamiento colectivo de los partidos por sobre lo sobresaliente de algunas figuras.
Sin embargo, añade, al persistir lógicas personalistas en la actividad política, los candidatos fuertes seguirán llevándose las mayores preferencias, “lo que a la hora de aplicar el d’Hont favorecerá la existencia de arrastre, mismo efecto que generaba el cuestionado binominal”.
En ese sentido el doctor en Ciencia Política augura una mantención de los nombres que repostulan, a causa de su mayor conocimiento público y el poder de movilización de los partidos, que en un contexto de voto voluntario cobra alta relevancia. No obstante, al igual que muchos, espera que existan algunas sorpresas producto de la proporcionalidad del sistema que desde hoy se aplicará.