El realizador de películas como “Subterra”, Marcelo Ferrari analizó con Diario Concepción qué factores se deben tener en cuenta para lograr la efectividad en una franja que se emite diariamente en televisión.

El año 1988 fue histórico para la historia nacional. El 5 de octubre de ese año se firmó el retorno a a la democracia tras 16 años de dictadura militar.

Para lograr esa instancia, meses antes se desplegó una campaña televisiva que hasta el día de hoy conocemos como franja electoral. Allí las opciones de SI y NO dieron a conocer sus propuestas y, de paso, marcaron un precedente en este tipo de programas que alcanza en los cinco canales de televisión nacional 30 puntos de rating.

Para los partidos y candidatos es la vitrina ideal para darse a conocer y exponer sus ideas a la ciudadanía de manera masiva y así lograr una votación aceptable. En actual franja, hemos podido ver críticas al modelo actual o exponer historias sobre posibles escenarios tras la elección de un candidato determinado.

En conversación con Diario Concepción, el director de cine y académico de la Universidad del Desarrollo (UDD), Marcelo Ferrari, analizó los factores que deben tener estas piezas audiovisuales para lograr su efectividad.

– Desde un punto de vista audiovisual, ¿Qué características debieran  tener las franjas electorales para lograr su objetivo?

– Es súper interesante recordar la franja del SI y el NO, ya que es algo histórico, casi mitológico. Ahí se hizo algo que logró un resultado tan apabullante por sobe la franja del SI. Primero, hay que hacer un reconocimiento al trasfondo político, en donde tu decidías SI y seguir con la dictadura y cosas más allá de lo audiovisual. Pero en lo netamente técnico, existió mucha honestidad (en la campaña del NO), a diferencia de la otra, donde de verdad, había la construcción de un mensaje donde trataban de aparecer felices para que votaran que SI, y ahí no había nada de honesto. En la franja del NO había cariño y una valoración de la fotografía, los colores, la música, etc. Rescatando aquel hito histórico, la honestidad se siente en la pantalla y nunca hay que olvidar que este tipo de comunicación es política, pero tiene algo artístico, algo sensible, por lo que no da lo mismo como esté contado estéticamente. Pero los elementos sensibles, ya sea la fotografía, la música o el color, es lo que más comunica.

– Pensando en esto mismo, la franja del NO deber ser tomada como ejemplo para estas campañas

– Deber ser utilizada, pero también hay que pensar que han pasado muchos años, que Chile y las comunicaciones son otras. Hoy las redes sociales manejan la agenda comunicacional, por lo que ocuparla de manera completa es equívoco. Hay que rescatar la autenticidad, honestidad y trabajo que se realizó en esa época.

– Usted habla de honestidad, ¿En la franja hay alguien que logre eso?

– Te soy franco, la vi un poco, pero están al debe. Yo creo que los comunicadores políticos están con una ansiedad comunicativa, casi calcada a lo que ocurre en redes sociales y eso hace que se pierda la intensidad y autenticidad, disfrazándose de una comunicación moderna. Yo creo que quienes optan por un registro cuidado estéticamente, pero  con poquitos elementos y que dice algo muy verdadero conseguirá un mejor efecto, que quienes se dejan seducir. No todo tiene que tener la estética de un meme o un viral.

– Quizás lo que se hace en las campañas internacionales, con puestas en escena apoteósicas ayudan a generar este escenario.

-Donald Trump es el ejemplo. Él realizó una comunicación efectiva, porque tuvo logros, pero que son un disfraz. El generaba un mensaje para cada público, o sea, decía lo que quería escuchar esa persona en particular, y eso me parece que es la deshonestidad máxima, por lo que no debe ser el camino. Si uno hace cualquier cosa por obtener ese resultado, a lo mejor va a lograr su votación y de paso, desprestigian un poco más a la política y eso es lo que nos ha pasado como país.

– ¿La campaña que realizó Trump es la antítesis de la propuesta del NO?

-En un sentido lo es, Trump hizo un intento para tener un resultado concreto sin preocuparse por las ideas y ser honesto. Yo pienso que hoy en día, tiene  que haber un intento por ser efectivo con buenas armas y responsabilidad. En el último tiempo los comunicadores políticos han buscado un resultado sin mirar la perspectiva de los últimos años, en donde la política viene perdiendo prestigio y relación con la gente. Ahora los políticos dicen algo en la campaña, pero creen una cosa distinta que ayuda al desprestigio de la política.

-¿Estas campañas pueden arreglar en algo el desprestigio de la política existente?

– La posibilidad existe, pero lamentablemente el país está sumiso en una ansiedad electoral y de adquisición o mantención del poder que haga que muchos opten por un resultado cortoplacistas. La comunicación puede ayudar mucho a darle un nuevo prestigio a la política.