Sin acuerdo para la segunda vuelta están perdidos. Buscando cómo llegar a acuerdo están cada vez más peleados. Se entiende. Tienen cuarentitantos días para resolver y enmendar años de errores y pecados, y llegar a las presidenciales con cierta dignidad y una propuesta meritoria.
No solo llevan dos candidatos; tienen, también, como competencia hijos chúcaros que repudian todo lo que huela a Nueva Mayoría o algo parecido, no importa cómo se llame. Son los candidatos –Bea, Meo, Navarro y Artés– que representan a ese 45% de chilenos que, según el último estudio Cerc-Mori (de septiembre) no quiere otro mandato de la NM, de la que Alejandro Guillier aparece como continuador.
La centroizquierda en jaque mate. Autoprovocado. Craneando la jugada maestra, esta intensa semana de discretas reuniones a espaldas de la prensa y enfrentamientos abiertos de cara a las cámaras, unos insistieron en la idea del imprescindible acuerdo, incluyendo a una treintena de DC no alineados.
Mientas otros DC –empezando por la candidata y la directiva- insistieron en que de eso ahora ¡ni hablar! No habrá conversación alguna antes del 19 de noviembre. Carolina Goic trabaja con todo para llegar a segunda vuelta y suscribir un acuerdo de apoyo recíproco sería debilitarla, reza el argumento simple… Pero Marta Lagos, de Cerc-Mori, da otro: Goic (que se cree llegará a 13%, piso DC), está recuperando el voto de quienes en 2013 ya no votaron por la Nueva Mayoría, electores ocasionales que no querían a Michelle Bachelet. Si hoy dice que apoyará a Guillier en diciembre perderá esos votos porque “las personas se quedarán en la casa sintiendo que “¡todo esto es una farsa!”.
Otros que sí voten, agregan en su comando, “lo harán por Piñera”.
Lo concreto: hoy todos saben que ninguno de los principales candidatos en carrera tiene posibilidad alguna si en segunda vuelta no tiene el apoyo de los otros. “Sin acuerdo para eso, gana la derecha. Eso significa involución en varios temas”, sentencia Francisco Vidal, desde el comando de Guillier (nota aparte).
A Carlos Ominami también le preocupa el “retroceso social y cultural”, y enfatiza la necesidad de un acuerdo que, dice, al menos Meo ha sido claro en plantear desde el comienzo. Un pacto para que no gane Piñera, ¿a como dé lugar?
Marta Lagos:
“¡Qué se han creído! El votante tiene mucho poder y no se va a dejar manipular de esa forma. No le pueden decir “si le gusta la Bea, marque por ella no más, porque igual en segunda vuelta votará por mí”. Con eso, en el fondo, te están diciendo que habrá “una sola vuelta”, porque ya todo está decidido. Y los chilenos no quieren que decidan por ellos. Veo una miopía política supina… Va a ganar Piñera, la gente no se quiere convencer. Guillier es un mal candidato, fue incapaz de armar una coalición con todos y pasó lo que pasó, y con el PS que comenzó el desgrane. Y mira cómo están las cosas: en 2009, Frei fue un mal candidato y sacó 29%. Hoy Guillier marca 30% y lo consideran un éxito”.
Contra reloj, la centroizquierda busca caminos, se pierde, enreda y equivoca.
El jueves, Guillier almorzó en Valparaíso con la bancada socialista. Los diputados le pidieron fortalecer la relación con la DC. Juan Luis Castro demandó un gesto importante no solo hacia ese partido sino también al Frente Amplio. Y Osvaldo Andrade planteó en que el tramo corto que queda, se realce con mayor fuerza el legado de Bachelet.
Todo lo anterior, mientras Goic se enfrentaba con el Partido Comunista al reclamar excesiva influencia en el Gobierno, señalando que es uno de los principales responsables de la crisis en la Araucanía. Lo dijo a Emol TV. Y Guillermo Teillier respondió a través de todos los medios: “Siento mucho que Goic coincida absolutamente con la derecha. Nosotros pensaríamos dos veces estar en un gobierno con ella porque si van a ser comunistas con mordaza, no vamos a ir a ese gobierno”.
Se sabe: la DC y el PC con suerte se mastican…
Por su parte, el Frente Amplio guarda silencio: las decisiones se tomarán a través de plebiscito. Pero, desde ya, que un frenteamplista apoye al que aparece como continuador de lo que su partido rechaza, tiene más de transgénico que de política.
Para dónde se mire, la cosa se ve negra o, al menos, gris grafito.
Por eso no sorprende que el comando de Guillier busque reuniones de todo tipo con equipos de otros candidatos y que, incluso, activen contactos con los ex mandatarios Eduardo Frei y Ricardo Lagos, para que se sumen al titánico esfuerzo de unir fuerzas. Dicen que esto sería evidente después del 19 de noviembre, aunque el PS y el PPD querrían que fueran antes.
Pero no será, según versiones, para no debilitar a ni un candidato.
Hay algo más: la carta. Esa que se titula “Para seguir construyendo”, que aboga por apoyos recíprocos para segunda vuelta y que al cierre de esta semana ya tendría unas 300 firmas, entre ellas 36 DC, 28 PPD, 17 PS, 17 PR, 5 PC, 4 independientes, toda esta información no oficial.
“¿Algunos de esos firmantes ha hecho algo significativo en la política chilena en los últimos 10 años?”, pregunta Marta Lagos agregando: “Ahí hay NN que pasan piola, miembros del sistema político que la gente ni conoce… muchos que lo único que quieren es mantener la pega, pero no saben nada sobre cómo funciona el sistema. Son unos desesperados, amarrados al poder”.
Esa misma carta, un Vidal optimista la ve como algo “contundente”, porque los que firman “saben de qué se trata esto: sin acuerdo no se gana… Y si aparece una carta con 500 firmas, que incluya desde la DC al PC, cambia el asunto”.
-Hace unos meses se avanzó en un acuerdo entre Goic y Guillier. Se habló de un mínimo común, 14 puntos programáticos, ¿por qué fracasó?
-Porque la DC quiere separar aguas de la NM y porque en todas las candidaturas hubo cierta tozudez, infantilismo, creer que puedes pasar a segunda y todos te apoyarán.
En la DC hay otra versión: el acuerdo se fue al tacho porque no hubo lista parlamentaria común. Lo dijo Matías Walker.
Vidal está convencido de que antes del 19 de noviembre debe existir un acuerdo político, programático y de gobierno entre las candidaturas de Guillier, Goic, Sánchez y Meo.
-¿Cómo llegar a eso si hasta ahora la DC ha publicado en su web treintitantas propuestas, mientras Piñera no tiene nada, Guillier pone noticias y Meo solo algunas ideas? Bea nada porque van a plebiscitar.
-Para no enredarnos en lo programático creo que debemos establecer un piso, una plataforma: “mejorar, consolidar y proyectar las reformas de Bachelet. Agregando las nuevas ya enviadas, como pensiones y matrimonio igualitario”. Ese es el único eje claro, a eso hay que anclarse; son cosas concretas para la gente. Si logras ese piso, ya tienes una plataforma para el que pase a segunda.
-Carlos Ominami aspira a un acuerdo mayor, a un nuevo pacto, partiendo del hecho que la NM murió. Entonces piensa en un trabajo de diciembre a marzo, al menos.
-Lo esencial es el acuerdo básico antes del 19. Pasando a segunda vuelta tienes el verano para aterrizar lo esencial. En los hechos, la segunda vuelta es otra elección, otra coalición, otro programa, otro acuerdo. Entonces se da naturalmente lo que dice Ominami. El punto es hacer lo básico antes de la primera vuelta para no repetir lo de 2009.
“Si hay alguien que conoce bien la historia de 2009 soy yo”, dice Ominami; sería dramático repetirla y estamos en esa línea. Los tres candidatos de centroizquierda –Frei, Meo y Arrate- sumaron 55%. Piñera 44%. Pero no hubo acuerdo y en la segunda perdimos (Piñera ganó con 51%). Ahora, entre las opciones de centroizquierda van a sumar algo parecido… por eso todas las fuerzas políticas, particularmente la DC, debiera reflexionar sobre eso. Hay que tener presente los intereses del país y las responsabilidades que cada cual asume en caso de una derrota que se habría podido evitar”.
-Hay que considerar otros da- tos, si comparamos con 2009. El ambiente, las peleas entre partidos, la distancia entre políticos y ciudadanos, el desprestigio por corrupción, vínculos con empresas, ahora con narcotraficantes… El estudio CERC- Mori establece que el 72% de los chilenos no vota por partidos, sino por personas. Y que el 45% no quiere otro gobierno de la NM.
-El acuerdo del que hablo no tiene que ser para un gobierno de la Nueva Mayoría, que en su situación actual murió, sino para un nuevo tipo de gobierno, con características distintas. Por ejemplo, que el FA pudiera llamar a votar por candidatos de centroizquierda diciendo que eso no obliga a formar parte del gobierno. Para el Frente Amplio es muy difícil sostener que le da lo mismo que gane Piñera o no. Que gane la derecha o no.
-También le resulta difícil apoyar a la NM.
-Mira, uno podría decir: “Vamos a votar por el candidato de la centroizquierda que llegue a segunda vuelta y se va a explorar –entre diciembre y marzo- la posibilidad de concretar un pacto como lo hicieron los alemanes, por ejemplo, entre la DC y la socialdemocracia, y que les tomó 45 días.
(Se refiere a lo sucedido en el mandato Merkel que terminó recién y donde establecieron un acuerdo de gobierno plasmado en 160 páginas).
-El ambiente no ayuda.
-Convengo, aquí hay una diferencia importante; me parece que las dirigencias partidarias están mucho más enfrentadas que la gente. Pero siento que un acuerdo de este tipo –que reconozco hoy extremadamente difícil- sería bien recibido. Ayudaría también a que este conjunto de fuerzas que aparecen dispersas, divididas, tengan un punto de convergencia. Esto favorecería a cada una de ellas y al conjunto. Es súper difícil, pero no hay otra, hoy no existe opción frente a Piñera, ése es el tema. Si hubiera nueva alianza y mínimo orden, tal vez la gente vea una opción y salga de su abstención.
– ¿Y quién podría condu- cir ese trabajo? ¿Superman?
-Estoy de acuerdo. Todas las dirigencias están debi- litadas. Y, además, los presidentes de la DC, PS,PPD,PRyPCson todos candidatos a algo. En la DC incluso el vicepresidente.
No solo eso. Están en campaña y enfrentadas.
Marta Lagos remata:
-Lo que puede suceder es que de repente salga un iluminado, que proponga una coalición distinta, con un program común… pero no lo hicieron antes, no fue capaz Guillier, tampoco el PS y aho-ra ¿quién tiene guata política para eso?
Es el tema de fondo, pero de eso no se habla.
¿Elecciones presidenciales sin que los candidatos den a conocer su plan a poco más de un mes de la votación?
¿Cómo se podría establecer un acuerdo sin poder debatir sobre programas?
Carolina Goic ha puesto en la web 33 propuestas, pero otros solo han lanzado algunas ideas, enunciados, frases. Meo los tiene en su web. Los otros, nada.
El FA hará plebiscito.
De Guillier no se sabe…
Elegir sin una visión país de cada candidato, no ha sucedido.
Marta Lagos:
-El programa no le importa a nadie. La gente vota por personas. El programa era importante cuando ‘había’ partidos, cuando teníamos instituciones que buscaban la representación. Ahora tenemos dos periodistas que eran populares. ¡Cambió todo! La única candidata tradicional en el sentido de la forma en que fue elegida es Goic y eso le juega en contra porque aparece como “de la vieja política”.
Francisco Vidal intenta convencer sobre la necesidad de acuerdo para apoyo en el balotaje punteando las claves de lo que sería “la involución” producto de un mandato piñerista.
-Educación: terminar con la ley de inclusión, volver a la selección y terminar con el copago.
-Aborto: revisar la despenalización.
-Pensiones: aporte de 4% por parte de empleadores, manejado por AFP.
-Tributario: congelar impuesto a empresas en 25% (ley lleva al 27%) y volver a sistema integrado, lo que significaría US$2.500 millones menos de recaudación.
-Laboral: flexibilidad y adaptabilidad; no reponer la titularidad sindical.
-Valórico: rechazo al proyecto de matrimonio igualitario enviado por Bachelet.
De acuerdo al último estudio Cerc-Mori, medido en intención de votos, los cuatro principales candidatos de la centroizquierda suman 53%. Es decir, dos puntos menos que lo que marcaron Frei, Meo y Arrate en 2009, frente a Piñera.
“Por eso algunos creen que ganaron”, ironiza Marta Lagos, pero no se dan cuenta que ese 53% no existe. En el estudio está bien descrito el asunto: hay 4 millones de votos duros. De ellos, Piñera tiene 2,6 millones, que irán a votar aunque Corea del Norte lance una bomba. El resto son votos ocasionales, hay que rendirle pleitesía. Si llueve, tal vez se queden en casa. Es muy frágil”.
Aun sin programas sobre la mesa, existe claridad sobre algunas coincidencias y diferencias.
En educación, la Falange plantea un 70% de gratuidad y hasta un 100% en carreras cortas técnico-profesionales. Guillier ha hablado de 60% de gratuidad.
En la Araucanía, el plan Goic también tendría coincidencias con Guillier, en cuanto al reconocimiento constitucional y escaños reservados. Pero, el de la candidata incluye desarrollo productivo, conectividad, inversiones sociales.
Entre las áreas de discrepancias, anticipan, figuran derechos humanos y democracia (Cuba y Venezuela), constitucionales y económicos. Es que, según explican, las diferencias se dan porque “Guillier tiene dentro de su comando a la retroexcavadora, entonces enfrenta los mismos problemas que el Gobierno”. Así, por ejemplo, el plan reactivador económico que trabaja Osvaldo Rosales encuentra resistencia.
La retroexcavadora se reflejaría, también, en reformas constitucionales, en plebiscito revocatorio, cabildos vinculantes y asamblea constituyente.