La Región tiene la mayor concentración de alumnos que estudian en instituciones sin acreditar fuera de Santiago.
La Región tiene la mayor concentración de alumnos que estudian en instituciones sin acreditar fuera de Santiago.
Tania Merino Macchiavello
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El 91% de los matriculados en la educación superior en la Región del Bío Bío estudia en un plantel acreditado. Lo que implica que la mayoría de los universitarios locales tienen el respaldo de una institución que ha sido certificada por la Comisión Nacional de Acreditación.
Sin embargo, existe un 9% de alumnos, en total 13 mil 384, inscritos en planteles que no se han sometido o han reprobado el proceso de acreditación, lo que para el presidente de la CNA, Alfonso Muga, constituye una preocupación.
Panorámica nacional
Del total de 143 instituciones de Educación superior autónomas que existen en el país, 86 se encuentran acreditadas: 47 de ellas son Universidades, 16 Institutos Profesionales, 15 Centros de Formación Técnica y 8 Instituciones de la Defensa Nacional.
Entre las 57 instituciones no acreditadas, 10 son Universidades Privadas, 20 Centros de Formación Técnica, 16 Institutos Profesionales y 11 Instituciones de la Defensa Nacional.
En 2016 un total de 1.241.206 estudiantes se matricularon en instituciones de educación superior autónomas. De ellos, un 89% se concentró en casas de estudio acreditadas. En el mundo técnico, eso sí, el porcentaje baja casi 10 puntos debido a que es este sector precisamente el que presenta la más baja tasa de acreditación.
En cuanto a la Región, de acuerdo a los antecedentes entregados por Muga en su proceso de cuenta pública, la del Bío Bío sigue siendo la Región con mayor cantidad de instituciones de Educación Superior (Ies) fuera de Santiago, con un total de 36 (Valparaíso tiene sólo 34) y la con mayor número de alumnos con 160 mil 370.
Sin embargo, y como consecuencia de esta abundancia de planteles, la Región es también una de las que presenta mayor número de instituciones sin certificar, 13 en total, entre las que se cuentan las universidades Bolivariana, La República y el Instituto Valle Central.
Acreditación obligatoria
No sólo las instituciones, sino también un amplio número de carreras a nivel nacional están todavía sin acreditar. En 2016, el 34% de los programas de pregrado fueron aprobados y el 34% quedaron sin la certificación.
Para Muga este es un punto clave para pensar en el proceso de reforma que experimenta hoy el país. Esto porque, manifestó, la indicación sustitutiva elimina la acreditación de carreras de pregrado y mantiene solamente la de pedagogías y medicina, con carácter obligatorio.
"Tal vez lo hace en el entendido que la evaluación institucional integral permitiría dar cuenta de la calidad de estas ofertas", evaluó Muga. Sin embargo, agregó, "conviene sopesar esta derogación teniendo en consideración que la acreditación de carreras y programas es lo usual en la experiencia internacional, siendo más bien excepcional la acreditación de instituciones, aun cuando, progresivamente, se está tendiendo a evaluar unidades académicas mayores (facultades, áreas)".
Para Muga, un cambio como el que se está experimentando, puede ser posible en carreras de menor duración, pero en ningún caso en carreras de larga duración, como las profesionales.
Desde la Universidad del Bío Bío, plantel que tiene el 100% de sus carreras certificadas, el rector, Héctor Gaete, calificó también como preocupante la situación.
"La acreditación debiera ser obligatoria, porque además de instituciones, hay una parte importante de los chilenos que están estudiando en carreras no acreditadas y que no tienen ninguna posibilidad de competir afuera… (Se permite) que operen instituciones o programas de una calidad inaceptable", lamentó.
"Lo más grave -agregó- es que esos profesionales y esas personas entran al mercado laboral y nadie que sepa va a contratar a esas personas. Los programas no certificados atentan contra el objetivo de desarrollo del país y afectan seriamente a los más pobres".
Gaete denuncia que existen programas, incluso del área de las pedagogías que funcionan sin cumplir el requisito.
Para el rector es necesario tener una línea de flotación que permita a las familias tener un respaldo de calidad a la hora de elegir un plantel, lo que implica, fue categórico: la obligación de acreditarse.