Tras cumplir 10 días en el Bío Bío, el ministro habló del mandato de la Presidenta, de las arduas jornadas y de valorar la labor de quienes han arriesgado sus vidas en los incendios forestales.
Tras cumplir 10 días en el Bío Bío, el ministro habló del mandato de la Presidenta, de las arduas jornadas y de valorar la labor de quienes han arriesgado sus vidas en los incendios forestales.
Daniela Salgado Parra
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Una llamada a primera hora de la mañana cambió el destino de ministro de Obras Púbicas, Alberto Undurraga. Meses llevaba programando sus vacaciones familiares, pero la emergencia hizo que la Presidenta cambiara su itinerario. Debía venir a la Región a fortalecer la segunda línea de mando en combate a los incendios forestales.
Undurraga es uno de los ministros más metódicos que tiene el gabinete de Bachelet. Un trabajólico por excelencia. Algo así, como un "robot", tal como lo definen los integrantes del ministerio que lo acompañan en cada una de sus largas jornadas en la zona.
En la emergencia hay dos líneas de operaciones enfocadas en el combate y control de los incendios. La primera es la del Gobierno Regional, encabezada por Rodrigo Díaz y la segunda, es la Fuerza de Defensa que lidera el contralmirante Marcelo Gómez.
"La Presidenta me encomendó presencia en terreno, apoyar a los alcaldes y las comunidades, y también, atacar el incendio y proteger vidas por eso hemos ocupado más que un criterio de probabilidad uno absoluto para evitar todo tipo de peligro a la población".
Y tal cual, en cada uno de sus visitas a terreno, el ministro inspecciona la construcción de cortafuegos, realizando más de 80 kilómetros de éste en las zonas afectadas; habla con los alcaldes y los vecinos, e incluso, se da el tiempo de tirar la talla y sacarse una que otra selfie con cuanta persona se lo solicite.
Rutina diaria en la Región
Una extenuante agenda ha tenido desde su arribo a la Región el jueves 26 de enero. Las reuniones comienzan temprano, entre las 7.00 y 9.00 horas se ordenan los datos para dar respuesta a los medios de comunicación sean éstos, nacionales, regionales y comunales. Luego, se reúne con todas las unidades del MOP. Una hora más tarde, se realiza el encuentro con el intendente y contralmirante donde se analiza la situación del día y se planifica el despliegue de los reportes de la jornada.
En la tarde se dirige a las distintas localidades afectadas para constatar en terreno la dimensión de los daños. A las 5.30 vuelve al Comité de Operaciones de Emergencias donde se hace un balance de la información del día y se toman las decisiones respecto a la disposición de recursos – aviones y brigadistas – del día siguiente.
"En los primeros días se realizaron reuniones de estrategias que terminaban a las 12 de la noche", contó.
En esas primeras jornadas se diseñó una programación de cuatro componentes, distribuidos en equipos paralelos. El combate del incendio, construcción de cortafuegos, la ayuda comunitaria y normalización de la vida en las partes afectadas que incluye la postación del tendido eléctrico, recuperación del agua potable, ayuda directa a las familias y el entierro de animales, y patrullaje para evitar el surgimiento de nuevos incendios".
La ardua agenda ha ocasionado que sólo pueda comunicarse con su familia a través de whatsapp.
La dificultad para poder concertar una época del año para reunirse todos, lo llevó a decidir que su mujer y sus hijos de 21 y 19 años, realizarán el viaje de vacaciones en su ausencia. Aún así mantiene la esperanza de "poder unirme a ellos aunque sea unos pocos días".
El impacto de la catástrofe
El primer día en la Región marcó para Undurraga un recuerdo difícil de olvidar. El incendio en Juan Riquelme del sector Palomares en Concepción fue lo que más le impactó. "Las llamas estaban a cinco metros de las casas. Gracias a la rápida actuación de Bomberos y Carabineros se logró contener y sacar el fuego".
Para el ministro, lo que está ocurriendo en la Región es la segunda catástrofe más fuerte que le ha tocado vivenciar, siendo sólo precedida por el aluvión de Atacama. Esta emergencia tiene una significación particular, uno de los funcionarios de la cartera en el Maule, murió mientras cumplía su rol de voluntario de bomberos.
Esta lamentable perdida lo hace valorar la labor de quienes, arriesgando sus vidas, combaten los incendios. "Hay que hacer un reconocimiento a los que están en la primera línea: los brigadistas, bomberos, personal del Ejército y Carabineros, incluido nuestros operarios que realizan los cortafuegos. Quiero trasmitir mi admiración a su trabajo".
"Vieron que tengo corazón", dijo entre risas el ministro, defendiéndose del apodo de robot.