Frases escandalizantes, berrinches de los partidos, reflote de cuentas pendientes, acusaciones cruzadas; han sido parte de lo que muchos analistas han considerado el inicio de la primera fase de la contienda presidencial. Una justa con ribetes maratónicos, en la que muchos de los corredores no llegarán a la meta. Por ahora, siguen sin emerger programas y propuestas de fondo.
Frases escandalizantes, berrinches de los partidos, reflote de cuentas pendientes, acusaciones cruzadas; han sido parte de lo que muchos analistas han considerado el inicio de la primera fase de la contienda presidencial. Una justa con ribetes maratónicos, en la que muchos de los corredores no llegarán a la meta. Por ahora, siguen sin emerger programas y propuestas de fondo.
Ángel Alexis Rogel Álvarez
angel.rogel@diarioconcepcion.cl
Más allá de que sólo algunos hayan explicitado sus intenciones, es un hecho que la carrera presidencial ya partió. Sí, porque si bien en una vereda están quienes han manifestado abiertamente su interés de llegar a La Moneda (Ricardo Lagos y José Miguel Insulza), y en otra están quienes han dicho que aún no toman una decisión (Sebastián Piñera y Alejandro Guillier), particularmente después de las elecciones municipales, todos han actuado como presidenciables.
Y, lo anterior, es evidente en el mundo político, tanto como la falta de propuesta, de ideas, de programas. Porque si hay una crítica que hacer a quienes están actualmente en carrera, es el escaso debate en torno a ideas de futuro.
En las últimas semana, de hecho, la discusión se ha centrado, en si Insulza debió o no renunciar a su cargo como parte del equipo jurídico de Chile en La Haya, los declaraciones poco afortunadas de Guillier contra el ministro del Interior, los dicho de Lagos desmarcándose de la administración Bachelet y, por cierto, los negocios de Piñera en Perú al límite de lo ético (senadores de Chile vamos, incluso, han hablado de "campaña sucia").
Al menos, eso es lo que piensan un grupo de analistas y políticos, quienes, de manera transversal, apuntan a la pobreza del debate presidencial.
Todos coinciden, además, en que no se trata de un tema de tiempo. Al momento de explicitar una opción, los postulantes deberían mostrar sus cartas arriba de la mesa, dijeron.
El abogado y asesor de Corbiobío, Andrés Cruz, por ejemplo, dijo que "tienen que haber límites para que cualquier persona se refiera a otro individuo, creo que el respeto es esencial para llevar a cabo una política distinta a la conocemos hoy, y lo que ocurre actualmente, es que vemos rostros, afanes de poder, pero no vemos programa".
En opinión del profesionales los actuales "precandidatos se están preocupando de desvirtuar al otro en lugar de realizar proposiciones en concreto en torno a lo que se podría realizar para reencantar a la ciudadanía".
Puntualmente, en el caso de Piñera, Cruz desestimó que haya campaña sucia, como lo ha manifestado la oposición. "Eso es parte de las situaciones e inquietudes que se pueden tener de una persona que va a asumir un alto cargo público, tomando en consideración que si esto se ventiló, es bueno aclararlo", comentó.
Daniel Ibáñez, presidente de la Fundación Participa, coincidió en la falta de ideas. "Lo que hemos estado observando como Fundación es, justamente, la falta de propuesta de los candidatos. Hoy el debate tiene que ver con la crítica personal. Es decir, a Guillier primero lo vimos ninguneando a un periodista y luego al ministro del Interior. Creo que es preocupante, porque deberían estar marcando el norte de lo que se quiere construir para Chile en el futuro", comentó.
Según Ibáñez, en ese sentido tanto Piñera y Lagos, dos ex presidentes, han estado al debe. "No hemos escuchado de ellos, ninguna propuesta de futuro", dijo.
Agregó que quienes sí lo han hecho han sido "los outsiders" o quienes están fuera de los grandes bloques, como Fernando Atria (abogado constitucionalista y una de las cartas que maneja el PS) y el líder del PRO, Marco Enríquez-Ominami, pese a los problemas judiciales que enfrenta.
La opinión es compartida desde los partidos políticos, incluso, de los grandes conglomerados.
"La presente campaña ha estado ausente de contenido. No se ha hablado de programa, de propuesta, no se han enfrentado las grandes dificultades que tiene la sociedad chilena. Ahora, lo entiendo como una etapa previa y de definición de los distintos conglomerados, y de los distintos candidatos", comentó el presidente regional del PS, Juan Pablo Matamala.
También desestimó que haya campaña sucia. "Lo que sí creo es que cuando alguien concurre a competir a la primera magistratura del país, concurre con sus pergaminos y también sus tema negativos. Si al presidente Piñera se le pide que clarifique sus intereses económicos, lo único que se le pide es un mínima transparencia".
El presidente regional de RN, Frank Sauerbaum, también apuntó a la falta de ideas, sobre todo, dijo, considerando el estado actual del país.
"Me preocupa el tono de la discusión, porque el país tiene demasiados problemas para que nuestros principales líderes, de todos los partidos, estén enfrascados en sacarse una mascada todos los días. Y honestamente, esperábamos que con candidatos como Lagos y Piñera, la discusión estuviera en un nivel mucho más alto", manifestó el timonel del partido de la estrella.