El precandidato presidencial estuvo en la zona realizando sus "diálogos ciudadanos".
El precandidato presidencial estuvo en la zona realizando sus "diálogos ciudadanos".
Maximiliano Alarcón González
maximiliano.alarcon@diarioconcepcion.cl
Alejandro Guillier visitó Concepción y tuvo una agenda apretada, donde intentó reunirse con la mayor cantidad de gente que pudo, desde dirigentes políticos hasta organizaciones sociales. Esto, buscando confeccionar un programa de Gobierno de cara a su probable candidatura presidencial para 2017.
Se asume como candidato de la ciudadanía, aunque su fuerte lazo con la Nueva Mayoría a través del PR sea evidente. "La gente quiere poner desde el comienzo qué temas son prioritarios", asegura. Por eso sus "diálogos ciudadanos".
– ¿Usted cree que la gente espera un programa similar al inicial del actual Gobierno?
– Cambian los énfasis. Por ejemplo, hay que terminar las reformas que se han iniciado, probablemente la educacional requerirá ajustes importantes, la de salud no se ha iniciado, pero sabemos que por lo pronto van las redes de salud primaria, hacerse cargo de la falta de especialistas en regiones. En otro ámbito hay que ver qué ha pasado con la Reforma Tributaria y cómo ha afectado principalmente a las pymes. También hay que trabajar la reforma al sistema previsional como una prioridad, Chile hoy tiene cuentas individuales, pero tenemos que crear un sistema social que siempre tiene que tener un componente solidario.
En Chile se agotó la posibilidad de crecimiento vía sector primario exportador. Le permitió al país un gran progreso, pero se agotó. La minería no dará más lo que da si hacemos siempre lo mismo. Queremos producir un nuevo ciclo económico que apunte a la diversificación económica.
– ¿Siente usted realmente que su candidatura viene de la ciudadanía?
– No tengo otro apoyo que ese. Tengo un muy buen pololeo con los radicales que me han acogido y me he sentido muy cómodo, pero el esfuerzo que hice cuando entré a la Nueva Mayoría como candidato a senador, fue como un independiente que aportaba desde la sociedad civil al mundo político, porque estoy convencido de que el 65% que no está votando, no es que no se interese por lo político, pero siente que no tiene un espacio protagónico. Mi intención al mantener mi independencia es no hipotecar esa representación que uno logra captar de la ciudadanía, a mí me sigue gente de izquierda, de centro y de derecha, porque ven a una persona que avanzará hacia ideas nuevas.
– ¿Usted siente que la gente cree su independencia tomando en cuenta su cercanía con el Partido Radical?
– La gente quiere dos cosas: transparencia, que se la jueguen por ella, pero también quiere gobernabilidad. La misma gente me dice "no se meta con estos", pero ¿Con quién voy a gobernar? No voy a gobernar con los marcianos, sino con la gente que está acá con la que tengo más afinidad. En general uno tiene que lograr que los partidos se abran a la ciudadanía, promuevan liderazgos, formen cuadros políticos, tienen una tarea pendiente, pero son claves en el ejercicio de un gobierno.
– ¿Usted por qué quiere ser presidente?
– Quiero devolverle la soberanía a la gente, la capacidad de tomar decisiones. Estoy hablando fuertemente de la regionalización, traspasar poder del centro político, Santiago, a las regiones, y dentro de estas a los municipios.
– Sebastián Piñera dijo que comenzó la campaña sucia. ¿Usted se ha sentido víctima de algo así?
– Yo asumo que si eres una figura pública te van a criticar, algunos por prejuicio, otros por desconocimiento, otros por que no les simpatizas y otros porque te cruzas en sus intereses. A mí me enseñaron que esto era duro y me preparé para enfrentarlo.
Lo de Sebastián Piñera es inquietante porque los hechos son ciertos, esto del fideicomiso ciego funcionaba para algún tipo de inversiones, no para todo, por lo que entiendo no era para las inversiones en el exterior, donde no sólo está el problema de las inversiones en Perú en plena negociación de La Haya, sino que inversiones que se hacían en paraísos fiscales para evadir impuestos. Hay una incompatibilidad entre el negocio y la política, son inevitables los conflictos de intereses. Sepas o no sepas, aquí hubo beneficio y el país perdió, pero su presidente ganó.