Política

"Nuestra apuesta es tener una carta presidencial propia en 2017"

Con el triunfo de Jorge Sharp en Valparaíso, el sector emergente al que pertenece RD comienza a proyectarse, buscando destacar en las parlamentarias y presidenciales de 2017.

Por: Diario Concepción 07 de Noviembre 2016
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Con el triunfo de Jorge Sharp en Valparaíso, el sector emergente al que pertenece RD comienza a proyectarse, buscando destacar en las parlamentarias y presidenciales de 2017.
 

Un escenario a nivel nacional marcado por la abstención, fue algo que opacó algunos triunfos en las últimas elecciones municipales, pero aún así, hubo un golpe mediático que tomó por sorpresa a los conglomerados tradicionales de la política. En Valparaíso, Jorge Sharp, un candidato que representa al Movimiento Autonomista, que incluso aún no se constituye como partido, derrotó al candidato de Chile Vamos y al de la Nueva Mayoría por un amplio margen. Junto a él no sólo estaba el citado movimiento, sino que también organizaciones sociales y otras colectividades emergentes, como Revolución Democrática.

A este último, se le suele atribuir como el movimiento del diputado Giorgio Jackson, pero la máxima dirigencia a nivel nacional hoy está a cargo de Sebastián Depolo, quien también tiene sus orígenes políticos en el movimiento estudiantil, y que además conoce de cerca nuestra región, debido a que fue estudiante y docente en la Universidad de Concepción.

Su sector consiguió su primer hito en el ámbito municipal, pero en el análisis se deja notar la cautela respecto de lo que viene.

– ¿Cuál es la reflexión y cómo proyectan el triunfo en Valparaíso?

– Lo más importante es que la ciudadanía en Valparaíso y en otros lados entendió que hay una alternativa que está en construcción, aún no está 100% delimitada, no tiene una institucionalidad aún, pero exitosa cuando nos unimos con la ciudadanía, porque no son sólo organizaciones políticas, sino que hay gente que está cansada de que gobiernen los mismos. Se constituyó un proceso de acumulación de fuerzas y propuestas ciudadanas que se zanja con una primaria abierta, ese es un aprendizaje, no es sólo el triunfo de una izquierda, sino de que la ciudadanía se cansó de votar por el duopolio, de que no exista alternativa más allá de lo que los partidos tradicionales ofrecen.

– ¿Qué pasó en la Región del Bío Bío? RD no llevó ningún candidato.

– En RD nos pasa que aún no estamos constituidos en todas las regiones y ese es nuestro objetivo más inmediato, estamos en cuatro regiones por ahora. Donde presentamos candidatos tuvimos una evaluación, elegimos 9 concejales. Lo que falta en la Región del Bío Bío es que existan instrumentos partidarios nuevos que disputen el poder egemónico a las grandes coaliciones, acá en la región a los clanes familiares.

– Ustedes apoyaron a Juan Polizzi quien obtuvo un tercer lugar ¿Faltó más tiempo de trabajo?

– Es un buen indicador el que las alternativas ya no estén reducidas al testimonio del 3%. Donde hay alternativas en todo Chile están promediando entre 8 y 15 puntos. Lo que en Concepción falta es que esa alternativa sea más orgánica, que el proceso sea más amplio que una candidatura. Las candidaturas reducen el espectro de la gente que piensa que la política no sirve para nada, eso es lo que hay que combatir, pero con procesos largos. El aprendizaje que sacamos es que tienes que invitar a la ciudadanía a hacerse parte de un proceso de cambios y administración comunal. El 10% de Polizzi es una señal positiva eso sí.

– El análisis de RD es que las elecciones las ganó la abstención.

– Esto no se arregla por decreto, no se arregla volviendo al voto obligatorio, sería un despropósito con el nivel de insatisfacción que tiene la ciudadanía con la clase política. Hay que movilizar a través de un proyecto transformador, para que la gente pueda decir que en los programas exista la opinión de ellos como algo relevante, no algo que está sólo en los 60 días de campaña. La gente vota cuando tiene alguna razón, la que no puede ser sólo negativa de no querer que gobiernen los que están gobernando.

– Se está gestando un frente amplio entre movimientos emergentes ¿Los pilla desprevenidos el triunfo de Sharp?

– Lo que hicimos hasta ahora fue un encuentro programático donde decidimos ciertos ejes, entre ellos la participación, la probidad y transparencia, planificar el ordenamiento de las ciudades, los que se iban a reflejar en las distintas candidaturas. No logramos constituir por tiempo una lista única, no todos son partidos políticos (solo lo son RD y el Partido Humanista), todavía falta que cuaje más orgánicamente. Pero en Valparaíso el desafío es demostrar que esta fuerza no sólo puede ganar elecciones, sino que administrar bien. 

– ¿Cómo se imagina RD a esa fuerza nueva en el futuro?

– Me la imagino con dos polos: Un proyecto de izquierda, una izquierda moderna del siglo XXI, pero también hay un tema fuerte en Chile que es el centralismo. Hay muchas otras expresiones políticas en regiones que tienen que ver con una dinámica más local. Un polo debe ser de un proyecto transformador de izquierda y otro que dé cuenta de otras demandas de la ciudadanía y que no son sólo de izquierda, con temas de descentralización, ecología, desconcentrar el poder hacia los territorios. En muchos lugares esa expresión es transversal a la posición políticas de las personas.

– Según las encuestas, la prioridad de la ciudadanía no son las reformas transformadoras.

– Tengo una distinción, porque las encuestas intentan instalar como que Chile no quiere cambios ¿Quién hace las encuestas? Yo creo que eso no es así. Si ves la aprobación del Gobierno que se desplomó, nadie se pregunta qué sector dejó de apoyar estas transformaciones. Lo que a nosotros nos representa es un amplio sector de gente que vio que las transformaciones se fueron diluyendo en el camino, o sea, hay un presidente de partido de la época que dice que no leyó el programa de gobierno, eso es impresentable para el siglo XXI.

– Ustedes tienen como desafío conseguir más cargos en 2017.

– El primer objetivo es constituir el partido en más regiones. El segundo es constituir una nueva alternativa que se exprese en la disputa electoral. No tenemos un fin electoralista en sí, sino que ocupar los espacios institucionales es para generar cambios y necesitamos una bancada potente para eso. Tenemos movilizaciones masivas por el tema de las AFP, esas personas no están pensando en que no haya reformas sino en que se cambie el sistema, y el gobierno ha sido tímido a la hora de hacer una propuesta. Chile todavía está esperando grandes transformaciones.

– ¿Qué posición tendrán en las presidenciales?

– Estamos en un congreso estratégico interno y desde enero pretendemos hacerlo con las otras fuerzas que estamos trabajando y vamos a proponerle al país un cronograma. Nuestra apuesta es tener una carta presidencial propia en 2017, que dispute en primarias, aprendiendo de lo de Valparaíso como la forma que convoca a la ciudadanía, construyendo un programa entre todos para que sea representado por la persona que se elija en primarias abiertas.

– ¿Están de acuerdo con rebajar la edad de los candidatos presidenciales a 30 años?

– No, eso es poner un parche a la crisis de legitimidad. No porque cambiemos hoy la edad para ser candidato, vamos a refrescar o acercar a la ciudadanía. Se requieren reformas más profundas al sistema político en general.

– ¿Qué les parece Guillier?

– La pregunta que uno se hace con él es qué coalición lo respalda. Mientras él se encuentre en los límites de la Nueva Mayoría, ya sabemos cómo funciona. Son capaces de apoyar al mejor posicionado en las encuestas, pero no apoyar el programa de transformaciones. El problema de Guillier no es su popularidad o cercanía, sino con qué bancadas intentaría ser presidente. Él dijo que se imagina como un presidente de transición entre lo viejo y lo nuevo, pero yo creo que lo primero es construir un espacio programático, una nueva coalición política, sobre eso ver quién lo representa.
 

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