Las organizaciones públicas y privadas están cada vez más marcadas por la necesidad de concentrar sus esfuerzos en el "activo humano",
Las organizaciones públicas y privadas están cada vez más marcadas por la necesidad de concentrar sus esfuerzos en el "activo humano",
Claro y de amplio consenso es que el territorio no es sólo un espacio geográfico; es también un espacio de simbolismos, tradiciones, diversidades y transformaciones explícitas y latentes, influido por una comunidad de actores que van moldeando, a partir de sus interacciones, el significado mismo del territorio en que habitan. En este contexto, la Universidad –en tanto promotora de capital social– , debe propender hacia articulaciones focalizadas en el nuevo y emergente factor de producción: el conocimiento.
Las organizaciones públicas y privadas están cada vez más marcadas por la necesidad de concentrar sus esfuerzos en el "activo humano", y se ha vuelto central la gestión del talento, de capacidades, de actitudes y valores. Desde aquí, en el contexto de una sociedad siempre cambiante y en la que se encuentra enraizado el individualismo característico de la nueva época, emerge el rol social y ético de las universidades, en que la formación de individuos socialmente responsables se vuelve el factor crítico.
Ahora bien, si el factor humano es determinante en la nueva gestión pública y privada, con orientación hacia la innovación y al compromiso con la comunidad, hemos de ser conscientes respecto del rol de las universidades en cuanto a proporcionar los recursos y herramientas para propiciar el diálogo, el conocimiento mutuo y la colaboración, de manera de construir y ampliar redes asociativas que vengan a incrementar el capital social. Las diversas interacciones entre gobierno, empresa y academia pueden generar y difundir conocimiento, así como también nuevos escenarios que permitan el fortalecimiento de territorios en tanto territorios de innovación.
Nuestra experiencia académica en torno al Diplomado en Desarrollo de Habilidades Directivas con Énfasis en la Innovación ha permitido avanzar en diálogos efectivos de actores locales, públicos y privados, y, más aún, propició la creación de redes de colaboración que sin duda fortalecen el capital social con que cuenta nuestra región. A partir de esta instancia en particular, se han generado una serie de proyectos de innovación alineados a las estrategias de desarrollo productivo de nuestra Región, susceptibles de implementarse en diversas áreas.
Las universidades no sólo cuentan con las capacidades para hacer emerger y fortalecer la colaboración en nuestros territorios; además, cuentan con la obligación de incentivar la innovación a partir de estos recursos que, más que actos de responsabilidad social, constituyen el eje del desarrollo de nuestra región.