Hubo coincidencias en que el "ajuste" fue una forma camuflada de sacar a la titular de Justicia, Javiera Blanco, por el "caso Servel". En tanto, la salida del ministro Máximo Pacheco para trabajar con Lagos evidencia el término adelantado de la actual administración, dicen analistas.

 

Ángel Alexis Rogel Álvarez 
angel.rogel@diarioconcepcion.cl

El de ayer fue, quizás, un cambio sorpresivo, aunque algunos lo esperaban. 

Tres ministros debieron dejar sus cargos, a sólo cuatro días de las elecciones municipales, y apenas transcurrido un día de que el Ejecutivo fracasara en su intento de resolver, vía proyecto de la ley, los arbitrarios cambios de domicilios electorales que afectaron a medio millón de chilenos.

Por lo anterior, uno de los cambios más esperables fue el de la ministra de Justicia, Javiera Blanco (quien ya era centro de cuestionamientos por hechos ocurrido en el Sename). 

Más sorprendió la salida del titular de Energía, Máximo Pacheco, uno de los mejor evaluados en la administración Bachelet. Bueno, eso hasta que el propio Pacheco reconoció que su partida obedecía al ofrecimiento del ex presidente y precandidato a La Moneda, Ricardo Lagos, para ser parte de su equipo de campaña.

Lo anterior, generó molestia, en particular, desde sectores de la DC.

"Me parece grave que se reconozca que Lagos habló con la Presidenta para gestionar la salida de Pacheco. O sea, esta es la intervención del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet en la campaña presidencial y la decisión que tiene que tomar la Nueva Mayoría. Esto es inaceptable", dijo el representante del Distrito 45, Marcelo Chávez.

¿Saludo a la bandera?

Desde el Gobierno Regional, a través del seremi de Gobierno, Enrique Inostroza, "saludaron el cambio" e insistieron que el ajuste ministerial era parte de las atribuciones de la Presidenta Bachelet.

Por su parte, el senador de Pais, Alejandro Navarro, aunque con matices coincidió con diputado Chávez al manifestar que con el ajuste quedaba en evidencia que el candidato oficial de la Nueva Mayoría es Ricardo Lagos y que la DC va a tener su propio candidato en la presidencial.

Dijo que la salida del titular de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, tenía que con la invisibilidad de la cartera, y calificó de injusta la remoción de Blanco. En su opinión, si tuvo responsabilidad en los errores al padrón electoral, faltó un cambio en el equipo político.

La senadora de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, dijo que más que un cambio pareció "un ajuste", porque fue menos de lo que uno hubiera esperado de un gobierno con un 15% de aprobación y que requiere enmendar el rumbo.

En su opinión, el ajuste se "hizo para disfrazar la salida de la ministra de justicia" y al igual que la mayoría de los consultados, echó de menos alguna modificación en el equipo político. 

"En estos meses, el ministro del Interior (Mario Fernández), ha brillado por su ausencia", sostuvo, al tiempo que manifestó que esta administración está "condenada al síndrome del pato cojo", considerando la inminente instalación de la candidatura de Ricardo Lagos.

El diputado y presidente de la Circunscripción Costa de la DC, Jorge Sabag, dijo que este cambio de gabinete se realizó para la salida de Javiera Blanco y "se aprovechó la salida inesperada del mejor ministro, Máximo Pacheco".

Agregó que "lo que llama la atención es que no hay un cambio en el equipo político, que también tiene responsabilidades en lo que ha sucedido últimamente, me refiero a lo ocurrido con el Servel, es un cambio menor".

Dijo, además, que ha faltado mayor sintonía del citado grupo de ministros con el Parlamento.

Marcelo Chávez, en tanto, dijo que hubo un sentido de oportunidad muy mal aprovechado. "¿Cuál es el sentido de efectuar un cambio de gabinete a cuatro días de las elecciones, dejando de lado la solución a un problema de conducción que es evidente e importante de corregir?", cuestionó el representante de la Falange.