El origen del problema no está en las calles, sino que en las graves falencias del mercado del trabajo que afecta a las principales comunas de la región y a la propia ciudad de Concepción.
El origen del problema no está en las calles, sino que en las graves falencias del mercado del trabajo que afecta a las principales comunas de la región y a la propia ciudad de Concepción.
La solución que el Municipio de Concepción intenta dar al problema del comercio ambulante en las calles centrales de la ciudad se parece mucho al cuento del sofá de don Otto. El relato dice así:
"Fritz le dice a Don Otto que su mujer lo engaña con Frederick y que los ha visto haciendo el amor en el sofá. Don Otto decide que no aceptará esta situación y le dará una solución drástica. Pocos días después, se vuelven a encontrar los dos amigos y Fritz le pregunta a Don Otto que ha hecho para resolver el problema. Don Otto, muy ufano, le dice que ha resuelto el problema para siempre. ¿Y cómo lo has hecho?, le pregunta Fritz. Don Otto le dice: "Muy simple, vendí el sofá".
Por cierto, el cuento es una sátira de lo absurdo de la solución adoptada por don Otto. Si el problema del comercio ambulante en Concepción fuese una ficción podríamos hacer mofa de ello, pero no, es una cruda realidad, síntoma del desempleo que afecta a muchas personas y familias de las intercomunas del Gran Concepción.
De paso el problema afecta al comercio establecido, la seguridad ciudadana, causa evasión tributaria y es el canal propicio para el comercio ilegal de bienes de dudosa procedencia. Ante ello, erradicar el comercio ambulante mediante persecución policial y multas a los eventuales compradores lejos de ser una solución agrava el síntoma generando rabia entre los afectados y molestia en la opinión pública.
El origen del problema no está en las calles, sino que en las graves falencias del mercado del trabajo que afecta a las principales comunas de la región y a la propia ciudad de Concepción. Al respecto, el INE, a través de la Encuesta Nacional de Empleo, en el trimestre móvil abril-junio de 2016, nos dice que la tasa de desempleo nacional alcanzó a 6,9%, sin embargo, este promedio nacional nos confunde ante las tasas de varias comunas de la provincia de Concepción, entre ellas Lota con 11,8%, Talcahuano 10,3%, Coronel 9,1% y Concepción con 9,2%.
Otro aspecto que las tasas nos dicen es que el desempleo se mide sobre la población que participa activamente en la fuerza de trabajo dejando de lado a muchos desalentados que dejaron de buscar empleo, a muchos jóvenes que ni estudian ni trabajan, o considera empleados a aquellos que declararon haber trabajado al menos una hora en la semana en que se aplicó la encuesta.
Por su parte, los que trabajan lo hacen en empleos precarios, en pequeñas empresas con bajo nivel tecnológico y escasamente productivas, esto se refleja en que el salario medio mensual no supera los 350.000 pesos, ubicando a Biobío entre las cinco regiones de menor ingreso del país.
Podríamos aportar más cifras al respecto. Por ahora lo importante es hacer conciencia en la necesidad de un plan regional o provincial de empleo que ayude a desatar los importantes nudos del mercado laboral. Ello demandaría asumir el problema desde el Gobierno Regional con participación activa de los municipios, los gremios empresariales y los propios trabajadores.
No podemos dejar que la inercia del mercado, de por sí imperfecto, resuelva un problema de tanta gravedad, menos a la policía o al Gobierno Central. El problema no está en el sofá, está en el mercado laboral de la región y sus graves carencias.