La autoridad se reunirá con parlamentarios para plantear su posición respecto del rol de las instituciones de educación superior y sus requerimientos financieros.
La autoridad se reunirá con parlamentarios para plantear su posición respecto del rol de las instituciones de educación superior y sus requerimientos financieros.
Tania Merino Macchiavello
tania.merino@diarioconcepcion.cl
El próximo 26 de septiembre el rector de la Universidad de Concepción, Sergio Lavanchy, expondrá ante la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados para enfatizar allí la necesidad de definir los roles de los distintos planteles y la necesidad de homologar criterios financieros entre las estatales y las de la red G9.
Para Lavanchy, el proyecto de ley, tal como está presentado hoy, no cumple con los propósitos para los que fue diseñado y, por el contrario, puede caer en situaciones complejas que podrían complicar el panorama educativo en las próximas décadas.
"Si uno mira los objetivos, los comparte, pero al mirar el detalle de la Reforma uno se pregunta si se lograrán estos objetivos, mi opinión es que no, así como está no se logra el propósito de esta reforma, y eso es muy grave porque de aprobarse regirá los próximos 25 o 30 años", manifestó la autoridad.
– En algún momento se habló de la idea de dividir el proyecto de ley. ¿Es conveniente?
– Sería a mi modo de ver, como salvar algo de la Reforma, pero obviamente que el núcleo está en como se clasifica a las instituciones de educación superior, a las universidades en particular, porque de acuerdo a ello después vienen las políticas públicas de financiamiento.
Alguien dice: andan preocupados de los recursos, pero ese no es el tema, es que si se quiere hacer cosas de calidad se necesita recursos o ¿cómo se contrata a nuevos profesores o se mantienen remuneraciones adecuadas a trabajadores y funcionarios o se renuevan laboratorios? Nuestra universidad debe seguir teniendo el apoyo del Estado.
– ¿Pero sería conveniente dividirlo, por ejemplo, enfatizando el tema del rol de las universidades y su financiamiento?
– A mí, personalmente, no me gusta dividir el proyecto. Debería ser un todo. Sé que es mucho más difícil y que a veces se dice por qué no salvamos el 50%. Yo preferiría que se discutiera en su integridad, porque de acuerdo al financiamiento dependen otras cosas que están también en el proyecto.
– El rector Vivaldi habló de los paraísos fiscales, y algunos asociaron esta idea con instituciones del G9. ¿Cómo lo toma usted?
– La verdad es que yo no comento las opiniones de otros rectores, les hago ver personalmente cuando no estoy de acuerdo con ellos y lo digo ahí en el Cruch.
– Pero frente a este tipo de situaciones, ¿es conveniente distinguir entre las G9 y el resto de las privadas?
– La posición nuestra ha sido la siguiente: aquí no existen sólo dos tipos de instituciones, las estatales y las privadas. No es así. Aquí en el país hay una historia, hay instituciones que son claramente distintas y nosotros como G9 y, en particular como Universidad de Concepción, nunca nos hemos opuesto a que las universidades del Estado, y especialmente a aquellas más desvalidas, tengan un apoyo del Estado.
Lo que nosotros decimos que hay otro grupo de planteles, que sin ser estatales, merece por su función merece igual trato, por lo que ha demostrado a lo largo de los años y no ahora último, porque lo que hace ha sido muy bueno para el país, para las regiones. Por lo tanto, debería para ese grupo de universidades haber un tratamiento similar homologable, desde el punto de vista de los financiamientos, los aportes basales, etc.
Hay otro grupo de universidades que claramente funcionaron con la lógica del mercado. Sabemos de universidades que lo hicieron así y ha habido experiencias que marcaron mucho, como la de la U. del Mar. Por lo tanto, hay tres grupos de universidades: las estatales, que son públicas por esencia y por la parte jurídica; estas como nosotros, (llámesele de responsabilidad pública, de función pública) y las privadas que se manejan con otros parámetros.
El proyecto de ley comete un grave error y un error histórico, un desconocimiento de la historia.
– ¿Cómo definir lo público?
– Se ha dicho que es muy difícil decir qué es lo público o qué puede estar sometido a un régimen público. Yo creo que no es tan difícil, creo que no existe una voluntad política de hacerlo y enfrentar lo que eso signifique, porque pienso que el temor que hay es que se vaya de nuevo al Tribunal Constitucional, se hable otra vez de discriminación. Pero si esto se hiciera con un amplio consenso, podríamos hacer una mejor ley.