Tanto el intendente, como los gremios, emprendedores e investigadores que participaron, coincidieron en que Bío Bío tiene el capital humano necesario para despegar. 

Francisco Bañados P.
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Largas filas para acreditación, cientos de asistentes conversando antes del ingreso, unidades de prensa preparando sus equipos y un ambiente previo de franca expectación. Si no fuera por las corbatas y el vestuario formal, bien podría confundirse el Erede con un multitudinario concierto de rock. Y es que tras un recorrido de más de 30 años, el Encuentro Regional de empresas se ha ido convirtiendo en mucho más que un evento para reunir a representantes de la esfera pública y privada: a estas alturas, bien puede considerarse una cumbre clave para sentarse a analizar el pulso del momento del Bío Bío, sus oportunidades de desarrollo, pero también sus amenazas de estancamiento. 

A diferencia de otros años, el encuentro organizado por Irade Bío Bío no contó con la presencia de la Presidenta de la República para el cierre. Más de alguien podría plantear que en esta versión 2016 no hizo falta: bastó con la mirada representantes gremiales, ministros de Estado, parlamentarios, empresarios, jóvenes emprendedores, investigadores.

No fue este un encuentro para palmoteos en la espalda. Así lo planteó tempranamente el presidente de Irade Bío Bío, Eduardo Abuauad, quien se refirió a los nubarrones que amenazan el horizonte: bajas evaluaciones del Gobierno, de los políticos y de las instituciones, aumento de la desconfianza y del pesimismo empresarial. Pese a ello, manifestó su confianza, bajo el lema escogido para esta versión: "Vamos que se puede!".

En efecto, Bío Bío se alza hoy como una Región que, pese a sus problemas de rezago que arrastra desde hace décadas, está en buenas condiciones para capear el escenario adverso y avanzar en el camino del desarrollo. Al menos se visualiza posible en una región que ha comenzado a dejar atrás los lamentos contra el centralismo, potenciando en cambio los canales de diálogo entre el sector productivo, la autoridad y la comunidad.

El intendente Rodrigo Díaz lo dejó claro en su alocución, que comenzó con una portada de Diario Concepción de 2014, donde se exponían las "grandes vergüenzas" de una ciudad que se considera la segunda urbe de Chile. A partir de la imagen, se planteó resolver esos proyectos inconclusos como un desafío para su gestión, y varios de ellos ya se encuentran resueltos o en vías de concretarse. 

Asimismo, rechazó de plano la idea de que la Región esté en crisis, y citó como ejemplo algunas noticias ya publicadas en este medio, como el que Bío Bío creció un 50% sobre el promedio nacional, la baja en el desempleo, el aumento de tierras cultivables para la fruticultura, o el alza del valor de los terrenos de Gran Concepción gracias a la inversión pública. También rayó la cancha respecto al camino a seguir, sin temor a apostar por proyectos privados necesarios para la matriz energética, pero con seriedad y rigurosidad por parte de los titulares de los proyectos; o la necesidad de crear empleos de calidad, más allá de los proempleos como medidas parche.

Si algo tuvieron en común la mirada de Díaz con la de emprendedores como los ganadores del Oscar, Patricio Escala y Gabriel Osorio, la diseñadora Alejandra Mustakis o el empresario Javier Álvarez, es que para avanzar se necesita creer en nuestras capacidades, fomentar el diálogo, la colaboración y articulación de todos los involucrados.