El doctor en historia económica explica por qué su interés en la figura del otrora presidente de Chile Vamos, y las razones de la revalorización de su figura.
Ángel Alexis Rogel Álvarez
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Mauricio Rojas, autor de "La historia se escribe hacia adelante", el libro que hace una semana se lanzó en Concepción, con la presencia del ex Presidente, Sebastián Piñera, es un converso, y así lo deja claro en otra obra, en coautoría con el escritor Roberto Ampuero ("Diálogo de Conversos").
Durante su juventud, Rojas fue parte del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), y tras su exilio, en octubre de 1973, rompió su lazo con la izquierda convirtiéndose hacia el liberalismo.
Nacionalizado sueco, fue parlamentario por el Partido Popular Liberal sueco desde 2002 hasta noviembre de 2008, y desde esa condición, opina no sólo de la administración Piñera, de la que dijo "he ido simpatizando cada vez más, al ir conociendo la historia por dentro", sino además del futuro.
En su opinión, tras los errores del actual gobierno, Chile debe volver a otros "lideratos" esos que encarnan, dijo, el propio Piñera, el ex mandatario Ricardo Lagos, o el otrora ministro de Economía Andrés Velasco.
"Me surgió el interés por el Gobierno de Piñera, estando en Madrid el 2011. Llegaban noticias de Chile, un país muy exitoso en lo económico, pero también había protestas. La verdad es que yo en Chile he estado relativamente poco, y me generó inquietud saber qué pasaba con Chile, de ahí surge el libro de entrevistas", contó sobre "Conversando con Sebastián Piñera", editado en 2014.
Así surge el más reciente libro donde Rojas entrevista a 13 representantes de la administración Piñera, y aborda algunos de sus hitos. En medio del rescate a los 33 mineros de la mina San José y la polémica votación de la Ley de Pesca llama la atención la ausencia de Laurence Golborne y Pablo Longueira en el libro. Ambos, personeros actualmente investigados en los casos Penta y Corpesca, respectivamente.
"La selección se hizo en noviembre de 2014, y la verdad, es que yo no sé si en ese momento habían situaciones de conflicto… No recuerdo haber discutido el tema. Sí recuerdo que al hablar de ‘los 33’, surgió el nombre de Golborne, pero estaba la posibilidad de hacerlo con el Presidente y lo preferí. Con Pablo Longueira, no pensé en él, considerando que estaba la conversación con el ex ministro de Hacienda (Felipe Larraín)", comentó.
– Su libro trata sobre el legado de la administración Piñera, pero ¿no es apresurado hacer un balance de esa gestión?
– Sí, probablemente lo sea, pero el libro no es tan pretencioso. Pretende ser un relato, una parte. Un gobierno se puede ver desde distintos puntos de vista, y este es uno, a través de estas conversaciones. Además, en la situación actual, en Chile, me he dado cuenta que hay una revaluación del gobierno de Sebastián Piñera. Se criticaba mucho, en ese tiempo, que apuntaba a la gestión, que eran puros tecnócratas y que faltaba relato. Creo que hoy, hay muchas más personas que se alegran de que se haya administrado bien. Es interesante mirar un poco atrás.
– Estamos ad portas de una elección, ¿Este libro podría ser perfectamente un propaganda? ¿Lo ve así?
– Yo creo que este libro puede contribuir a sentar un liderazgo para un Chile que está muy desconcertado. Si no encuentra liderazgos sólidos, que puede ser un Lagos, un Piñera, o un Velasco, que se esfuerzan por hacer política responsablemente, puede canalizarse a un liderazgo populista o antipolítico. Creo que está en juego un tema de lideratos. Chile no necesita un montón de candidatos. Este libro, si es parte de algo, es parte de este diálogo que tiene que darse. Si el capital político de Sebastián Piñera es haber gobernado bien durante cuatro años y, en ese sentido, nadie de la centro derecha tiene un capital político que se le compare. Esa es su fuerza.
– Usted ha dicho que hay un mea culpa del gobierno. Uno suele criticar justamente la falta de autocrítica de los políticas. En ese contexto, ¿qué se manifiesta en este libro?
– La conversación Andrés Chadwick y Cristián Larroulet, apunta a eso, por qué no se pudo dar continuidad al gobierno, después de un gobierno exitoso. Ellos apuntan, por ejemplo, a un mal manejo de la expectativas. Además, había un déficit comunicacional, se llegó a decir que en 20 días se había hecho más que en 20 años. Es un error completo, una falta de modestia… que pagó el gobierno de Piñera.