La máxima universitaria de la Ucsc manifestó su preocupación por el clima crítico que se ha instalado y que anticipa una tramitación más difícil de lo esperable. 

Tania Merino Macchiavello
tania.merino@diarioconcepcion.cl

Esta vez fue la semana distrital el argumento para aplazar la presentación del proyecto de ley que reforma la educación superior, sin embargo, sería este lunes la fecha indicada para su presentación. 

Claro que el ingreso a su tramitación se anticipa más compleja de los esperado y para el rector de la Universidad católica de la Santísima Concepción, tal como están las cosas hay más posibilidades de dejar a todos descontentos, que de dejar a alguien satisfecho. 

– ¿Qué le pareció el golpe de mesa del rector Vivaldi, en cuanto a que la reforma mantendría la mercantilización de la educación?

– Me sorprenden un poco estas críticas tan fuertes, porque durante todos estos meses -las escasas noticias que teníamos, porque en realidad nunca vimos un anteproyecto acabado- siempre estuvo claro que el proyecto iba a venir en esa línea. Para mí no resulta tan sorpresiva esta última minuta del ministerio. 

– ¿Tendrá que ver con la forma de presión de las integrantes del Cuech para obtener mayores recursos pensando, que han solicitado financiamiento adicional para infraestructura?

– Sí, efectivamente puede obedecer a una estrategia de este tipo, sobre todo, que todos los grupos de interés están adoptando una postura de tejo pasado, en que cada uno exige más de lo que en realidad está esperando y si todos los grupos de interés, estatales, IPs, CFTs, públicas no estatales, privadas, estudiantes, la Confech y, en general, la opinión pública juegan a esta estrategia no vamos a llegar nunca a un consenso y eso es lo preocupante. 

Es imposible dejar satisfechos a todos los sectores, pero así parece que todos van a quedar descontentos y eso es peor aún, porque uno se empieza a preguntar si es realmente deseable que tengamos una reforma. 

Personalmente, tengo que manifestar que la Reforma Educacional es necesaria, que tiene que centrarse en la calidad de las instituciones y tiene que proveer de financiamiento público para instituciones que brindan educación, investigación de calidad.

– Pero después de tantos meses, de tantas reuniones, de tantos documentos redactados parece que estuviera hoy la Reforma en el peor momento, basta ver las críticas planteadas esta semana…

– Si uno lee los medios, ve las declaraciones de los distintos grupos de interés queda igual sorprendido y, por lo tanto, no cabe más que tener comprensión con el Ministerio. Hay que partir de la base que tiene que haber buena fe por parte de los involucrados, no puede ser que empecemos a verter a través de la prensa declaraciones incendiarias, cuando ya desde hace semanas conocíamos lo publicado. Todavía no existe fundamento suficiente para verter críticas tan duras.

– ¿Qué irá a pasar cuando se ingrese el proyecto?

– Evidentemente, el debate legislativo no se ve fácil, este proyecto no se va a acordar en lo que va del año y tengo mis dudadas de si vamos a tener ley durante el primer semestre del próximo. Va a ser una tramitación muy compleja, pero que se mezclan con temas políticos, ideológicos que cada grupo de interés hace valer.

– Y como parece que nadie quiere aflojar…

– Así es. Alcanzar un consenso parece muy distante.

– ¿Cómo visualiza la nueva propuesta de fijar aranceles?

– Nuestra universidad por atender a sectores altamente vulnerables de la sociedad está acostumbrada a trabajar con aranceles que van en niveles más bajos, por lo tanto, no nos preocupa este tema. 

Lo que sí nos preocupa mucho más es una manifestación que aparece al final de la presentación donde se señala expresamente que se formalizan aportes para las instituciones estatales, convenio marco para el desarrollo institucional, compromiso público y mejoras de calidad y ahí no cabe más que reiterar lo que hemos manifestado los últimos meses en el sentido que rechazamos las discriminaciones que se están llevando a cabo hacia las instituciones públicas no estatales.