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El color de las cortinas puede tener un impacto significativo en nuestro estado de ánimo y la decoración del hogar. Descubre cómo elegir la tonalidad adecuada.
Elegir el color adecuado para tus cortinas es una decisión importante. Puede cambiar el ambiente del hogar, hacerlo más acogedor o más etéreo, más cálido o más frío. Los principios básicos para elegir colores son sencillos: dar preferencia a los tonos brillante para un espacio alegre y a los tonos oscuros si prefieres espacios discretos.
Sin embargo, no hay una regla estricta que diga que hay que atenerse a estas pautas. Por eso, para obtener más consejos sobre cómo elegir el color perfecto, consulta esta breve guía.
¿Sabías que los colores pueden influir en el estado de ánimo y en el comportamiento? Así lo explica la psicología del color, que atribuye emociones y sensaciones específicas a ciertas tonalidades. Por ejemplo:
Las cortinas pueden tener un efecto dramático en el espacio, y la idea es que ese efecto sea agradable para toda la familia. Por eso, es muy importante elegir el color adecuado.
¿La habitación se usará para trabajar, estudiar, descansar o compartir en familia? Definir esto es importante, porque cada color estimula sensaciones diferentes.
Por ejemplo:
Si hay mucho rojo alrededor, es más probable que tus sentidos se mantengan en alerta, impidiéndote conciliar el sueño o relajarte. El verde, por otro lado, puede utilizarse para evocar la naturaleza, gracias a la asociación del color con las plantas y las hojas. También es uno de los colores que aporta mayores beneficios según la ciencia, porque estimula la creatividad.
Como se mencionó antes, hay espacios en los que es conveniente que no haya mucha entrada de luz: principalmente, el dormitorio. Pero elegir un color oscuro para zonas como el área de trabajo es mala idea, porque las condiciones lumínicas influyen en la productividad.
Si el propósito del espacio es trabajar o estudiar, necesitas un color que no bloquee la luz natural para evitar la fatiga visual y promover la concentración.
Toma en cuenta la pintura, los muebles y el diseño del espacio para que las cortinas elegidas estén en armonía con la decoración.
Puedes usar contrastes dentro de la misma paleta de colores para crear un efecto llamativo y dinámico. Si la decoración contiene colores oscuros y sólidos, podrías elegir cortinas de acentos más claros.
El azul es perfecto para dormitorios con muebles blancos, por ejemplo.
Las dimensiones del espacio influyen en la percepción del color. Para las habitaciones pequeñas, los colores oscuros las harán parecer más grandes y luminosas. Si tienes una habitación grande, los colores claros como el blanco harán que parezca más íntima y acogedora.
El gris proporciona una sensación de calma y equilibrio, y puede ayudar a que tu casa parezca más espaciosa.
En definitiva, hay muchos factores a tomar en cuenta a la hora de elegir un color, pero los más importantes son los que están relacionados con las emociones y la estética. Empieza por definir cómo quieres que sea el ambiente: acogedor, con matices naturales, energético… Además, toma en cuenta qué colores te gustan a ti y a tus seres queridos para que, cada mañana, todos se alegren al ver las cortinas.