¿Estás en busca de un buen descanso en tu cama? Prioriza tus hábitos saludables de sueño y conoce las características que debe tener el colchón ideal.
Uno de los problemas que ha traído la pandemia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el insomnio y los trastornos de sueño.
Dentro de las medidas para su mitigación, contar con un buen colchón es clave, porque así resulta más fácil descansar durante la noche y despertar al día siguiente con la energía que necesitas para desempeñarte en todas tus actividades.
Las dificultades que conlleva tener un mal colchón son varias y, lamentablemente, se notan: dolores de espalda, estrés, falta de concentración, alergias, aparición de moho y humedades, entre otras.
Entre las múltiples características que puede tener el colchón perfecto, los expertos concuerdan en una recomendación general: tu colchón debe proveer la firmeza suficiente para apoyar la curvatura natural de tu espalda.
Dado que todas las personas tienen distintas características físicas, también existen distintos niveles de firmeza en la composición de los colchones para apoyar correctamente la columna vertebral.
A continuación, algunos aspectos que debes evaluar para elegir el colchón ideal que tu sueño necesita:
Cuando te acuestas en un colchón, el material debe amoldarse a tu cuerpo y soportar tu peso sin hundirse. Por ello, si cuentas con un cuerpo robusto lo mejor para garantizarte un buen descanso es que elijas un colchón bastante firme, de materiales como la espuma -ortopedic, por ejemplo- o híbridos, que no llegue a ser duro ni incómodo.
Si, por el contrario, eres alguien de peso liviano puedes optar por una estructura más blanda, sin correr el riesgo de que se deforme.
Todas las personas tienen una posición de descanso predilecta y afortunadamente, puedes elegir un colchón que se adapte a la tuya.
Si duermes de lado, se recomienda que prefieras un colchón más blando que pueda amoldarse a la forma de tu hombro y acompañar al soporte de cabeza que entrega tu almohada.
Por otro lado, si prefieres dormir de espalda o lo tuyo es descansar sobre tu estómago, lo mejor es que consigas un colchón firme que brinde un apoyo equilibrado a toda la extensión de tu cuerpo.
Compartir la cama con otra persona implica adaptarse a las tendencias del sueño de alguien más.
En este sentido, se suele recomendar que las parejas opten por colchones con un alto nivel de firmeza, dado que resiste a múltiples variables.
Si tu compañero o tú se mueven mucho durante la noche, un colchón más estable evitará que se molesten entre sí. Además, si sus pesos son distintos, la firmeza de la estructura asegura que ambos lados de la cama se mantendrán en buen estado.
Pasar mucho frío o calor mientras duermes disminuye tu calidad de sueño.
Al igual que puedes gestionar la temperatura en épocas de invierno agregando mantas extra o un calienta cama, es recomendable que para los días de verano tengas un colchón que pueda absorber el calor y ofrezca transpirabilidad o integrar un cubrecolchón con tela lateral respirable, por ejemplo.
Si tiendes a sentir dolores de espalda o vives con una condición crónica, no dudes en revisar la alternativa de los colchones ortopédicos, dado que están diseñados con puntos de presión que se adaptan a tu columna vertebral.
Esto te garantiza que tendrás un sueño de calidad y puede mejorar tu postura durante el día, evitar la tensión muscular e incluso, mejorar tu circulación.
Ahora que conoces estos consejos, no esperes más para encontrar un colchón que realmente apoye tu descanso al final del día.