El Gobierno de Chile se desmarcó del polémico informe elaborado con tecnología “big data” donde se intentó describir el comportamiento de las redes sociales frente al estallido social en el país.
El análisis, que fue entregado por el Ministerio del Interior a la Fiscalía, planteaba una injerencia extranjera en el origen de las manifestaciones, señalando que un 19% de cerca de 60 millones de comentarios en redes sociales eran extranjeros. También causó revuelo que se mencionara con relevancia una posible influencia del género musical K-Pop entre los manifestantes, según el detalle revelado por La Tercera.
A un día de la polémica, y a través de un comunicado, la Subsecretaría del Interior señala que “el informe no fue encargado ni realizado por el Gobierno de Chile, ni tampoco fue financiado con recursos públicos”.
Agrega que el documento no fue recibido por el Ejecutivo, sino que, primero, “fue puesto a disposición de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), entidad que tiene la obligación de velar por la reserva de sus fuentes de información. Dicha institución, como corresponde, puso en conocimiento del Gobierno el mencionado documento”.