La Cámara de Diputados aprobó en general la reforma constitucional que habilita el inicio del proceso hacia una nueva Constitución Política. Eso sí, se rechazaron las indicaciones sobre paridad, pueblos originarios y candidatos independientes. El proyecto fue despachado al Senado.
Tras una extensa sesión y coincidente con el día en que se cumplen dos meses desde el estallido social en Chile, la cámara baja aprobó por 127 votos a favor, 18 en contra y 5 abstenciones, la reforma al Capítulo XV de la Constitución para así permitir el proceso constituyente, que se inciaría en abril, con el plebiscito donde se preguntará a los chilenos si quieren una nueva carta fundamental y de qué forma redactarla.
Si bien el respaldo para la reforma en general estaba comprometido, en base al denominado “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución”, firmado por los partidos políticos, la polémica se instaló en las indicaciones presentadas por la oposición buscando asegurar paridad de género, escaños reservados para pueblos originarios e igualdad de condiciones para candidatos independientes en el órgano que eventualmente sea escogido para redactar la nueva Constitución.
Dichas indicaciones fueron rechazadas por falta de quórum, pues se necesitaban 93 diputados a favor: finalmente hubo 80 votos a favor, 62 en contra y 7 abstenciones.
En este rechazo fue clave la postura de la bancada de Renovación Nacional, donde con anterioridad se habían expresado apoyos a las indicaciones. Sin embargo, esta jornada, y según acusó la oposición, el partido cedió a las presiones de la UDI y el Gobierno y optó por rechazar en bloque las enmiendas, invitando a los congresistas a tratar en proyectos aparte, y en otro momento, las temáticas de paridad, pueblos originarios e independientes.
